viernes, febrero 28, 2014

De punta en blanco: el libro mayor de Lalo Parra

El Mercurio

En el quinto aniversario de su muerte a los 90 años , su hija Clarita Parra, autora de "El hombre del terno blanco", prepara un homenaje en la comuna de Macul para el 4 de abril.

IÑIGO DÍAZ

Eduardo Parra y Elizabeth Castro, ella cuarenta años más joven que él, entraron de perfecto blanco al Sindicato de Folcloristas, donde se celebró su matrimonio en 1997. Fue el último en la biografía del cantor luego de ese divorcio "exprés" de Luisa Soto Muñoz, su tercera esposa, que solamente era treinta años menor. Mujeres nunca le faltaron.

"Calculo que mi papá cambió los trajes oscuros a rayas por los blancos en los años 90, porque me acuerdo que cuando volví a Chile desde Canadá en 1998 yo le traía de regalo otro terno blanco", anota la folclorista y cantautora Clarita Parra, compañera de ruta de Lalo Parra en su vida circense de los años 50, colaboradora musical desde los 60 y amiga en todas las épocas. También es la autora de su reciente biografía, "El hombre del terno blanco" (RIL Editores, $9.900).

"Ese año él había sufrido un infarto y estaba muy deprimido por la muerte de su hermano y yunta, Roberto. No quería salir de la cama. Le dije que iba a volver a las seis y que lo quería levantado, pero se negó diciendo 'no va más el viejo Parra'. Cuando volví a esa hora, él estaba allí, de pie y vestido con ese traje blanco y su corbata roja. 'Tengo el alma blanca', ironizaba. Ahí comenzó su nueva vida, salió a tocar otra vez, armó su grupo Los Churi Churi y grabó el disco con que ganó el Altazor, '80 son las razones' (2002). Se hizo muy conocido", cuenta.

La biografía, subtitulada "Mi padre, el tío Lalo Parra", se lanzó en ferias literarias durante el verano, pero pronto tendrá una nueva presentación.

Este 4 de abril se cumple el quinto aniversario de la muerte de Lalo Parra, el cuarto hermano en la línea familiar de artistas ñublenses, tras Nicanor (1914), Hilda (1916) y Violeta Parra (1917). El Chepe, como le llamaron de niño en el campo, o el Guapo Parra, como lo presentaron en una pelea a puñetes en el Regimiento Tacna donde hizo su servicio militar, vivió sus últimos dos años en la comuna de Macul.
"El mismo 4 de abril vamos a recordar en la municipalidad a Lalo con su música y sus versos, convocando a la mayor cantidad de músicos jóvenes de la comuna. Él siempre me decía 'Clarita, preocúpate de los cabros porque los viejos ya vivimos', rememora la hija y de inmediato recoge el vínculo que tanto Lalo como Roberto Parra establecieron con músicos de los 90 como Álvaro Henríquez y Mario Rojas.

"Ellos estaban impresionados con el toquío, el punteo y el rajeo de los Parra. No se parecía a nada que hubieran escuchado de los músicos viejos, por eso se enamoraron de ellos", dice.

Clarita Parra no ha vuelto a leer su libro desde que se terminó de imprimir en octubre. "Un día fui a Las Cruces y le llevé a Nicanor Parra el original mecanografiado. Vio el título y le gustó. Poco después me dio la venia: 'Adelante los faroles con El hombre del terno blanco' ".

 El principio o el final

Construido a partir de relatos breves, recuerdos, fotografías y letras de canciones, "El hombre del terno blanco" se puede leer sin una continuidad lineal. Las confidencias que Lalo Parra le entregó a su hija y la memoria privilegiada de ella posibilitaron la reconstitución de la gran historia de 90 años. Se inicia en Chillán cuando en 1930 el niño Lalo conoce a su futura primera mujer y madre de la autora, Clara Moreno Ortiz; y termina con el cantor en su lecho de muerte en el Hospital de la U. Católica, cuando el humorista Palta Meléndez lo visita y le pide un favor al oído para cuando llegue al Cielo si se encuentra con cierta persona "por allá".

1 comentario:

Gilberto Antonino dijo...

Hola sabes cuando es el homenaje musical al señor General Augusto Pinochet? En las redes sociales lo dicen pero no hay fecha exacta. lo único que sé es que será en Santiago.