El licenciado en Arquitectura y ex director de Balmaceda Arte Joven asegura que urge contar con aportes privados y, cuando se inaugure la gran sala, duplicar el presupuesto.
Daniela Silva Astorga
Aunque a primera vista el presupuesto 2017 del GAM podría calificarse como óptimo, con un incremento de 33,7%, la quimera se esfuma al desglosar la cifra. Al final, de los $2.965 millones que el Consejo de la Cultura entregará al centro cultural, unos $700 millones se destinarán a la puesta en marcha, durante el último trimestre del próximo año, de la sala con 1.800 butacas que duplicará los metros cuadrados del edificio actual. Así, el crecimiento real bordea los $100 millones. ¿En qué condiciones queda la institución?
Felipe Mella, director del GAM, apunta: "Para la gran sala debiéramos tener $2.000 millones más. Pero entendemos que, dada la situación país, ya se hizo un gran esfuerzo para 2017. Veremos cómo adecuarnos, porque nuestra apuesta por más fondos ya quedó para 2018. Pero si el Estado está invirtiendo $41 mil millones para la construcción de la II etapa, lo mínimo es que dé recursos para su mantención. Tal como ha sido con recintos similares". El resto deberá llegar por otra vía: "El 35% de los fondos debe venir de las entradas, arriendo de salas y de los privados".
Sobre la programación de 2017 -pronta a lanzarse-, el director aclara que para 2016, tras descontar gastos operativos, el GAM costeó sus producciones con solo $250 millones. Y para el próximo período será casi igual. "Es muy poco. Pero, como siempre es así, es urgente establecer alianzas con privados".
-Lleva nueve meses de director. ¿Cuáles serían los máximos desafíos que ha enfrentado?
"Una solicitud del directorio fue resolver el déficit presupuestario que el GAM arrastraba: $137 millones. Hay que recordar que ni el restaurante ni la cafetería pagaban arriendo hace tres años -por líos legales-, pero ya reabrimos ambos. En base a toda una reingeniería del área de administración, logramos tener más recursos y, si todo sale bien, cerraremos el año sin déficit".
-Quizás una tarea pendiente sea cumplir con un mandato originario del GAM: presentar producciones regionales e itinerar con las suyas. ¿Lo cree así?
"Sí, la idea original era que el GAM fuera la gran madre alimentadora. Pero, ojo, no es fácil: cuando tú tienes que ponerle números a una itinerancia, todo cambia. Especialmente para obras como 'Happy end' o 'Numancia'. Llevarlas a regiones cuesta más de $30 millones. Por eso, creamos una alianza estratégica entre teatros, y firmaremos un convenio con el Nacional de Lima. Eso nos ayudará a traer grandes espectáculos que vengan a la región".
En paralelo a los retos presupuestarios, Mella está satisfecho por un número positivo: "Según nuestros estudios, vamos a alcanzar una ocupación promedio de 70% en las salas. Es una cifra clave que consolida el trabajo de posicionamiento que se hizo en los primeros cinco años".
En la temporada 2017 se evidenciarán algunos cambios. Habrá dos ciclos programáticos: uno dedicado a la memoria y otro a Violeta Parra. Y Mella comenta que, preparándose para la apertura de la gran sala, planea traer tres o cuatro espectáculos extranjeros de danza y teatro. Mientras, en cuanto a las producciones y coproducciones GAM, dice que estrenarán la misma cantidad que este año: cinco obras. Y anuncia que Teatro Ictus presentará algunos montajes en el GAM, vía convenio.
-El edificio tiene una sala grande para exposiciones, pero no se han visto ahí muestras de arte con curatorías detrás, sino más bien fotografías históricas. ¿Piensa en algún cambio para aprovechar el espacio?
"Para 2017 abrimos una convocatoria enfocada en lo curatorial. No tenemos recursos para una persona que se dedique solo a la sala. Pero cada una de las muestras de 2017 tendrá curatoría detrás. Si hoy la sala está enfocada en foto y diseño, queremos ampliar eso a pintura, escultura, y más. De hecho, abriremos el año con una muestra curada por Matías Allende, y dedicada al arte emergente chileno".
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