El Mercurio
La especialista en patrimonio habla sobre los hitos de su gestión, la situación de los museos nacionales y la proyección de los logros obtenidos.
María Soledad Ramírez R.
El pasado martes le fue pedida la renuncia a Magdalena Krebs, la hasta ese momento directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) por parte del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. "Evidentemente, el ministro está en todo su derecho. La ley a él lo ampara", señala Krebs, ya desde su domicilio, desde donde explica los hitos de su gestión y lo que considera debieran conservar las nuevas autoridades (hasta el cierre de esta edición no existía confirmación oficial acerca del interinato asumido por el subdirector de la Dibam, Alan Trampe).
Sin tener claro todavía a qué se dedicará en el ámbito del patrimonio, Krebs -quien estuvo en la Dibam casi 31 años, 22 de los cuales como jefa del Centro Nacional de Restauración y Patrimonio- agradece la labor de los funcionarios durante su gestión, y se emociona al recordar el desafío que supuso asumir días después del terremoto.
No está conforme con la decisión de pedirle la renuncia. Aclara que con ella fue la primera vez que se usó el sistema de Alta Dirección Pública para seleccionar al director de la Dibam. "Yo asumí primero transitoriamente. Desde ahí postulé al cargo como está establecido en la ley. Duran tres años, y el mío concluyó el 1 de octubre de 2013. La ministra Schmidt me pidió que continuara para un próximo período".
-¿Usted no consideró que debía renunciar?
"No, yo creo que no se debía renunciar al cargo, porque justamente para este tipo de cargos se estableció la legislación, para que existiese carrera funcionaria. Yo soy una especialista; es decir, llegué ahí después de haber hecho toda una carrera funcionaria, en virtud de mis méritos, de mis conocimientos; no llegué con el gobierno de Sebastián Piñera, no pertenezco a ningún partido político, nunca he militado, acepté porque me gusta este trabajo; creo absolutamente que estos cargos debieran ser más técnicos, sobre todo en el ámbito de la cultura y el patrimonio, y menos vinculados a los gobiernos de turno. Ningún país de la OCDE cambia un cargo como el mío porque hay un nuevo gobierno; a nadie se le ocurre".
Uno de los temas prioritarios a los que se abocó Krebs durante su gestión fue a aportar en la reorganización de la institucionalidad cultural del país. Como explica, al pertenecer la Dibam al Ministerio de Educación y, a su vez, crearse un Consejo de la Cultura y las Artes en 2003, "se produjo un desequilibrio en el ámbito del acceso al poder y en el de la representación política de todo lo que es el patrimonio cultural".
"Ese diagnóstico existía. Por eso trabajamos muy fuertemente junto con el CNCA, y coordinados con la secretaría de la Presidencia, para la formulación del Ministerio de la Cultura y Patrimonio". También se hicieron modificaciones legales en lo que es el tema del depósito legal; se ratificó la convención de la Unesco del año 70 para el combate del tráfico ilícito; se contribuyó en la formulación de la Ley de Donaciones Culturales, y también en el envío de la modificación de la Ley de Monumentos Nacionales.
-¿Cuales otros hitos destacaría?
"En el ámbito de la infraestructura hubo una nueva mirada de cómo abordar la situación de esta, tanto en la Región Metropolitana como en regiones. Quedó un planteamiento al respecto, una metodología, una unidad de gestión de infraestructura con un pensamiento claro de cómo organizar los concursos, de aspirar a no solo cuidar el patrimonio, sino que desde la Dibam se genere edificación nueva de calidad; estoy muy contenta porque la compra del Palacio Pereira, y toda la metodología que se desarrolló para ello, ha permitido que después replicáramos lo mismo en el concurso para el Museo Histórico Nacional".
La ex directora también destaca la mirada regional que adoptaron, con hitos como la inauguración de la Biblioteca de Antofagasta y el inicio del proceso para una biblioteca y un archivo regional en Punta Arenas. También rescata los avances en digitalización.
-¿Cómo evalúa los museos nacionales?
"Estoy conforme con el trabajo que se ha hecho en los tres. Nuevamente, quiero tener una visión amplia. Los museos nacionales han estado muy abandonados. Quiero decir que hay que renovar las muestras, pero también todo el trabajo interno que hacen estos, hay que comprender que no son vitrinas, sino centros que reúnen patrimonio, lo investigan, lo estudian y lo ponen a disposicion de la ciudadanía. Tenemos que lograr avanzar en todos los ámbitos de los museos; infraestructura, pero también en sus colecciones. En el caso del MNBA, se acaba de inaugurar la nueva muestra, vamos a ver cuál es la respuesta de la ciudadanía. Espero que finalmente se logre materializar la compra del MAC. También, que se logre superar el pensamiento tan insular de los museos chilenos. Que logremos tener planes por ciudades; cuál será el énfasis en investigación que debe tener el Museo de Historia Natural, del cual algo adelantamos en este periodo. Pero, el museo que más logró avanzar fue el Histórico Nacional y quedaron planteamientos acabados para los otros dos, que tendrán que continuar su desarrollo".
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