El Mercurio
El nuevo recinto tendrá 950 butacas y será parte de un centro de extensión de 8.500 m2 . Se financiará con recursos mixtos.
Romina de la Sotta Donoso
Juan Pablo Izquierdo y Maximiano Valdés son solo dos de los cientos de músicos que han criticado las deplorables condiciones acústicas en las que trabaja la Orquesta Sinfónica de Chile, la más longeva del país. El último intento de solución fue la fallida sala de 2.000 butacas del GAM, que inicialmente se destinaría a la Sinfónica, pero ha quedado en nada.
A sus 73 años de edad, la Sinfónica finalmente se encamina a su casa propia. El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, revela a "El Mercurio" el estado de avance de un novedoso proyecto en el que han trabajado durante 20 meses y que hasta ahora mantenían en absoluto hermetismo.
"La Orquesta Sinfónica tiene un nivel internacional, y no es digno para el país que esté tocando en el Teatro Baquedano, que es un cine adaptado", dice el rector.
"Ninguno de nuestros cuerpos estables, ni la Sinfónica ni el Coro Sinfónico, ni la Camerata Vocal ni el Ballet Nacional Chileno, pueden seguir en esta situación de poca dignidad para con el arte y para con la ciudadanía. Por eso hemos desarrollado un proyecto para instalar un centro de extensión en Vicuña Mackenna 20, que contenga un hall de conciertos con 950 butacas para la Sinfónica y un auditorio de 270 para el Banch", agrega Pérez.
Este centro de extensión tendrá 8.500 m {+2} y se sumará a las nuevas edificaciones del Instituto de Asuntos Públicos y de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Chile.
"Ya hemos desarrollado el proyecto de arquitectura y se está trabajando en la parte final de las especialidades. Las partes acústica y de iluminación tomarán más tiempo. En abril llevaremos el proyecto debidamente definido, y con un esquema de financiamiento, a los órganos de gobierno de la universidad, tanto el Consejo Universitario como el Senado Universitario. Plantearemos que se empiece la construcción con cargo parcial al fondo de inversión de la universidad. Pero el financiamiento será mixto: esperamos contar con la generosidad del sector privado y que el Estado cumpla con su responsabilidad hacia su principal universidad pública. Estamos hablando de bienes públicos patrimoniales, que tienen que estar a disposición de toda la ciudadanía", detalla el rector.
El centro de extensión tendrá ocho pisos y estacionamientos. Aún no existe una cifra definitiva sobre su costo; se estima entre 15 y 17 millones de dólares.
La sala de conciertos será moderna, con tecnología de punta, y con butacas en 360 grados respecto del escenario.
"No es opción para nosotros una sala multiusos, tan en boga hoy. No necesitamos un espacio de exhibición, sino de residencia. La Sinfónica tendrá su sala de ensayo, también el Coro Sinfónico y el Banch. Solo así, funcionando como un centro escénico moderno de creación, podrán desarrollar sus proyectos. Además invitaremos a compañías independientes de danza y orquestas clásicas de regiones", aclara Ernesto Ottone, director del CEAC.
"Los músicos de la Sinfónica no van a creerlo hasta que vean la primera piedra, y con justa razón, han vivido muchas promesas anteriores. Pero este proyecto va", asegura Ottone. "La universidad es sabia en apoyar iniciativas serias, no personalistas, que proyectan el quehacer universitario en el tiempo. No le estamos pidiendo al Estado que lo haga, sino que participe en un proyecto público en el cual la Universidad de Chile asegura el resguardo de estos bienes de valor patrimonial", agrega.
"Esperamos inaugurar en 2016", dice el rector Pérez. Entonces, la Sinfónica cumplirá 75 años, y tanto el Banch como el Coro Sinfónico habrán superado los 70.
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