Califica la situación financiera del teatro como "tensa, pero sana", y asegura que los resultados de venta de la temporada 2017 han sido óptimos. En el inicio de esta, fija sus criterios de gestión.
Por Juan Antonio Muñoz H.
"¡¡¡Ufff!!! ¡¡¡Fenomenales!!!", dice riendo Frédéric Chambert, director general del Municipal de Santiago, cuando se le pregunta por las finanzas del teatro. Lo dice con ironía, pero también con tranquilidad. Inmediatamente retruca: "Esta es una corporación con un presupuesto acotado. Es un financiamiento complejo porque está basado en más del 50%, casi un 60%, en subvenciones que recibimos. Pero queda un 40% de financiamiento por conseguir en boletería, abonos, espectáculos, arriendos... Y en eso hasta ahora nos va bien; la buena noticia es que cumplimos e incluso superamos los objetivos de la campaña de abonos de la temporada 2017. Para mí, eso es meritorio, porque muchas veces cuando hay un cambio de administración, hay una pérdida de confianza. Esa fase problemática no la experimentamos".
-Lo que implica responder a esas expectativas.
"Por supuesto. Ahora nos toca aportar la prueba de que no nos dieron confianza en vano. Ese es el gran reto".
-Por eso es importante que la situación financiera esté en calma...
"La situación financiera por cierto que es una situación tensa. Esta es una corporación que tuvo que enfrentar hechos excepcionales como el terremoto, el incendio en el 2013, otro incendio en los talleres que tenemos en Lo Herrera. Todo eso se reconstruyó con aportes importantes de subvenciones públicas excepcionales, una campaña de donaciones y auspiciadores que nos ayudaron mucho. Hubo también seguros que lo pagaron en gran parte, pero obviamente quedó una parte desfinanciada y eso lo tuvo que asumir la corporación, que es una empresa de derecho privado que no tiene margen ni reservas. Estuvimos 'bicicleteando', eso es cierto, pero hoy la situación sigue tensa pero también sana".
-¿El proceso también incluye cambios en el funcionamiento del teatro?
"Sí. Tenemos que trabajar en la optimización de la herramienta, la reorganización de los servicios, de los recursos humanos a nivel de mando del teatro. Es un proceso de cambio complejo, que estamos haciendo progresivamente, pero también con mucha calma".
-¿Cuál es, a su juicio, el gran desafío que se le presenta hoy?
"La diversificación de los recursos. El mundo es otro, la relación con los auspiciadores ha ido cambiando y ahora una empresa que respalda a una institución cultural espera contraparte. Esto es un trato, es un contrato. Eso es apasionante porque conecta al teatro con la realidad. Un teatro emblemático como este está en la sociedad, está en el debate, o sea en las problemáticas sociales. Diversificar los recursos es también diversificar las audiencias, inventar productos que correspondan a una evolución del público. La sociedad no se reduce a ese grupo duro que se abona al teatro y sin el cual el teatro no se mantiene".
-¿Fue a la banca privada?
"Como lo hace cualquier empresa en Chile. Puede parecer duro definir el teatro como una empresa, pero lo es. En muchos casos estamos anticipando ingresos con los bancos. Es decir, ellos nos anticipan y después se paga".
-¿El dinero que viene por subvención pública alcanza para pagar los sueldos de los cuerpos estables?
"En el modelo teórico del teatro, las subvenciones públicas tienen que pagar los cuerpos estables. Y de hecho, casi los pagan, pero casi... el delta de unos cuantos cientos de millones de pesos, bueno, tenemos que financiarlos. Es bastante normal tener tensiones en el presupuesto de la administración cultural, porque siempre se plantea la cuestión del rendimiento social de la inversión pública. Cuando hay tantas cosas por hacer, es una decisión tremenda decidir mantener, soportar, apoyar y contribuir al desarrollo de la cultura y del arte. Eso es, en parte, lo que explica el trabajo de extensión del teatro".
-¿Qué evaluación hace del trabajo con el nuevo directorio y cómo era con el anterior?
"Es un poco temprano para tener una respuesta porque el directorio se reunió en pleno solo una vez. Hasta ahora todo bien; de hecho, el tema de esta institución es un tema bien compartido. Tal como en el directorio anterior, en este hay gente muy comprometida, gente que tiene poco tiempo y que puede regalarnos parte de ese tiempo y de su experiencia para trabajar por el Municipal".
Se queda Marcia Haydée
-¿Ha previsto cambios en la dirección de los cuerpos estables? Hace un tiempo se habló de la posibilidad de que Marcia Haydée dejara el ballet...
"Ella dudó un tiempo, pero me alegra mucho confirmar que aceptó quedarse. Sí, ella tiene sus años, y qué... Va a cumplir 80 en los próximos meses, pero es más joven que muchos muchachos y muchachas que conozco de 20 años. Totalmente abierta y capaz de transmitir energía. Es muy exigente y respetada en el mundo entero como artista, pero además es amada. Dentro de poco recibirá el Premio Benois de la Danza, algo así como el Nobel del Ballet. Le será entregado en el Bolshoi de Moscú".
-¿Y el coro?
"Jorge Klastornick tiene muchos años en el coro y el día que él quiera alejarse, lo contemplaré. Pero esa es una decisión de él. Yo creo que hay que tener mucho cuidado con esto, pues en una empresa uno reemplaza a la gente para dar un paso adelante, para fórmulas mejores. El Coro del Municipal es digno de elogios, de manera que creo que él está aquí en su lugar. Para qué cambiar lo que funciona si uno no está seguro de tener una solución mejor".
-Konstantin Chudovsky sigue al frente de la filarmónica también.
"Sí, por lo menos durante un año más. Se lo pedí especialmente. Siempre conversamos mucho del punto porque un director titular tiene que poder combinar su trabajo con una institución y su carrera. Él adora esta orquesta. No hay día en que no reciba ofertas de directores interesados por venir a trabajar con nosotros, de manera que el futuro queda abierto".
-Hay cosas en las que trabajar en la orquesta: el color, la digitación...
"El año pasado hicimos concursos y muchos de ellos fueron exitosos. Llegaron excelentes músicos, y tenemos excelentes músicos. Pienso que es una muy buena orquesta que tiene que trabajar para desarrollarse. Le cuento que en los conciertos ciudadanos de 2016 dimos la Sinfonía 40 de Mozart, y la verdad yo quedé un poco decepcionado porque había escuchado mejor a la orquesta, pero este año volvimos a dar este mismo programa en los conciertos ciudadanos y era otra orquesta. Mejoró notablemente".
Sueños de remodelaciones
-¿Ha avanzado en algo la idea de los cambios estructurales del edificio? Me refiero a los cambios posibles del foyer y a la necesidad de unir los pisos superiores con los inferiores.
"Estamos pensando mucho en esto. Es muy difícil modificar la arquitectura del teatro, la estructura interna del edificio, porque los cambios serían gigantes. Yo tengo un sueño: añadir un edificio adosado al teatro en la calle Tenderini, que permita comunicar los niveles entre sí y tener un restaurante para el público, pero también para la gente del barrio".
-¿Algo como lo que se hizo en el Covent Garden con el Paul Hamlyn Hall, que también comunica los pisos altos con la platea?
"Exactamente. Es el mismo tipo de proyecto. Con esto podríamos circular entre los niveles, pasando por este espacio que obviamente sería un espacio de convivencia, con terrazas. Tenemos el apoyo irrestricto de Felipe Alessandri, el alcalde, porque esto tiene beneficios enormes. Por un lado nos permitiría cumplir con la ley de movilidad, ya que habría un acceso para gente con discapacidad, y por otro nos permite animar el centro de Santiago".
-¿Cómo definiría al público chileno que va al teatro?
"Es un público que no se equivoca. Es un público con criterio y bastante respetuoso. Es un público relativamente frío. No es un público entusiasta. Yo creo que es un público mucho más curioso y atrevido de lo que se suele pensar".
-¿Recibió algún feedback después de que usted dijo que durante este año iba a haber una especial atención en la dirección e innovación teatral?
"La gran novedad para mí es poner la problemática teatral en el primer término. Yo considero que la ópera es teatro. O sea, que la puesta en escena tiene que tener sentido. No sirve tener una escenografía fenomenal y organizar las entradas y salidas de los cantantes. Tiene que haber un trabajo de actores y que la dirección escénica aporte una lectura de la obra".
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