El Mercurio
El Observatorio de Políticas Culturales analizó la gestión entre 2010 y 2014. Hubo mayor presupuesto, pero no se creó el Ministerio de Cultura.
Daniela Silva Astorga
Una de las primeras promesas fue incrementar el dinero destinado a la cultura. Incluso, al inicio del gobierno de Sebastián Piñera, el titular de la cartera, Luciano Cruz-Coke, anunció que se duplicarían los fondos concursables. Y ahora, ya terminado el período, el Observatorio de Políticas Culturales (OPC), dirigido por Bárbara Negrón, acaba de lanzar un informe que consigna que el presupuesto para la materia aumentó 22,9% en los últimos cuatro años, sumando los recursos que obtienen el Consejo de la Cultura (CNCA) y la Dibam. Mientras que en el caso del Fondart, se registra un incremento de 28,9% en el mismo lapso. No obstante, la materia continuó representando un 0,4% del presupuesto público.
Más allá de los números, este informe también recuerda cómo el patrimonio marcó la agenda y las prioridades del gobierno desde el comienzo, en gran parte por los daños que el 27-F dejó en edificios históricos del centro-sur. La preocupación se evidenció tras el primer discurso de 21 de mayo, cuando se comprometió la modificación de la Ley de Monumentos Nacionales. Pero, en discordancia con la urgencia, el proyecto ingresó al Congreso en enero de 2014.
El Consejo de Monumentos Nacionales incrementó su presupuesto 117% en cuatro años, quedando en $2.425 millones para 2014. En materia de recuperación de inmuebles históricos, en 2010 el CNCA creó un Programa de Reconstrucción Patrimonial que mezcló recursos públicos con privados, y que en 2013 debutó como un fondo concursable permanente (incorporado a la Ley de Presupuestos de 2013 y 2014). "Sin embargo, si uno observa los porcentajes del presupuesto del Consejo de la Cultura, se advierte que ese fondo no genera gran cambio. Eso, pensando en que el Fondart ocupa un 46% del total; la infraestructura, un 16%; los programas, un 21%; y las transferencias a otras instituciones, un 16%. El Fondo del Patrimonio no modifica sustancialmente el presupuesto. No se le puede atribuir a eso que no existan avances en otros campos", comenta Negrón.
El informe del OPC no incluye el trabajo de la Subsecretaría de Desarrollo Regional en materia de reconstrucción.
"Con respecto al patrimonio -agrega Negrón- se vio coherencia entre el plan de gobierno y lo que resultó, al margen de la Ley de Monumentos". Pero no pasó lo mismo con el compromiso de fundar un Centro de Fomento de la Cultura Indígena y tampoco con la promesa, hecha el 21 de mayo de 2011, de crear un Ministerio de Cultura y Patrimonio: el proyecto de ley entró al Congreso dos años después y quedó en la comisión respectiva de la Cámara de Diputados. Al contrario, la modificación a la Ley de Donaciones Culturales fue uno de los compromisos que más rápido se concretó.
Sobre el fomento a la creación y a la industria cultural, el informe del OPC muestra que hubo bastante continuidad, porque se mantuvieron, con algunos cambios, los fondos concursables. Y lo mismo pasó con el programa para construir centros culturales en comunas de más de 50 mil habitantes, impulsado en 2005. Al contrario, en relación al fomento de la lectura, el gobierno de Sebastián Piñera desarrolló el programa "Lee Chile Lee", y aumentó el presupuesto en 374,6%.
"Una de las grandes falencias que existe en el sector es la dificultad de medir el impacto de los programas. Es urgente crear mecanismos para hacerlo", concluye Barbara Negrón.
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