domingo, febrero 17, 2013

El nuevo revival folk : banjos, tradiciones y suspensores

El Mercurio


Con Mumford and Sons como punta de lanza, el folk de nuevo está de moda. Cifras récord avalan la popularidad del fenómeno que tiene tiritando de miedo a las estrellas pop.

Andrés Panes

Algunas semanas, a los concursantes de "American Idol" los dejan elegir la canción que interpretarán frente a las pantallas. No es un gesto desinteresado. Así, se supone, dan a conocer sus gustos y personalidad, y de esa forma los ejecutivos detrás del programa se dan cuenta de cuál participante genera mayor empatía -y por ende, es más rentable a futuro- con la audiencia. Las selecciones de Phillip Phillips, a la postre ganador de la última temporada del programa, apuntaron siempre hacia el folk y el country , con títulos como "Volcano", del cantautor irlandés Damien Rice, y "The Stone", de los multitudinarios Dave Matthews Band.
Varias marcas fueron establecidas durante la estadía de Phillip Phillips en "American Idol". Fue el único concursante de la temporada que nunca estuvo en peligro de eliminación, y salió triunfador en una de las finales con más votos en la historia del programa, luego de que 132 millones de personas emitieran su parecer. Y la primera canción que Phillips publicó tras su periplo televisivo, el acústico single "Home", se transformó en el mayor éxito de un egresado de "American Idol", redondeando sus ventas en cuatro millones de copias.

"Home" suena extremadamente parecida a Mumford and Sons, la banda británica que se convirtió en la gran triunfadora de los Grammy 2012, luego de obtener el premio gordo, el Disco del Año, gracias a su segundo disco, "Babel". Nada sospechoso. Por su parte, los ingleses tienen sus propias marcas. "Babel" despachó 600 mil unidades solo en Estados Unidos durante su primera semana en el mercado; una impactante cifra superada únicamente por Taylor Swift y el consagratorio "Red".

Al contrario de Swift, otrora figura juvenil del country que tuvo que abandonar las guitarras para ampliar su rango de acción comercial, Mumford and Sons consiguió el éxito sin despegarse de sus instrumentos acústicos. Su música, bucólica y pastoril, es un festín de mandolina, banjo y dobro (un pariente cercano de la guitarra) que apela a la raíz campestre norteamericana. Aunque la fórmula no suene apta para competir con el pop dominante, hoy en día es la punta de lanza del nuevo fenómeno folk que asoma como respuesta -y amenaza- a las hipersexuadas apuestas de figuras como Rihanna y Katy Perry. Después de los Beatles, Mumford and Sons han sido los únicos en colocar seis canciones simultáneamente en el Top 100 de Billboard, y "Babel" tuvo la mejor semana debut para un grupo de rock desde la aparición en 2008 de "Black ice", la última entrega de AC/DC.

Empresa familiar

Conocido es el efecto Grammy. Ese impulso que reciben los artistas que ganan alguno de sus trofeos o se presentan en vivo durante la velada. El año 2011, Bob Dylan se cuadró con Mumford and Sons y los Avett Brothers, otro grupo de la camada a tener en cuenta, para una actuación conjunta. Recibir la venia del responsable del revival folk -sí, ya se hablaba de lo mismo hace décadas- durante los 60, y el beneplácito de una industria capaz de levantar carreras de la nada, significó un apoyo invaluable para la incipiente carrera de los londinenses. O tal vez no tan difícil de calcular: los números saltan a la vista.

En su primera aparición en la ceremonia de los gramófonos, dominada esa noche por Adele, los Mumford and Sons no ganaron ninguno de los dos premios a los que fueron nominados. Lo mismo le pasó este año a Lumineers, también amigos de la tradición country , las estructuras corales y los pantalones con suspensores. Sin embargo, la popularidad del cuarteto se vio favorecida por su aparición en vivo, tocando el hit "Hey ho", la piedra fundacional de su actual y creciente fama, pese a perder en las categorías de Mejor Artista Nuevo y Mejor Álbum de Americana; un trofeo creado en 2010 para hacerse cargo de los coletazos dejados por -vaya sorpresa- el revival folk rock de los 90.

Mumford and Sons, Lumineers y Phillip Phillips encabezan un listado que incluye nombres como Of Monsters and Men, Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, Dry the River, Boy & Bear, The Head and the Heart y los mencionados -de notoria superioridad artística- Avett Brothers. Con disímiles resultados, todos ellos apuntan a rescatar la nobleza de los instrumentos acústicos. Sus canciones intentan sonar espaciosas, como si las grabaran al aire libre, y cercanas emocionalmente. Valoran la coherencia artística y apuntan a convertirse en productos confiables; de ahí que algunas tengan nombres que evocan a las empresas familiares, aunque no siempre haya lazos sanguíneos de por medio. Y por eso captan transversalmente a jóvenes y adultos de la misma forma en que otras excepciones a la regla pop, léase Norah Jones o Adele, se han posicionado como oasis de autenticidad en un mundo de plástico.

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