La cantante acaba de estrenar “Anastasia”, el tercer disco de su carrera, donde a través de la búsqueda de un sonido propio resume los intensos últimos tres años de su vida.
Raimundo Flores S.
La historia de una de las cantantes chilenas más relevantes de los últimos años escribió el jueves en la noche un nuevo capítulo. Cami, el alias de Camila Gallardo, estrenó “Anastasia”, su tercer álbum de estudio, donde profundiza en la búsqueda de un sonido propio y lleva un paso más adelante su propuesta artística.
“Fue un proceso súper largo, de mucho trabajo y descubrimiento. Me pasaron muchas cosas y junté tres años de mi vida en un disco, casi tres años de experiencias, donde en la mitad hubo una pandemia”, explica Cami en conversación con “El Mercurio”.
El álbum lleva como título el segundo nombre de Gallardo y está compuesto por 17 canciones, convirtiéndose en su producción más larga hasta la fecha. Hasta antes del jueves ya habían sido publicados cinco sencillos, que adelantaban una de las temáticas más recurrentes del disco, una visión desconfiada y agotada de las relaciones románticas que también se cruza con ácidas reflexiones sobre la sociedad actual contrastadas con otros momentos de más vulnerabilidad.
“Tuve la posibilidad de alquimizar muchas experiencias y vínculos, historias que estaba intentando soltar o quizás ya había soltado, pero a las que a veces uno vuelve como punto de inspiración. Todas las canciones cuentan una historia de mi vida. Hay muchas que las escribí ya habiendo superado esos procesos, pero las quería escribir igual, porque necesitaba ese espíritu más teatral en el disco, y creo que es algo que se logró súper bien, lo pictórico y lo cinematográfico”, señala la voz de “Querida rosa”.
Asimismo, el ámbito sonoro incluye búsquedas en diferentes áreas, con Cami compartiendo créditos en la producción junto a importantes nombres internacionales como Sebastián Krys, Eduardo Cabra y Tainy. Aunque el pop y el folclor siguen siendo dos grandes pilares en su trabajo, “Anastasia” abre espacios a sonoridades electrónicas y más eclécticas. Según ella misma, la lista de influencias va desde la cantante de tango argentina Tita Merello hasta el DJ británico El Búho.
“Cuando decidimos empezar el proceso del tercer disco, no quise encasillarme en nada, ni tampoco responder ante un género musical o que el disco se tratara de una cosa”, dice Cami y agrega: “Llevaba las ganas de querer crear algo. Más allá de que escriba mis canciones, creo que los procesos de producción son súper importantes cuando el disco es tan personal, y también cuando uno tiene bien claro cuál es la estética o el ambiente que uno quiere generar”.
Lidiar con la exposición
Cuando Cami dice que “Anastasia” retrata los últimos tres años de su vida, abarca un período de tiempo en que la cantante también ha acaparado titulares por noticias extramusicales. Su detención en una reunión social nocturna que excedía el aforo permitido o la controversia que causaron alguna fotos suyas en una fiesta en Miami, cuando en Chile aún había restrictivas medidas sanitarias, son hechos que generaron una oleada de críticas el año pasado. Ahora, su regreso a la primera línea de exposición como jurado de “The Voice Chile” también le ha acarreado críticas en redes sociales.
“Ha habido épocas donde lo pasé muy mal, realmente muy mal”, dice y añade: “Intento ser lo más racional posible para no lastimarme y para estar concentrada, porque al final todos son distractores y no quiero darle más poder a gente que no hace nada por mí versus mucha gente que sí hace mucho por mí. No es justo ni para todo el amor que le pongo a mi trabajo, ni para todo el amor que la gente me da. Como que no es justo priorizar en mi cabeza ese lugar oscuro que siempre va a seguir existiendo, y si no era yo, iba a ser otra persona, siempre hay alguien ahí”.
Gallardo reconoce que las polémicas que protagonizó y las críticas que recibió la hicieron aislarse durante el proceso creativo de “Anastasia”. “Me fui mucho tiempo, porque necesitaba estar total y completamente concentrada en mi disco, y me alejé de todo el mundo. Borré todas las aplicaciones de mi teléfono y me encerré en el estudio a vomitar todo lo que tenía, a sanar. Estuve sola mucho tiempo afuera y también fue como un purgatorio para mí como artista. Lo mejor que puedo hacer ahora es que mi música hable por mí, y los que quieran conectar con eso volverán a llenar otro Movistar Arena”, dice sobre el concierto que hizo en el recinto hace algunas semanas, al que asistieron más de 10 mil personas.
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