La Tercera
A 22 años de su cita en el Estadio Nacional, el cubano vuelve con un espectáculo masivo. Los tickets se venderán desde el jueves y descartan que pueda estar en Viña 2013.
por Claudio Vergara
A la hora de retroceder hasta el despertar de los megaeventos locales, los recuerdos tienen un espacio de privilegio para la noche en que Rod Stewart pateó balones de fútbol en el Nacional o el día en que New Kids on the Block ganó terreno en un evento dedicado a los derechos humanos. Pero el alba de la cartelera musical chilena tiene en un crédito latino a uno de sus hitos fundamentales: el 31 de marzo de 1990, Silvio Rodríguez (65) reunió a 80 mil personas en el Estadio Nacional, en una suerte de exorcismo multitudinario que se convirtió en su espectáculo más trascendente y emotivo en el país. Con el tiempo, el cubano remitió sus escalas a reductos de menor convocatoria (Estadio Víctor Jara, Movistar Arena) o a actos de inspiración más política en el mismo coliseo de Ñuñoa (homenajes al “Che” Guevara o Salvador Allende), pero con presentaciones más acotadas.
Hasta ahora. El hombre de Sueño con serpientes acaba de cerrar su primer concierto masivo en 22 años en un estadio de fútbol de Santiago: será el próximo domingo 2 de diciembre en el Monumental, cita que pretende reunir a poco más de 30 mil personas y que establece su regreso tras un lustro, luego de que en 2007 encabezara un tributo a Violeta Parra en el Parque O’Higgins y diera un concierto gratis en Talca, tras cancelar otro ante el alto precio de las entradas.
Además, el cantautor participará seis días después en el espectáculo que festejará los 100 años del Partido Comunista en el Estadio Nacional, donde también se presentarán créditos locales como Manuel García e Inti-Illimani. Aunque la entrada sólo será una colaboración, Rodríguez tiene contemplado un show que no superará los 20 minutos.
En contraparte, su debut en el reducto de Macul se extenderá por casi tres horas, en un concierto que repasará los mayores himnos de su trayectoria junto a temas de sus últimas producciones, como Segunda cita (2010). Todo acompañado por una banda que encabeza su esposa, la flautista Niurka González.
Pese a la diferencia entre ambas instancias, se trata de eventos con un origen hermanado: su espectáculo del día 2 fue amarrado a partir de la invitación del Partido Comunista para la celebración del fin de semana siguiente. Martín Alfiz, representante del trovador en Argentina y productor del nuevo aterrizaje en Chile, cuenta: “A partir de este recital más político surgió la idea de hacer un espectáculo más completo, donde se pudiera apreciar de manera más extensa en qué está Silvio”. Además, el plan de llevarlo a un recinto de amplia convocatoria se fundamentó en dos ejes claros: las más de dos décadas en que el artista no ofrecía un concierto en solitario en un reducto masivo y el redescubrimiento por parte de una generación que no creció en los días de mitines clandestinos ni puños en alto, pero que lo ha conocido a través de coyunturas musicalizadas por la canción de protesta -como el movimiento estudiantil- o de ejercicios revisionistas como Música libre (2010), la colección de covers de Los Bunkers.
Alfiz profundiza: “Silvio hoy agrupa a la familia. A sus shows van desde los nostálgicos que escuchaban escondidos su casetes en los 80 hasta adolescentes que hoy admiran el valor social de su obra o que lo han conocido mediante otras bandas más modernas. Incluso se han sumado muchos amantes sólo de su poesía y que no les interesa lo político”.
Para recibir a esa masa transversal, los promotores habilitarán la cancha del recinto sólo con sillas y ubicarán el escenario hacia la cordillera, en la misma posición en que se levantó para el espectáculo de Jonas Brothers, hace dos años. Por ahora, el músico no tiene contempladas otras actividades, aunque Alfiz reconoce que existe la opción de concretar un cara a cara con los dirigentes estudiantiles.
En la otra vereda, el representante enfatiza que está casi descartado su posible debut en el próximo Festival de Viña. Aunque se trata de un viejo anhelo del evento y sus organizadores han sondeado nuevamente esa posibilidad, Alfiz aclara que hoy los problemas de agenda lo hacen inviable. “Sé que anda dando vueltas esa opción, pero aprovecho de decir que hoy no es posible. Quizás la gente de Viña le envió propuestas, pero no está en la cabeza de Silvio participar. Es un mes en que él habitualmente no trabaja, además que no se mueve por necesidades económicas. Aunque aparezca una gran oferta, son otros los móviles que tiene para decir sí”, cuenta el argentino.
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