3 Días Ese es el tiempo que le queda a la cuenta regresiva para la primera mitad de los conciertos que darán músicos y títeres en el Movistar Arena. Las últimas semanas han sido de intenso ensayo y ajustes para entregar cuatro shows memorables.
por Daniela Lagos
"En esa parte entra corriendo y te das una vuelta por todo el escenario antes de que empiece la letra", propone Alvaro Díaz a uno de los titiriteros, mientras empieza a sonar la introducción de Rin raja. Son casi las nueve de la noche y en Santiago la temperatura se eleva un par de grados sobre el cero. En un galpón de la calle Santa Elena dos estufas ayudan a capear el frío y a mantener temperada a una veintena de personas que se mueve por el lugar.
Algunos guardan y sacan títeres de cajas plásticas instaladas al fondo, al lado de una pequeña tarima donde los hermanos Ilabaca -de Chancho en Piedra-, Pedropiedra y el tecladista Camilo Salinas son los encargados de las melodías de los conciertos de 31 Minutos, que se realizarán el miércoles 11 y el sábado 14 -en dos funciones por jornada- en el Movistar Arena (entradas en Ticketek).
Falta menos de una semana para el primero de los conciertos y por primera vez se está ensayando con muñecos, pero todos tienen claro lo que deben hacer. “Es un montaje simple, porque estás sobre todo haciéndolo para que se vea bien en las cámaras, que es lo que la mayoría de la gente va a ver, entonces no hay espacio para muchos detalles. Lo importante es tener muy claro cuándo hay que entrar y salir, y tener bien coordinados los tiempos de todo”, comenta Díaz, quien además de ser uno de los creadores de la serie que salió del aire hace siete años, oficia como director de este proyecto.
El es uno de los que llevan más tiempo ensayando, porque antes de sumar los títeres, la banda -de la que también es parte- estuvo practicando cerca de dos semanas, en las que llegaron a completar una decena de sesiones. “Al final, esto es un evento musical, no una obra de teatro, entonces es muy importante que las canciones estén bien”, explica Díaz.
En el galpón, que tiene huinchas pegadas en el suelo que indican cuáles serán las dimensiones reales del escenario, se ensaya con telones negros detrás de los que se ponen los titiriteros. Al frente de ellos hay una cámara filmando todo el tiempo, para que después puedan revisar que no se esté escapando ningún detalle. A partir de mañana los ensayos serán en jornada completa, lo que no es fácil de coordinar, considerando que el equipo incluye a músicos que tienen carreras aparte -este fin de semana, por ejemplo, Pedropiedra viajaba a Brasil-, al igual que parte del elenco, como Jani Dueñas, que es comediante y conductora radial. “Es como juntar a una selección de fútbol, pero todos tienen los guiones y conocen los personajes. Entonces pedimos que nos diéramos una semana en que esto tuviera privilegio, y en estos días tenemos disponibilidad casi completa”, explica.
El equipo que trabajará en el montaje es de cerca de 40 personas, muchas de las cuales vienen desde que se hacía la serie para TVN y que trabajan en la productora Aplaplac, y aunque es un gran desafío, la idea es mantener el espectáculo simple, y para eso sirve una historia sencilla: los muñecos de 31 Minutos vienen llegando de una gira mundial y estos serán sus shows de cierre. Ya están cansados y aquí además se encuentran con un problema que es que no tienen permiso de las autoridades para hacer el show, algo con lo que Tulio Triviño quiere lidiar de la manera más simple posible. “En el fondo, 31 Minutos tiene una historia y estándares que la gente puede reconocer. Esto quiere ser un recital de grandes éxitos. Es una revisión de 10 años de historia”, comenta Díaz.
El resultado será un evento que durará cerca de 90 minutos, en los que se repasará un máximo de 31 canciones, aunque pueden ser menos si resulta que está quedando un montaje muy largo. La misma idea será repetida en cuatro tandas, aunque en un principio sólo se habían anunciado dos shows. Las otras dos presentaciones se sumaron esta semana, por la rápida venta de entradas de los primeros conciertos. “Era una posibilidad, pero no era algo que esperábamos. Creo que también hay un efecto Lollapalooza que es importante”, analiza, y comenta que la posibilidad de llevar el show a regiones es real, pero implica repensarlo. “No quisimos hacer una gira ahora por una cosa de tiempos y también de plata. Estos shows son muy grandes y también muy caros. Hay que hacer una versión mas liviana para poder llevarla a distintos lados”.
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