The Clinic
Lucho Gatica no le tiene miedo a la muerte porque, como él mismo dice, ha hecho todo lo que tenía hacer en este mundo, entre otras cosas casarse tres veces, ser padre de siete hijos y publicar más de un millar de discos, pero a sus 85 años aún busca un bolero con el que despedirse para siempre.
Será una canción amarga, “es lo más probable”, reconoce en una entrevista con Efe en Los Ángeles, porque son ésas, las que se escriben desde el dolor y la nostalgia, las que en su opinión dejan un mejor sabor de boca.
“Ojalá encuentre una canción para decir ‘ésta es mi última canción’, la que uno canta cuando se muere”, aseguró el chileno que a lo largo de cinco décadas inmortalizó temas como “Reloj”, “La barca” e “Historia de un amor”, título que da nombre a su nuevo proyecto, un álbum de duetos que sale a la venta el 12 de noviembre.
Su voz aterciopelada de sosegada cadencia se ha emparejado con las de Laura Pausini, Beto Cuevas, Nelly Furtado, Michael Bublé, Il Volo, Luis Fonsi, Pepe Aguilar, Lucero, Miguel Bosé, Olga Tañón y Ricardo Montaner para presentar al público del siglo XXI el legado musical de quien fue bautizado como “rey del bolero”.
“Hoy hay menos romanticismo, eso sí lo puedo garantizar, pero tenemos que aceptar que la juventud tiene otros ritmos, otra forma de interpretar. Yo lo respeto porque creo que cada artista tiene su época. A mí me tocó una maravillosa”, comentó Gatica.
El elepé (LP) recopila once temas que marcaron su carrera como “Historia de un amor”, “No me platiques”, “Bésame mucho”, “Sabor a mí” y “Quizás, quizás”, en el que le acompaña Bublé e intercala español e inglés. No faltan, por supuesto, “Reloj” y “La barca” porque admite que nunca pudo terminar un concierto sin antes entonar esas dos melodías.
Gatica, muy lúcido, se entretiene narrando las anécdotas detrás de cada canción, como cuando se marchó de improviso de Barcelona para viajar a México a grabar “Sabor a mí” después de que le tararearan la letra por teléfono, o cuando le llevó la contraria a su representante, que no quería que hiciera suya “La barca”.
“Dijo que era muy corriente”, recuerda él con su sonrisa perenne.
“Le digo, ésas son las que me gustan, las corrientes porque van directas al pueblo”, cuenta Gatica que se considera bendecido con un don para dar con composiciones que conectan con su público, aunque no siempre acertara.
“‘No niegues que me quisiste’, ésa fue mi favorita siempre y no fue un éxito”, indica el artista con alma de galán al que nunca le faltaron las palabras para enamorar a una mujer. “Por eso me casé tres veces”, asegura.
“Una frase que siempre llevo conmigo: “Si pudiera expresarte cómo es de inmenso en el fondo de mi corazón mi amor por ti…”, relata, casi susurrando, como si estuviera desvelando un secreto.
Luis Enrique, como le llamaron sus padres al nacer en 1928 en Santiago de Chile, reconoce que ha “amado mucho” y se ha sentido muy querido. A estas alturas considera que ha tenido una vida plena, como dice en “My Way” su contemporáneo Frank Sinatra, con quien aparece en una de las fotos incluidas en su nuevo disco.
“Yo no le tengo miedo a la muerte, soy muy feliz”, apunta mientras que, parafraseando una carta que le escribió una vez su “gran amigo” Atahualpa Yupanqui, deja claro que le siguen quedando boleros en la garganta: “Aún soy joven, tengo menos de 100 años y una guitarra y un corazón”
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