El Mercurio
A sus 85 años, la figura más popular de la historia de la música chilena vuelve por partida doble. El 12 de este mes se publica su disco de duetos, "Historia de un amor" -donde comparte créditos junto a Michael Bublé, Miguel Bosé y Nelly Furtado, entre otros- y hace algunas semanas se editó su biografía no autorizada, "El rey Lucho cantaba boleros", la que en esta entrevista califica de "infame" y dice que espera demandar al autor. Aquí, Gatica recuerda un encuentro junto a Ringo Starr, cuando Sammy Davis Jr. le dijo que era uno de los mejores cantantes que había escuchado en su vida, y asegura que no le tiene miedo a la muerte. "Me da lo mismo", señala.
Felipe Rodríguez
Ubicar a Lucho Gatica es, por estos días, una misión que fácilmente se puede transformar en un lío. En su casa de Ciudad de México practican el hermetismo. Durante varias tardes ratifican su ausencia y dan diversos paraderos: Miami, Los Angeles y Nueva York. La empleada de su hogar es sintética. "Sé que está en Estados Unidos, pero no sé dónde ni tengo algún teléfono y en casa estoy sola. Debería volver en un mes", asegura. La presencia, casi fantasmal de un nieto, resuelve el puzzle. Gatica, el más grande e históricamente popular de los músicos chilenos en el exterior, está en Los Angeles finalizando el plan promocional de su disco de duetos, "Historia de un amor", donde recrea sus boleros más emblemáticos junto a artistas de primer orden: Michael Bublé, Miguel Bosé, Beto Cuevas y Laura Pausini, entre otros.
A sus 85 años, el rancagüino mantiene su sencillez. Es de una raza distinta: jamás exhibe modos imperiales. Hace unos años, durante una visita de María Bethania a Chile, Gatica llegó al hotel donde se hospedaba a saludarla. No quiso robarle protagonismo. Cuando la conferencia de prensa de la brasileña finalizó, se acercó para presentarse. Bethania lo abrazó y le dijo que, para ella y su hermano Caetano Veloso, sus canciones fueron parte esencial de su infancia.
El cantante tiene cientos de esas historias. Y las recuerda para entrar en confianza. A raíz del nuevo disco de Paul McCartney, "New", dice: "Escuché algunas de sus canciones y me alegra que siga haciendo música. Ese tipo es un genio. Los Beatles fueron una gran banda, imborrable. Hace un tiempo viajé en el mismo vuelo desde Los Angeles a México junto a Ringo Starr. A las once de la mañana se estaba tomando un cuba libre. Me dijo que tomara un trago, pero preferí vino. Era muy temprano para tomar algo tan fuerte", recuerda. Y agrega con humor: "¿Sabes cómo le llaman al cuba libre ahora? 'Mentirita'. Desde que están los hermanos Castro en el poder, Cuba nunca más fue libre. Es un hermoso país donde tuve mucho éxito, pero nunca más volví ni tengo ganas de ir. Si Cuba vuelve a ser libre, iré".
El bolerista ha vuelto a una rutina que describe como "fascinante": tener reuniones, planear promoción y cantar. Repite que tiene poco tiempo, que va camino a juntarse con el productor Humberto Gatica, su sobrino, y con Beto Cuevas, quien, además, hizo el dibujo de la carátula de su disco que se publica el 12 de noviembre en Sudamérica, Norteamérica y España.
De pronto, se le cae el celular. "¿Dónde está el maldito celular?", se escucha a lo lejos. Tras unos segundos, su asistente lo encuentra y se lo entrega. Don Lucho dice que está feliz de que artistas consolidados participen en el proyecto. Y no piensa jubilarse ni tampoco le tiene miedo a la muerte. "Sé que me quedan pocos años de vida, pero la muerte me da lo mismo. Llegará cuando tenga que llegar. La vida ha sido demasiado generosa conmigo. Siempre lo he pasado bien: me casé tres veces, viví muy tranquilo, con todos mis hijos nos queremos mucho, me dediqué a lo que me gustaba. Sería un malagradecido si me quejara.
Cuando venga la muerte, la esperaré con alegría. Lo único que me queda es aprovechar cada minuto como si fuera el último", añade.
-Usted fue el cantante chileno más reconocido en el mundo. ¿Se siente querido por su país?
"Chile es mi país y lo adoro más que a nada. A mí me pasó lo mismo que a Elías Figueroa: varias veces me ofrecieron nacionalizarme y me negué. Soy chileno hasta la muerte y me pude dar el gusto de conocer a chilenos grandísimos como Gabriela Mistral, una mujer que cambió la educación en México, y a Pablo Neruda, que me regaló unas ediciones especiales de sus libros y que me los robaron en mi casa de Santiago. Debe ser de las veces que sentí más impotencia en mi vida. Estuve a punto de llorar".
-Las ediciones del festival de Viña de 1992 y 2002 fueron adversas para usted. ¿Le traen malos recuerdos?
"No, la juventud es así y hay que quererla como es. Cada uno tiene su forma de pensar y no puedes pretender cambiarles la vida ni sus gustos. Soy muy feliz. Bueno, mijo, ha sido un agrado y le mando un gran abrazo".
-Me gustaría hablar más con usted...
"Llámeme el fin de semana y seguimos conversando. Adiós".
DE BIOGRAFÍAS, O'HIGGINS, PRIETO Y BUBLÉ.
Localizar a Luis Gatica este último fin de semana fue imposible. Que tenía una fiesta familiar. Que estaba en una reunión. "Llámeme mañana", decía él.
Pasaba que el cantante estaba finiquitando los últimos detalles del lanzamiento de su disco. "Discúlpeme, ha sido un día de locos", se excusa. Rumbo al aeropuerto, para viajar a Miami, dice estar apenado por la derrota del equipo de su ciudad, O'Higgins, que pelea el título.
"Lamentablemente, perdimos. Pero todavía nos quedan varias fechas para seguir en la lucha. Siempre me preocupo de cómo le va a O'Higgins y trato de ver sus partidos. Aunque también me gustan otros equipos: Colo Colo y Real Madrid", indica.
Sus pulsaciones giran cuando hablamos de un tema que le resulta incómodo: la publicación, hace algunas semanas en Chile, de su biografía "El rey Lucho cantaba boleros", del periodista Pablo Márquez. Su tono afable y distinguido muta en cólera y, por momentos, grita de impotencia. "Ese señor escribió ese libro a la mala. Es un tipo que ni siquiera conozco. Nunca le di bola. A fin de año espero ir a Chile y lo voy a demandar porque no tiene permiso para hacer lo que hizo".
-El libro, por lo general, habla bien de usted. Aunque repara en la pérdida de su voz a una temprana edad...
"Esa es otra infamia. Puedo hacer lo que me dé la gana con mi voz. ¿Tú crees que hubiesen publicado un disco de una persona de 85 años si no cantara? ¿O que artistas como Bublé se hubiesen prestado para cantar con alguien que no tiene voz? Todavía puedo cantarle a la gente. Estuve tocando en Río de Janeiro hace un par de meses, en la época en que estuvo el Papa, y no tuve ningún problema. Me siento bien. Me indigna esta situación. Me gustaría publicar un libro con mi vida, pero hecho por personas que sepan escribir. No por cualquiera".
-¿Leyó el libro?
"No. Ni me interesa. Es un robo. Lo que me molesta es que supe que habla un sobrino mío -Domingo Zúñiga Gatica- y que ayudó para este libro. Jamás lo autoricé. Lo que hizo fue aprovecharse de la familia. Incluso, llamé a mi hermana para decirle que estaba muy molesto".
-Se habla de una supuesta competencia que usted tuvo con Antonio Prieto...
"Esa es otra mentira más. Nunca tuve un problema con Antonio. Es más, cuando él vivió en México nos juntábamos todos los fines de semana a comer un asado en mi casa. Compartíamos en familia, con sus niños. Es una estupidez que diga que no nos llevamos bien".
Entonces Lucho Gatica calla unos segundos y reaparece con otro tema: la felicidad de contar en su álbum con músicos reconocidos. Revivir temas como "No me platiques", "La barca" y "Perfidia", entre otros, lo llena de orgullo. Pese a que agradece la participación de todos sus colegas -Lucero, Luis Fonsi, Nelly Furtado, Olga Tañón, etc.-, hace especial reverencia ante Michael Bublé -con quien interpreta "Quizás quizás"-, y a quien considera un crooneren su estilo.
"Te voy a contar la verdad: Bublé no me conocía. Un día, Humberto (Gatica) me dice 'sería bueno incluir a Bublé en el disco' y llama a su manager. Se contactó con Bublé y le dijo que no me conocía. Allí, su manager le entregó páginas mías en Facebook y Twitter y cuando escuchó mis canciones, se sumó de inmediato. Grabamos por separado, pero es una satisfacción enorme trabajar con él, porque representa la música que hacíamos en mi época de juventud", dice.
-Usted se relacionó con Elvis Presley, Frank Sinatra, Dean Martin, Nat "King" Cole. ¿Siente nostalgia por esos años?
"No realmente. Lo único que siento es que varios de esos amigos han desaparecido. Recuerdo a mi compadre Sammy Davis Jr., una vez que estábamos en Nueva York, y me dijo 'eres uno de los mejores cantantes que he escuchado en mi vida'. Eso no se olvida. O la vez que Frank (Sinatra) me invitó a cantar con él en Las Vegas y me dijo 'tenemos un poder único'. O que te llamen 'el rey del bolero' y que te reconozcan en Brasil o España. Eso es único".
"Historia de un amor"Lucho Gatica
En una época en que el romanticismo en español pasa una de sus horas más bajas, con solistas extraídos de academias televisivas y dueños de una escasa empatía masiva, "Historia de un amor", el álbum de duetos que celebra los 70 años de vida artística de Lucho Gatica es, sobre todo, un homenaje a una de las mayores voces de la música del corazón.
Por reparto, el rancagüino aplasta. Cede protagonismo a Michael Bublé y Laura Pausini en "Quizás quizás" y el tema homónimo respectivamente, bajo el alero de guitarras prístinas y elegantes arreglos de cuerdas. Se acerca a la tradición más clásica del bolero junto a Nelly Furtado en "Bésame mucho" y a Lucero en "Perfidia" y se muestra en primer plano, dirigiendo la canción, en "Sabor a mí" con Miguel Bosé. Para el olvido: las participaciones de Ricardo Montaner -"Contigo en la distancia"- y de Il Volo -"El reloj-, un trío que se incluye por descarte más que por categoría. Son versiones frías, sin alma. Su pecado mayor es que suena demasiado estructurado, como banda de casino. En todo caso, desde la perspectiva del reciclaje, cumple: cada tema suscita un flashback romántico. Como reza el título del disco.
Felipe Rodríguez.
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