El Mercurio
El ex Beatle llega por tercera vez a Chile, con plena vigencia a sus 71 años, para ofrecer dos conciertos en Santiago. "Mientras el público siga pidiendo, la música sigue sonando", dice.
Diego Rammsy S.
Hace unos días que Paul McCartney se encuentra en Los Angeles ensayando con la banda que lo acompaña en sus giras. Su próximo destino es Sudamérica -tramo que incluye una doble función en Santiago los días 21 y 22 de abril en Movistar Arena-, y mientras viaja en un auto dentro de la ciudad californiana, concede un tiempo para conversar sobre su actualidad musical, que a sus 71 años lo mantiene tan vigente como en su mejor época junto a los Beatles, solo que ahora no debe compartir los créditos con nadie más.
"Las cosas van estupendamente, estamos pasando un buen rato, la banda suena bien, el clima es bueno...", dice el músico con voz relajada. Porque ¿qué motivos podría tener el bajista para preocuparse? Tiene la mejor banda, el mejor repertorio, el mejor sonido, incluso el mejor manager . Scott Rodger, el representante que comparte con la banda Arcade Fire, fue escogido como Manager del Año en los Artist & Manager Awards 2014. "Es muy bueno, es un gran tipo, yo le enseñé todo lo que sabe (risas)... no, en realidad es un tipo genial, es muy trabajador, definitivamente merece ese reconocimiento", dice McCartney con humor.
A estas alturas de su vida y su carrera, nada parece sorprenderle mucho. Lo que habla de los Beatles suena como discurso aprendido de memoria; en cambio, haber sido sorprendido en un partido de básquetbol de la NBA junto a su esposa Nancy (52) y su hijo James (36), le devuelve el ánimo a su tono algo displicente. "¡Sí! Esas son las cosas que hacemos con mi familia, ir a partidos. Claro, las cámaras me siguen, pero no quiero estar en la audiencia con lentes oscuros y un gorro pretendiendo no estar ahí, voy a divertirme y cuando veo las cámaras enfocándome, no me importa. Creo que mucha gente solo piensa 'es un buen tipo que se divierte'", comenta. Porque el domingo pasado, el ex Beatle fue visto entre el público del partido entre los Clippers y los Lakers. Pero aparte de ser captado por las cámaras celebrando, aplaudiendo y conversando, fue la famosa kiss cam la que lo enfocó, obligándolo a besar a su mujer frente a toda la audiencia, a lo que accedió con la dulzura de un muchacho enamorado.
-¿Puede disfrutar de una vida normal con esa fama sobre los hombros?
"Sí, aunque no puede ser tan normal porque todo el tiempo están las cámaras sobre mí. Una alternativa es sentarte ahí y fingir no pasarla bien, pero yo la paso bien, entonces actúo naturalmente y cuando nos ponen la kiss cam y nos besamos, es muy divertido. La única diferencia para mí es que todo sería ordinario si las cámaras no me pusieran en TV, de otra forma solo seríamos mi esposa y yo como dos personas comunes. Ya sé que eso es lo que va a pasar si salgo a ver un partido, entonces solo lo disfruto".
McCartney en el siglo XXI
Sin duda el bajista de una de las bandas más populares de todos los tiempos se las ha arreglado para mantener una vigencia de la que pocos podrían presumir. Tras su época dorada junto con el cuarteto de Liverpool, este sobresaliente compositor de melodías populares comenzó una carrera solista que no ha menguado a lo largo de 40 años. También su espectáculo en vivo ha cobrado una madurez y una calidad reconocida hoy en el mundo entero. No es coincidencia que tras su tardío debut en Chile en 1993, tuviese la oportunidad de regresar al país dos veces en menos de tres años. Ahora incluso con dos conciertos consecutivos en Santiago. "Antes solía ser más difícil tocar en Sudamérica, porque la gente tenía más preocupaciones. Pero hoy en día los promotores están más felices de mandar gente a países como Chile, porque está mucho mejor, entonces hice un espacio para ir, porque la audiencia es genial", explica
McCartney, que esta vez llega con la gira "Out there!" recreando sus mayores éxitos. Pero, a diferencia de su última visita al país, en 2011, trae dos nuevos discos de estudio en el equipaje: "Kisses on the bottom" (2012) y "New" (2013).
Otro frente que McCartney no había explorado hasta hace poco era el de los festivales musicales masivos, un aspecto que le ha dado una nueva cara a este veterano de la industria.
-¿Cree que sus participaciones en festivales como Coachella y Bonnaroo lo han acercado a un público más joven?
"Sí, en el pasado nunca pensé en festivales porque no estaba seguro de que fuéramos la banda adecuada para tocar en ellos. Pero como dices, estuvimos tocando en Coachella, Bonnaroo y Glastonbury, y es una gran audiencia de básicamente jóvenes, pero cuando ves el público en Chile, muchos también son jóvenes. Es sorprendente que haya gente tan joven asistiendo a nuestros conciertos y es bueno que vayan las generaciones nuevas".
-¿Cree que apostar por un sonido más contemporáneo ha marcado una diferencia para llegar a las nuevas generaciones?
"Sí, creo que siempre es bueno tener un nuevo álbum para tocar nuevas canciones en el concierto y esa fue la idea. Es genial porque ha sido exitoso y mucha gente lo ha escuchado. Los productores con los que trabajé también lo han hecho con bandas más jóvenes y eso trae sonidos nuevos que hacen que se escuche muy bien, que se toque mucho en la radio; es justo lo que queríamos".
-Con respecto al aniversario de los 50 años de la Beatlemanía, ¿existen nuevos planes que incluyan a Ringo Starr?
"No, ya hicimos eso en Los Angeles para los Grammy, tocamos juntos, y luego la noche siguiente tuvimos un discreto tributo en TV, donde tocamos nuevamente. Pero aparte de eso, no tenemos planes. Cada uno está por su cuenta".
-Mirando atrás, ¿qué fue lo más importante que hicieron los Beatles?
"Hacer buena música, y libertad. Creo que para mucha gente a la que llegamos parecía que no estaba permitido tener libertad y miraron a los Beatles y dijeron 'podemos tener esa libertad'. Porque éramos un grupo muy libre, eso era muy importante para nosotros en la música y en nuestro estilo de vida. En Estados Unidos, cuando nos presentamos en el show de Ed Sullivan por primera vez, he conocido a gente que me ha dicho 'sí, era un niño, estaba viendo la TV y no sabíamos qué era eso, pero no podíamos creerlo'. Y muchos de ellos decidieron seguir ese camino y se convirtieron en músicos o managers porque querían ser parte de ese sentimiento. Pero por encima de todo estaba la música".
-¿Compararía a los Beatles con algún músico de hoy?
"Con ninguno. Es difícil compararlos con los grupos que hay actualmente, y es muy difícil para cualquiera compararse con los Beatles porque fueron algo muy especial. Y aunque hay muchos buenos músicos actualmente, como U2, Coldplay y Kings of Leon, no es fácil hacer una comparación porque nosotros tuvimos muy buenos tiempos y buenos discos. En la época en que sucedió todo tuvimos un efecto muy grande, eran tiempos muy diferentes y cuesta tener ese efecto hoy en día".
-¿Alguna vez se cansa de su trabajo?
"No. A veces es normal sentirse cansado del trabajo, físicamente, pero amo lo que hago y soy muy afortunado, no todos tienen la oportunidad de tener un trabajo que disfruten, que te lleve a diferentes lugares. Para mucha gente estas serían las vacaciones soñadas. Tengo una gran banda, amamos la música que tocamos y amamos al público. Y soy muy afortunado porque el público nos ama, entonces tenemos el paquete completo".
-Entonces, ¿pensar en el retiro no está dentro de sus opciones?
"Mientras te sientas bien, mientras el público siga pidiendo, la música sigue sonando. Por el momento tenemos todo lo que necesitamos, una buena banda, una gran familia, buena música, excelentes canciones, hacemos lo que amamos, amo tocar instrumentos y me es posible, y aunque me retirara lo seguiría haciendo como un hobby . No tiene sentido retirarse. Y además ¡solo tengo 45! (risas)".
Sus pasos por Chile
El 13 de diciembre de 1993 Paul McCartney aterrizó en Chile por primera vez en su carrera para ofrecer un concierto en el Estadio Nacional. "The new world tour" era la gira que lo llevaba a debutar en Santiago el 16 de diciembre, con entradas que costaban entre 8 mil y 20 mil pesos. Más tarde saldría una promoción poco antes del día del show con la intención de vender más boletos, que permitía adquirirlos a solo 5 mil pesos más tres tapas de cerveza Cristal, marca auspiciadora del evento entonces.
Tuvieron que pasar 17 años para que el ex Beatle regresara al país. El 11 de mayo de 2011 fue la fecha fijada para su retorno, ocasión en la que brindó un concierto ante un repleto Estadio Nacional con el "Up and coming tour". Esa vez, en solo el primer día de venta se despacharon 19 mil entradas, poco menos de la mitad de la convocatoria total del lugar. En esa ocasión, el espectáculo tuvo de todo: pirotecnia, pantallas de 18 metros y homenajes a sus ex compañeros de los Beatles fallecidos.
Ahora, en su tercera visita, ofrecerá dos conciertos consecutivos en Movistar Arena el 21 y 22 de abril para los que quedan menos de mil boletos para cada jornada.
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