Cuando va al spa, Tulio dice que alcanza la paz |
La estrella de "31 Minutos" habla antes de su debut de esta noche en el Festival. "Solo les temo a las ballenas", dice.
JOSÉ VÁSQUEZ
Llegó a Viña a bordo de su helicóptero, y de inmediato se instaló en un lugar que, por seguridad, no se puede revelar... Aunque su hotel luce igual al clásico O'Higgins. Desde allí, Tulio Triviño, la estrella de "31 Minutos", habla antes de subir a la Quinta Vergara. "Mi alimento para el alma es escuchar cómo los fans vitorean mi nombre", dice.
-¿Cómo un lector de noticias se transforma en estrella de rock?
"Mi amigo Alberto Plaza me dio la idea de dedicarme al canto. Un poco de respeto: si bien logré la fama por mi trabajo periodístico -que me valió ser considerado el lector de noticias más creíble del universo-, también canto muy bien".
-La relajación es factor importante antes de subir a un escenario como Viña. ¿Cuál es su rutina?
"Me he dedicado a cuidar mi estado físico, pues me debo a mi público y me gusta pensar que cuando me ven, se deleitan. Mis rutinas incluyen yesoterapia y mi máximo relajo, mi alimento para el alma, es escuchar cómo los fans vitorean mi nombre mientras mis chimpancés mayordomos ponen pequeñas pirañas en mis pies para que saquen mis impurezas".
"Estudié piano por tres horas, pero parecen una vida. Por eso es que cuando veo a este joven, Elton, me emociono mucho, me recuerda mis orígenes". |
-Usted conoce a Jorge González y actúa en la misma noche en Viña, ¿podría invitarlo a cantar?
"Tengo línea directa con él. Con Bodoque se llevan muy bien. Cada vez que se dan de guitarrazos, me dan ganas de grabarlos y hacerles un documental. A eso le llamo rock. Pero no descarto nada. Tampoco lo confirmo, ¿me entiende? ¿Evadí bien su pregunta?".
-Eh... ¿Qué piensa que dirán los titulares de los diarios al día siguiente de su actuación?
"Trato de no vivir en función de la prensa. Soy un títere que se mueve por decisiones personales, íntimas y nada mezquinas".
-¿Alguna locura de estrella de rock que confesar?
"Las justas y necesarias: como las fiestas en la casa de Juanín y las guerras de almohadas. Eso, sin mencionar cuando jugamos al ring ring raja en el hotel. Eso es volver a vivir".
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