El Mercurio
Con entradas agotadas desde hace días, el encuentro se ha posicionado como uno de los eventos artísticos más convocantes de nuestro país. Ad portas de cumplir las bodas de oro, diversas personalidades desempolvan los momentos más relevantes del festival, sus escollos y desafíos.
Maureen Lennon Zaninovic
"Estoy seguro de que la ciudad de Frutillar, al hacerse cargo de esta iniciativa y tomar las medidas necesarias para asegurarse el papel de sede permanente de los festivales, ocupará un lugar destacado dentro del creciente movimiento musical en Chile".
El temprano augurio de Arturo Junge, fundador histórico de las "Semanas Musicales de Frutillar", ya fallecido, se cumplió con creces, ya que el tradicional encuentro está celebrando sus 46 años de vida hasta el 5 de febrero con una contundente e inusitada convocatoria de público.
"Sin duda que esta versión será una de las mejores de nuestra historia, en cuanto a asistencia -esperamos contar con más de 15 mil personas- y nivel artístico. El hecho de que la Orquesta Sinfónica interprete varias piezas que son estrenos para nuestro país es muy relevante. Desde varios días los conciertos tienen sus entradas agotadas. La vara nos quedó alta", comenta efusivamente a "Artes y Letras" Ramón Espinoza, alcalde de Frutillar y vicepresidente de la Corporación Cultural de las "Semanas Musicales de Frutillar". El edil saca cuentas alegres: "Este año se ha notado un incremento importantísimo de turistas, sobre todo nacionales. Por primera vez puedo decir que estamos a la altura de la convocatoria de otros balnearios de la zona central, que siempre han estado de moda, como Zapallar y Maitencillo. ¡Ha sido impresionante!, y nos plantea un desafío para nada menor, porque la capacidad hotelera se ha visto sobrepasada".
Flora Inostroza, presidenta de las "Semanas Musicales de Frutillar" complementa que "nunca pensé que llegaríamos a los 46 años. Afortunadamente vamos bien y tenemos carrete para mucho tiempo más. Uno pregunta en la boletería de dónde viene usted y te responden de San Francisco, Grecia o París. También tenemos melómanos que durante 30 años -de manera ininterrumpida- no se han perdido este festival. Eso nos llena de orgullo, porque acá todo ha sido muy a pulso. Partimos sin saber nada de gestión cultural, con un lápiz y una goma de borrar". Al preguntarle por las razones de esta supervivencia, Inostroza considera que "la gracia de nuestro proyecto es que hemos ido formando varias generaciones, tanto de amantes de la música como de voluntarios. Los orientadores de sala, por ejemplo, tienen desde 8 o 10 años hasta universitarios. A todos ellos se les forma: saben atender, sonreír y estar siempre impecables. Además de que entre el público se nota que cada vez más hay más profesionales jóvenes. Ha habido un recambio".
Los inicios de un soñador
A fines de los 50, Robert Dick, entonces director del Instituto Alemán de Frutillar, invitó a Arturo Junge (1913-1994) y a su coro Singkreiss a participar en las jornadas corales que se desarrollaban en el balneario. Fue tal el éxito de esas veladas, que en 1968 el propio Junge decidió convocar a un grupo de instrumentistas con "la idea de que entre los músicos surgiera algo parecido a lo que pasó con los coros", como recordó el artista en una entrevista concedida a este diario en 1993. Su amor por la música y su preocupación por los jóvenes lo llevaron a fundar, en 1968, las Semanas Musicales. Visto el éxito de esa primera Semana, Junge propuso al alcalde de Frutillar de la época, Egon Schmidt, la formación de un directorio que se hiciera cargo del evento. En 1969, este directorio integró a Alfredo Doetz y a la pianista y chelista Flora Inostroza, actual presidenta de la Corporación Cultural "Semanas Musicales de Frutillar" y principal responsable de lo que es el encuentro hoy.
"En los inicios había una cosa mucho más familiar. Nos alojábamos en el Instituto Alemán o en casas de vecinos del balneario. Arturo, por lo demás, tenía una mística muy especial. Entusiasmaba a todos. Frutillar era completamente distinto. Había, por ejemplo, solo un local que vendía kuchenes y se formaban colas. Tampoco se soñaba con el Teatro del Lago", recuerda su viuda, la soprano Ana María Zabala.
Agrega que cuando su esposo se proponía algo, siempre lo conseguía sin considerar los costos económicos. "Era un soñador fantástico y tremendamente visionario. Desde los inicios siempre los recursos fueron escasos, por eso en un momento Arturo fue a pedirle ayuda al entonces general Fernando Matthei y él le dijo: 'Perfecto, yo le facilito los aviones para el traslado de los artistas, a cambio de que se presente en Frutillar la Banda Sinfónica de la FACh'. Y así partió esta alianza que perdura hasta nuestros días".
En 1979, como rememora su viuda, "por desavenencias con el directorio Arturo Junge dejó las 'Semanas Musicales de Frutillar'. En uno de los momentos más dolorosos de su vida". De esta manera, Flora Inostroza, como presidenta de la Corporación, toma las riendas e impulsa otro de los hitos del encuentro: el convenio con la Universidad de Chile, que ha posibilitado que todos los años se presenten en el balneario los cuerpos estables de esta casa de estudios.
Del gimnasio al Teatro del Lago
Hasta el 2010, los conciertos se desarrollaban en distintas plazas de la ciudad, iglesias luterana y católica y, fundamentalmente, el gimnasio municipal. Una etapa llena de mística y anécdotas sabrosas.
"El gimnasio era un local grande, pero con asientos duros y sin aislación acústica", rememora el periodista Walter Krumbach. Sus recuerdos de los inicios de este encuentro musical están llenos de momentos tragicómicos: "En un árbol cercano se había instalado una familia de bandurrias, que graznaban en el momento menos pensado y nunca coincidían con la tonalidad de la obra que se ejecutaba. Una vez, un joven pianista se afanaba con un adagio en pianissimo . En eso, comenzó a llover a cántaros. El ruido en el tejado era tan intenso, que no se escuchaba el instrumento, de modo que el ejecutante interrumpió su recital, esperando que amainara el temporal. Durante otro temporal, la Sinfónica comenzó su concierto con la obertura 'La fuerza del destino', de Verdi. Apenas había tocado un par de compases, cuando se cortó la energía eléctrica. El gimnasio quedó totalmente a oscuras, ¡boca de lobo! Uno a uno, los instrumentos dejaron de sonar, resultando un silencio desconcertante. Rápidamente, los bomberos que resguardaban la sala pusieron unos chonchones para que la gente no se asustara".
Claramente, y tras el crecimiento y consolidación del encuentro, no podía continuar en tan precarias condiciones. Por eso, la propia Flora Inostroza, junto al fallecido empresario Guillermo Schiess, consiguió -con el apoyo la Municipalidad de Frutillar- que el lugar donde se encontraba el Hotel Frutillar (destruido por un devastador incendio en 1996) se les traspasara para la construcción de un moderno teatro. Así gracias a su empuje, la visión de las autoridades de la comuna y el aporte fundamental de Guillermo Schiess y sus familiares, así como el de muchos donantes y amigos, se comienza a hacer realidad el Teatro del Lago.
De esta manera, un 27 de enero de 1998, con la instalación de la primera piedra de la construcción, ceremonia que encabezó Christoph Schiess en honor a su padre, se inicia este gran proyecto que tardó 12 años en concretarse, entre otras razones por la crisis asiática y la falta de recursos. Ello sumado a que, en los últimos años, surgieron algunas desavenencias que se acentuaron para la inauguración del teatro en noviembre de 2010.
Como es de público conocimiento, la familia Schiess y la "Corporación Semanas Musicales de Frutillar" se aliaron hace más de una década bajo la sociedad Inmobiliaria Frutillar. La Corporación aportó el terreno (valorizado en unos $ 150 millones, cedido por la municipalidad) y la familia Schiess, otro tanto. El ambicioso teatro, sin embargo, significó una inversión superior a los 40 millones de dólares, principalmente financiados por los Schiess, quienes tomaron finalmente el control del inmueble. A él se sumó el hecho de que el matrimonio Uli y Nicola Bader-Schiess lideraron de manera decisiva el proyecto a partir de 2006, logrando transformarlo en uno de nivel internacional, finalizar la construcción e inaugurarlo en su totalidad en 2010, con la visión y misión de Teatro del Lago claramente establecidas. Hasta 2013, Nicola integró también el directorio de las "Semanas Musicales de Frutillar". ¿Cómo están las relaciones hoy entre ambas partes?
Relaciones cordiales
"Son relaciones cordiales", señala Carmen Gloria Larenas, gerenta de programación artística y de comunicaciones del Teatro del Lago, "pero cada uno va por un carril distinto. Nuestra visión y misión están íntimamente ligadas a la educación, a través de la música y las artes, y desarrollar un proyecto artístico transformador y generador de desarrollo a nivel local, nacional e internacional durante todo el año. Respecto del acuerdo con 'Semanas Musicales', ellos pueden utilizar los escenarios del teatro para sus actividades y conciertos y nuestro equipo técnico y de operaciones contribuye al buen desarrollo del festival. Pero es todo. Nos respetamos, pero no hay mayor interacción ni complementación".
El alcalde Ramón Espinoza comenta que, como jefe de la municipalidad, está abogando para que se produzca un acercamiento entre ambas partes. "Nicola hizo un extraordinario aporte en el directorio de las 'Semanas Musicales' y yo estoy convencido de que tiene que regresar. Debe haber una complementariedad entre ambos esfuerzos. Sin Flora y sin la familia Schiess no tendríamos el maravilloso teatro con el que hoy contamos".
Pero más allá de este momentáneo impasse , no se pone en duda que pasar del gimnasio de Frutillar al Teatro del Lago significó un avance exponencial en el despegue del festival. "El teatro ha sido una experiencia única de un proyecto, las Semanas Musicales, que nació en la precariedad absoluta y que sin embargo sigue manteniendo la misma mística y el mismo significado a nivel continental, de un evento de gran nivel artístico que se desarrolla en un ambiente único", señala Ernesto Ottone, director del Centro de Extensión Artístico y Cultural de la U. de Chile (CEAC).
Flora Inostroza considera que no se puede olvidar "lo lindo que fue pasar por el gimnasio municipal. Mucha gente me comenta que añora esa cercanía con los músicos. ¡Si hasta uno los veía transpirar! Pero estar en este teatro, con esta acústica impresionante, es un regalo. Ha sido un cambio tremendamente importante para todos" .
Artistas ad honoren
Otros de los sellos que caracterizan, desde sus inicios, a las "Semanas Musicales de Frutillar" es que todos los artistas que participan deben postular y, una vez aceptados por el directorio, la organización les financia sólo el alojamiento y la alimentación: "Acá trabajamos sin fines de lucro, de hecho todos los miembros del directorio no recibimos un peso. Nos encantaría contar con más recursos para financiar los honorarios de los músicos, pero no ha sido posible. Hacemos malabares con los dineros que recibimos del gobierno regional, del municipio y privados. Es terrible juntar la plata", señala Flora Inostroza.
Ramón Espinoza comparte este análisis y agrega que "afortunadamente terminamos cada edición sin deudas. Es cierto que sería fantástico contar con más ingresos, pero tampoco queremos perder de vista que queremos seguir organizando un festival a escala humana, sin perder la magia que nos caracteriza. Para los artistas estar aquí es un premio y no hay un afán comercial: solo queremos posicionar al balneario como una ciudad de la música y realizar muchos conciertos de extensión".
En 2015 debería renovarse el directorio de la Corporación "Semanas Musicales de Frutillar". Flora Inostroza adelanta a "Artes y Letras" que llegó el momento de "dejar paso a las nuevas generaciones. Y, afortunadamente, quienes llegarán estoy segura de que serán mucho mejores y con más ideas que los que partimos con este sueño".
El alcalde de Frutillar despeja dudas: "Flora es un símbolo de Frutillar. Ella es un motor y si la salud la acompaña, tal como lo sucede hasta ahora, no veo un recambio. ¿Para qué?".
Ernesto Ottone, director del CEAC, puntualiza: "Es difícil imaginar las 'Semanas Musicales de Frutillar' sin Flora. Que ella siga hasta el 2015 es la mejor noticia que nos pueden dar. Creo que todos los festivales han tenido una madrina o un padrino, y ella representa ese espíritu desde donde nació este gran evento. Ahora, los padrinos van cambiando en el tiempo y también es legítimo imaginarse un recambio, pero hasta que eso no ocurra no vale la pena hablar de ello".
Algunos sucesos y artistas inolvidables
Alfredo Perl rememora a "Artes y Letras" que en las "Semanas Musicales de Frutillar" el año 1978 "debuté como solista con orquesta, tocando el concierto KV 271 ('Jeunehomme') de Mozart. Dirigió Fernando Rosas. Fue una experiencia maravillosa, inolvidable, de la que recuerdo principalmente el impacto que me causó escucharme a mí mismo tocar, y a la vez oír a los demás músicos como formábamos un conjunto sonoro armónico. Yo tenía doce años entonces. Durante la misma edición de las 'Semanas Musicales' hubo un montaje de la ópera 'Bastián y Bastiana' del mismo Mozart, en la que participé en una especie de introducción actuada en la que aparecí tocando el clavecín disfrazado de Mozart. Todo el mundo lo encontró muy tierno".
El periodista Walter Krumbach destaca un hito del año 1994. "Me acuerdo de una Sinfonía Coral de Beethoven, a cargo del Coro y la Orquesta Sinfónica de Chile , dirigidos magníficamente por Irwin Hoffman , y en que destacó la contralto solista Pilar Díaz, con su característico timbre broncíneo. Inolvidable".
A lo largo de sus 46 años de vida, han actuado importantes solistas y conjuntos de cámara nacionales e internacionales, como el pianista francés Jean-Philippe Collard , la soprano Patricia Cifuentes (ganadora del Concurso "Luis Sigall"), la cantante Andrea Tessa, directores como David del Pino y Francisco Rettig, el Ensemble Bartok ; además de importantes agrupaciones como la Sinfónica Nacional Juvenil dirigida por José Luis Domínguez.
Pero, sin duda, uno de los mayores hitos de su historia ocurrió en enero de 2011, cuando la totalidad de sus conciertos vespertinos comenzaron a desarrollarse en el Teatro del Lago.
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