El Mercurio
Los sellos dicen que la crisis acabó, que el mercado digital crece rápido y que los discos se siguen vendiendo. El regreso del vinilo y la llegada de iTunes son parte del nuevo panorama, ante el que se muestran optimistas.
Diego Rammsy
Sin duda la década pasada fue difícil para las disqueras, no solo en Chile, sino que en todo el mundo. Los sellos se vieron enfrentados a una violenta baja en las ventas y tuvieron que replantearse. Y aunque nunca dejaron de ganar dinero -sino que redujeron sus ganancias-, tuvieron que adaptarse al nuevo panorama. "Fue difícil enfrentarse a la realidad de que se estaban vendiendo muchos menos discos, pero nunca se han dejado de vender", dice Rubén Blanco, director de marketing de Sony Music Chile.
Las ganancias por ventas de discos bajaron desde US$14.6 billones en 1999 a US$9 billones en 2008 en EE.UU., y aunque las ventas digitales han crecido una enormidad desde 2007, aún no logran amortizar las pérdidas por la baja en las ventas de los formatos físicos, según The Economist.
En Chile, un mercado pequeño al que usualmente se le atribuyen las cualidades de "estabilidad financiera" y "crecimiento sostenido", las cosas también han cambiado. A nivel global, la absorción de EMI por parte de Universal Music -y de Warner en una parte de su catálogo- redujo los competidores. También dejó de funcionar el sello Oveja Negra, que editaba exclusivamente música local. Pero a la vez nació Plaza Independencia, que hoy cuenta en su catálogo con artistas como Noche de Brujas, Sonora Palacios y Jorge González.
"Muchos dan por muerta la industria musical, erróneamente, porque hoy se siguen vendiendo muchos discos", dice Blanco desde Sony, quienes gracias a los éxitos de Adele (más de 40 mil discos vendidos en Chile) y One Direction (60 mil), han posicionado bien su negocio en el país, indicando que cerca del 80% de sus ingresos corresponden a ventas físicas.
Una de las fusiones que dieron que hablar fue la absorción de EMI por parte de Universal Music, una transacción que implicó US$1.9 billones. "La integración con EMI ha sido desde todo punto de vista, algo positivo", apunta Gonzalo Ramírez, gerente de marketing de Universal Music en Chile, poseedores de los millonarios catálogos de Justin Bieber, Lady Gaga y Taylor Swift.
Según Ramírez, la adaptación a este nuevo panorama consiste en ampliar la oferta de formatos hacia la gente: "Hoy la clave es ofrecerle al consumidor la mayor variedad de opciones posibles para consumir música".
Parte de la adecuación de Chile ha sido buena: se ha instalado como el tercer mayor consumidor en iTunes de Latinoamérica, solo superado por México y Brasil, pero, sorpresivamente, por sobre Argentina y Colombia.
Las apuestas locales
Uno de los grandes ganadores de los últimos años ha sido el sello MasterMedia, que funciona desde 2004. Ramón Madrid, aplicando su experiencia de 13 años en EMI, comenzó comprando licencias para hacer discos de música chilena a bajo costo para ser vendidos en quioscos. "Actualmente contamos con uno de los mejores catálogos de la música chilena", asegura Madrid (48). Pero luego de hacer grito y plata con sus compilaciones -en 2011 vendieron sobre 300.000 discos-, el sello se aventuró a hacer firmar a nuevos artistas como La Sonora Barón y los Halcones Negros.
FeriaMusic replanteó su modelo en función de poder coordinar sus ediciones discográficas con los shows de los artistas (a través de Feriaticket) y sus tiendas (Feriamix). La compañía que maneja cerca del 80% del mercado nacional en producciones musicales espera mantener su liderazgo en base a los populares artistas que maneja, como Américo y La Noche. "Un artista con aspiraciones no puede no estar en Feria", asevera Gustavo Lema, su director.
Alerce, la legendaria etiqueta de música local, también ha demostrado un repunte en ventas luego de varios años a la baja. "Hemos pasado por muchas etapas y hemos tenido que ir adaptándonos a las nuevas formas de consumo de música y a los tristes niveles de ventas de discos. Ha sido difícil, pero ahora, Alerce se encuentra en un buen momento debido a los cambios que hemos hecho. Económicamente la empresa se ha vuelto a sustentar", dice Viviana Larrea, hija del célebre discjockey Ricardo García, hoy directora del sello discográfico fundado por su padre en 1975. Tienen hoy un catálogo cercano a los 500 títulos y mantienen a seis artistas vigentes, entre ellos Daniel Cantillana.
Quemasucabeza, que funciona desde 1998, ha fichado a varios de los nombre nuevos de la música local como Gepe, Fernando Milagros y Javiera Mena, dentro de 10 artistas activos. "Somos un sello de propuestas", señala su mandamás, Rodrigo Santis.
Además de la consolidación de Portaldisc, el mayor sitio de música chilena en ventas digitales, los discos también han llegado a supermercados, y ya no solo como ofertas. "En los supermercados ya no solo se liquidan discos, por el contrario, estamos apostando a vender novedades", dice Blanco desde Sony.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario