El Mercurio
Ganador del Premio Revista de Libros de El Mercurio en 2006, publica ahora un libro de poesía, "Elogio de los reptiles" (Tácitas), y una novela, "Fuimos a bombardear Croacia" (Alfaguara).
Patricio Tapia
Se presentaba ante otros como "un soldado del rock and roll ", y a veces como "bailarín de Sumatra". Así aparece en Fuimos a bombardear Croacia , el libro en que Julio Carrasco relata su viaje a Duvrovnik, en 2002, para realizar la "acción de arte" de lanzar sobre la ciudad cien mil marcadores de libros con poemas, por el colectivo Casagrande, al que pertenece. El año anterior habían hecho lo mismo sobre el Palacio de la Moneda, en Santiago. Y bajo la divisa "Donde otros lanzan bombas nosotros lanzamos versos", lo siguieron haciendo.
Se podría haber presentado como ingeniero (carrera que estudió en Cuba) o poeta (en 1995 publicó Libro de los tiburones ). En 1996 conoce a Joaquín Prieto y Cristóbal Bianchi, en la Fundación Neruda, y crean el colectivo Casagrande (al que se sumó después Santiago Barcaza) y el grupo de rock Los Muebles, del que es vocalista.
Diez años más tarde publica dos libros de poemas: Sumatra y Despedidas antárticas (Premio Revista de Libros). Y ahora, años después, publica la novela-recuerdo Fuimos a bombardear Croacia y los poemas de Elogio de los reptiles .
-¿Es pura coincidencia que aparezcan dos libros suyos al mismo tiempo?
-Completa coincidencia. Siguieron caminos separados en diferentes editoriales. De hecho, el de poesía iba a presentarse en noviembre del año pasado. Y habiendo 365 días en el año, cada uno de ellos con 24 horas, resulta que salieron desde imprentas diferentes el mismo día a la misma hora. Lo llamaría una casualidad astral.
-¿Hace alguna diferencia entre escribir poesía y prosa?
-En general, los poetas chilenos, e insisto en que hablo en general, porque hay excelentes poetas chilenos que evaden la norma, tendemos a comprimir las ideas, estamos más acostumbrados a pensar en verso, calculando cuánto pesa cada palabra en el contexto en que aparece. Por eso, al escribir prosa corremos el riesgo de ir al grano demasiado rápidamente, sobre todo cuando lo relatado interesa solo como soporte de una idea importante. Esa es la única diferencia que siento entre un género y otro. Por lo demás, la poesía para mí es un relato, con la particularidad de que se ocupa de ideas o situaciones que sería imposible expresar de otro modo.
-En "Elogio de los reptiles" aparecen más veces tiburones. ¿Qué lo obsesiona de ellos?
-Su naturaleza letal, su actitud inexpresiva y el hecho de que se mueven fácilmente bajo el agua, un medio en el que a los seres humanos nos cuesta mucho. Por otro lado, habría que considerar que viví 15 años en Cuba, y allí acompañaba ocasionalmente a algunos amigos a practicar la pesca submarina en sectores de la costa donde merodeaban tiburones. Además, cuando niño tuve fiebre alta después de ver la película de Spielberg, y deliré toda una noche con el tema. En cualquier caso, la idea central del libro es sostenida por los reptiles; los tiburones son mediadores, sin importar cuántas veces sean mencionados.
-¿Cuánto de verdad y cuánto de ficción hay en el libro sobre Croacia?
-No hay un gramo de ficción; todo pasó tal cual está narrado; incluso mis pensamientos.
-Es la segunda experiencia armamentista. ¿Qué otros lugares han "bombardeado" después y cuáles proyectan?
-El libro es el relato de la primera vez que llevamos este proyecto fuera de Chile, y al decir de Francisco Vargas, uno de los personajes -actualmente es gerente de algo en Chilevisión-, fue como subir el Everest en chalas. Antes lo habíamos hecho en La Moneda y después en Guernica, Varsovia, Berlín y Londres. Estamos tratando de bombardear Buenos Aires este año, Nagasaki y Rotterdam el próximo. Pero nunca tenemos total certeza de que nuestros planes vayan según lo previsto.
-¿No les convenció la idea de hablar de "lluvia" de poemas?
-Jamás nos convenció; el proyecto se llama bombardeo de poemas, porque está determinado por hechos históricos concretos. Lo que hacemos es replicar una experiencia traumática desde el ángulo opuesto. Hablamos de bombardeos de poemas para enfatizar su origen y fundamentación.
-Muestra temor por los juicios de una hospedadora que cree que en Estados Unidos hay exceso de negros...
-Fue muy impresionante para mí que una señora tan amable me saliera con un disparate racista de esa naturaleza, y como lo decía con total naturalidad, me preocupaba y me sigue preocupando cuánta gente pueda pensar parecido a ella en la región. El ser humano es una criatura extrañísima.
-Pero sus juicios (o del narrador) no son menos aventurados: moteja desde "energúmeno"; "simio", "tarado"; a una secretaria de "bestia inoperante"...
-Es verdad. Suelo ser rudo al hablar, si bien la mayoría de las veces lo hago, por raro que pueda parecer, con cariño. Esa secretaria era, en todo caso, terca como una puerta atascada. Y los micreros que vi en Dubrovnik eran insufribles. Tal como cuento en el libro, les sacaba la madre en castellano al subir al bus, y así de alguna manera compensaba sus malos tratos.
-¿Toma mate con agua mineral?
-Dejé de tomar mate hace algunos años, porque descubrí que me provocaba una leve angustia. Pero tengo buenos recuerdos del mate con agua mineral gasificada. A veces lo hago, pero poco. Ahora prefiero el té.
-¿Llama a sus amigos "hermano"?
-Es una costumbre cubana. Allá decía "emmano", "brodel" (brother), etc. Al volver a Chile mantuve todas las palabras que pude de mi antigua jerga, creo que por un asunto de sobrevivencia. También mantuve la costumbre de fumar puros, gracias a que los "emmanos" que todavía tengo en la isla me los mandan más o menos periódicamente.
-Las pirañas aparecen mencionadas en ambos libros. ¿Alguna razón?
-Son muy especiales las pirañas, un poco como Hulk, irascibles y sin cerebro, aunque, a diferencia de Hulk, no tienen corazón. En general, los animales aparecen frecuentemente en mis poemas, no sé por qué. Siempre me han fascinado. Me gustaría ver alguna manifestación de humanidad en las pirañas, como he podido ver en otros animales aparentemente desalmados, como los arácnidos, pero en general los peces son tremendamente inexpresivos.
-¿Casagrande solo está dedicada a su labor de bombardeo?
-El año pasado pintamos la sombra de 4 aviones Hawker Hunter a escala natural acercándose a La Moneda para celebrar los 40 años del golpe. Luego fabricamos una flota de Hawker Hunter de chocolate para la inauguración de CENTEX, en Valparaíso. Siempre estamos haciendo muchas cosas al mismo tiempo.
-¿ Y el grupo Los Muebles?
-Acabamos de estrenar la web oficial de la banda (www.losmuebles.cl). Estamos trabajando en nuestro próximo disco, y vamos a tocar el 30 de mayo en un festival que organiza Gonzalo Henríquez.
-¿Es un soldado del rock and rol ?
-Creo que los integrantes de Casagrande somos todos un poco "soldados del rock ", por la cantidad de aventuras que vivimos al hacer todo lo que hacemos. Se produce una energía especial al trabajar con amigos en función de un objetivo común y cuando sientes que estás haciendo lo correcto. Toda vez que una de nuestras ideas está en curso, uno tiene la impresión de que no hay fuerza capaz de detenerla, como si todo el universo se hubiera ordenado para hacerla posible. Es una sensación formidable y es fantástico tener amigos a los que abrazar después de finalizada la obra. Aunque en el fondo la obra sigue contigo; a veces, por ejemplo, al cerrar los ojos me veo involuntariamente sobrevolando Londres, que fue la última ciudad que bombardeamos, en medio de la niebla y el viento. Todo eso nos hace rockeros de alguna manera, cuando no estamos tocando con Los Muebles, porque ahí sí que lo somos, sin metáfora de por medio.
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