El Mercurio
Premio nacional de Arte 1998.Fue una reconocida impulsora de la música chilena para piano y para canto y piano. Desde 2010 su salud se había deteriorado.
I.D. / M.L.
La niña de cinco años Elvira Savi tuvo que tocar el piano de pie, porque su estatura no le alcanzaba para llegar a los pedales del instrumento. Esa tarde de 1925, ante un asombrado público, interpretó la Sonatina en Fa mayor de Beethoven. Y ese concierto quedó registrado como el punto de partida de una larga carrera musical, primero como concertista y luego como profesora y académica de la Universidad de Chile, en donde trabajó más de 60 años.
Ayer por la tarde, a los 93 años, Elvira Savi falleció. Su salud se había deteriorado desde junio de 2010, cuando sufrió un accidente vascular encefálico. Desde entonces permanecía al cuidado de su familia. Sus restos están siendo velados en la iglesia Jesús Nazareno (Manuel Montt 797), y hoy a las 14:00 horas se celebrará una misa para su último adiós, en el Parque del Recuerdo.
"Siento una gran admiración hacia ella como persona, como artista y como difusora de la música chilena. Sus versiones de las obras de Alfonso Leng son realmente magistrales, y llevaron a este compositor a la categoría de músico universal", dice Miguel Letelier, premio nacional de Música 2008.
Diez años antes, la propia Elvira Savi había obtenido el Premio Nacional, y en 1983 se convirtió en la primera mujer en integrar la Academia Chilena de Bellas Artes como miembro de número.
"Es una pérdida irreparable, en primer lugar, por su valor como solista, pero también gracias a toda su valiosa labor que realizó en el ámbito del lied y la música de cámara. Aprovechó todos los medios de comunicación masiva, la radio y la TV, y estrenó una cantidad impresionante de música chilena", dice el musicólogo Luis Merino.
En efecto, una de sus más reconocidas y destacadas labores musicales fue la difusión de la obra de los compositores chilenos. El sello SVR enlista una importante serie de grabaciones de autores como Carlos Botto, Carlos Riesco, Federico Heinlein y Domingo Santa Cruz, entre otros.
En 1989, por ejemplo, realizó una retrospectiva para piano, ejecutando 60 obras, y en 1992 participó en la investigación, recopilación y difusión de un repertorio de 90 obras para canto y piano, también de nombres nacionales. Allí trabajó con la soprano Patricia Vásquez.
"Tuve una relación muy cercana con Elvira por 20 años. El último concierto de su vida, porque ella se retiró voluntariamente en 2005, lo dimos juntas en el Salón de Honor de la UMCE", recuerda la académica.
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