martes, marzo 11, 2014

Kenny Barron en Chile: "Quiero que me sorprendan"

El Mercurio

Tres jornadas con ocho conciertos tendrá esta semana el Festival Sesiones de Tolerancia en el Parque Bicentenario. El mayor atractivo es escuchar por primera vez al histórico pianista.

IÑIGO DÍAZ

Jazz-funk y jazz-rock son parte de una amplia terminología musical desde que el jazz fue evolucionando hacia lo electrónico en los años 70. Muchos músicos se transformaron así en estrellas mundiales, como los dos jazzistas que desde este viernes estarán en Chile para inaugurar las tres jornadas del Festival Sesiones de Tolerancia.

Son el bajista Stanley Clarke y el baterista Billy Cobham, con intensas trayectorias en estos campos del jazz. Ambos fueron protagonistas de la primera oleada de visitas a Chile: Clarke ha venido en 1988, 1995 y 2006; y Cobham, en 1988, 2005 y 2009.

Pero a estos dos nombres de probada convocatoria, el encuentro que se realizará en el Parque Bicentenario en tres jornadas -hasta el domingo- suma y remarca el estreno absoluto en Chile de uno de los mayores pianistas de jazz desde los años 60. Kenny Barron se presentará como número final de la jornada sabatina, que además incluye las actuaciones preliminares del trompetista chileno Cristián Cuturrufo y una nueva visita desde Nueva York de la cantante Claudia Acuña (en la foto). "Haré un repaso del repertorio de mis cuatro discos. No voy con mi banda estadounidense, sino que tocaré con jazzistas chilenos. Será un propuesta de creación muy interesante", dice la cantante.

A los 70 años, Barron es hoy un representante y defensor de la escuela del post-bop vinculada a una raíz tradicional. Cuando él apareció en la escena de Nueva York campeaba un concepto modernista del piano de la mano de Bill Evans, mientras que una serie de jóvenes pianistas estaban dando sus primeros pasos: desde McCoy Tyner con el cuarteto de John Coltrane, y Joe Zawinul con el quinteto de Cannonball Adderley, hasta Herbie Hancock, Chick Corea y el muy primerizo Keith Jarrett. Barron se unió a este frente de nuevos solistas integrando grupos de Dizzy Gillespie y James Moody.

"En los 60 la música estaba en todas partes. Había muchos clubes de jazz a través de Estados Unidos donde uno podía escuchar a grandes músicos. El jazz también podía llegar a otros países a través de festivales. Creo que ese fue un gran período", rememora acerca de sus inicios.

Kenny Barron presentará en Santiago un trío que está en formación y aún no ha entrado al estudio de grabación: la contrabajista malaya Linda Oh y el baterista Terreon Gully. "Me encanta el trío, pero a veces también es interesante aumentar la formación y tocar con instrumentos de viento. Musicalmente, cada situación tiene algo desafiante para un pianista. El trío es mucho más excitante que tocar en piano solo , que en ocasiones puede dar un poco de miedo", apunta.

-El público más instruido lo conoce a usted, pero ¿qué conoce usted del jazz en Chile?
"He conocido a Claudia Acuña durante muchos años, y también conocí a Melissa Aldana cuando ella era estudiante en Berklee. Claro, esta es mi primera vez en Chile, y tengo muchas ganas de conocer cosas. Quiero explorar la ciudad de Santiago, con buen vino y probar su comida. Y desde luego salir a escuchar músicos. Voy a Chile sin ninguna expectativa: quiero que me sorprendan".

TOME NOTA

Viernes 14: Quintessence, Christian Gálvez y Stanley Clarke.
Sábado 15: Claudia Acuña, Cristián Cuturrufo y Kenny Barron.
Domingo 16: Marinho Boffa Trio, Leny Andrade y Billy Cobham.
Parque Bicentenario, $50.000, $30.000 y $24.000, en Puntoticket.

 La visita de Blue Note

Aunque no es músico, otro de los invitados internacionales del festival es determinante en el desarrollo del jazz en diversos puntos del planeta. Christian Ver Halen es el director de programación de los clubes Blue Note de Nueva York, Milán, Tokio y Nagoya.

"Mi visita no se limita al festival. Siempre es bueno ver a gente como Stanley Clarke y Kenny Barron, pero sobre todo miro hacia adelante y busco descubrir nuevos artistas", dice.

-¿Cuán difícil es programar esas temporadas?
"Es durísimo. Me contactan unos 150 músicos por semana y apenas tenemos unos espacios en la programación".

-¿Podrían algunos músicos chilenos entrar en ese circuito?
"Todos pueden entrar, no solo Claudia Acuña, que trabajó allí como empleada en sus inicios y después cantó. Antes de llegar a Blue Note, los músicos tienen que ser capaces de atraer a unas doscientas personas por sí mismos".

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