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A nueve años de su último álbum, el grupo más vanguardista del país vuelve con "Se caiga el cielo", un disco explosivo y moderno. Aquí, Carlos Cabezas y Silvio Paredes hablan sobre ser una banda de culto, su pasión por lo contemporáneo y su gran desafío: llevar sus canciones a otros continentes.
Por Felipe Rodríguez
La palabra tiempo siempre fue una anécdota. Cuando la icónica banda Electrodomésticos apareció, a mediados de los 80, como el mayor "ovni" que ha dado la música chilena, para ellos, el concepto tiempo era algo lejano. Su arte y su cotidianidad marchaban por vías paralelas. Mientras en sus canciones el grupo le tomaba el pulso al futuro a través de imágenes de la cultura pop y un sonido de vanguardia; la vida diaria, lo que los rodeaba, era sinónimo de precariedad, violencia y riesgo. Por eso, Carlos Cabezas (58) y Silvio Paredes (52), dos integrantes históricos de Electrodomésticos -ahora suman también a la baterista Edita Rojas- admiten que los nueve años que separan su último trabajo, "La nueva canción chilena" (2004) del esperado nuevo disco, "Se caiga el cielo", que acaban de lanzar, no interesan. Porque el tiempo, aseguran, "es relativo".
"Si no hubiésemos tenido estos nueve años, este disco no estaría sonando así. Eso es lo lindo del tiempo. Las cosas se hacen, reposan y te enteras mucho después de lo que significa. Antes no debimos hacerlo y está bien. No era el tiempo", asegura Cabezas. Paredes refuerza la teoría. "Es un misterio cuando, por ejemplo, se decide que una canción está lista. O lo que pasó con nosotros que se le dio significancia política a ciertas letras de nuestros antiguos discos. Eso es lo que te da el tiempo, te otorga una mirada a futuro, de comprender lo que quedó y por qué quedó. Hubo una sola característica que quisimos siempre: sintonizar con lo contemporáneo. De lo demás nunca tuvimos conciencia".
Los cerebros de Paredes y Cabezas no envejecen. Es más, continúan a la caza de la modernidad. A lo largo de la entrevista, el primero nombra a las revistas New Musical Express y Los Inrockuptibles, dos referentes del periodismo musical, y destaca al grupo Micachu and the Shapes -curiosamente, el grupo favorito del trasandino Daniel Melero, otro obsesivo por la música de avanzada- como uno de sus imprescindibles del momento. El segundo, en tanto, habla de su interés por Animal Collective, y el ring tone de su celular es el sonido de R2-D2, el robot regalón de Luke Skywalker. Puro futuro. "Podemos actuar en Japón, Berlín o donde sea sin envidiar nada a nadie. No quiero caer en lo pretencioso, pero no hay bandas latinas que estén en un carril parecido al que estamos. Somos, modestamente, una entidad distinta y moderna", sugiere Paredes.
-¿Ustedes no han tocado demasiado en el extranjero?
-Cabezas: Nunca hemos tocado más allá de Argentina. Esperamos que este trabajo, que ha llegado a más gente, se pueda irradiar, que toquemos fuera. Es uno de nuestros desafíos.
GRUPO DE CULTO. Tras publicar el álbum "La nueva canción chilena" en 2004, Electrodomésticos se tomó un receso. Los músicos volvieron a sus proyectos personales y el contacto musical se evaporó: la continuidad del grupo era un enigma. Hasta que el documental sobre su historia, "El frío misterio" (2010), los empujó a volver, principalmente, por un factor: la empatía con la gente. Por primera vez, comprendieron que eran lo más cercano a una banda de culto.
"Nosotros sabíamos que para algunos habíamos sido importantes, pero después de lo que pasó con ese documental nos llegó otra energía, que fue más gratificante. Cuando partimos, teníamos pocas pretensiones y recién para el segundo disco -"Carrera de éxitos" (1987)- nos sentíamos músicos. Éramos súper extraños para el contexto de la dictadura. Nos movíamos en la urgencia de la sobrevivencia básica, a diferencia de Ramón Griffero o Vicente Ruiz que generaban contenido como reacción instintiva. El documental nos mostró componentes políticos en nuestro trabajo que nunca cachamos, pero no sé si llamarnos banda de culto porque es una frase cliché. Lo que sí sé es que abrimos un espacio importante", comenta Cabezas.
Ese rol de trascendencia en la historia de la música popular chilena quedó plasmado el miércoles antepasado. En una disquería del centro de Santiago, la dupla llegó para firmar discos. Quedaron impresionados: más de cuarenta personas estaban esperando por sus autógrafos. "Nosotros somos de una época en que todo era tan precario. ¿Por qué llegamos a hacer música? No tengo idea. Solo queríamos expresarnos. La precariedad genera ciertas reacciones y capacidades, te activa ciertas cosas por la emergencia y produces obras con más carácter, más nítidas. Es mucho más fácil ser autocomplaciente cuando tienes todas las posibilidades. El arte tiene mejor refugio en la precariedad. Y quizás eso es lo que valora la gente en nosotros", reflexiona Cabezas.
La evolución, esa palabra tan recurrente en el lenguaje de Electrodomésticos, es la que los hizo cumplir otro reto: tocar en el Teatro Municipal. Los músicos cuentan que la decisión de actuar en ese escenario fue por la necesidad de perpetuar el camino de la banda: cambiar las reglas, mover las piezas y, además, generar una valoración local con nuestros artistas. "Meternos al Municipal es plasmar identificación. Hacemos buena música y es hora de que las autoridades se den cuenta. Acá siempre hay falta de autoestima. En el cine tienen que aparecer comentarios de afuera para que nos interesemos por una película chilena. Algunas personas pagan $690.000 por André Rieu o un millón y tanto por Marc Anthony. Y nos cuesta pagar cinco lucas por ver a Pedro Piedra o a Camila Moreno y si cobras diez, eres un mercenario. Hay que quererse un poco más. Como los argentinos con sus artistas", señala Cabezas. Paredes lo mira y toma el micrófono.
"Nunca he entendido por qué funcionamos así. ¿Será por la cordillera? ¿Porque estamos aislados? En Lollapalooza varios comentaban de bandas que aparecían en las revistas NME o Los Inrockuptibles. Acá hay bandas igual de buenas que esas que publicitan en esos medios, pero que no circulan en tu espacio todo el rato".
Cabezas: "Se deben hacer cambios culturales profundos, que toman su tiempo. Los noticieros, por ejemplo, son espectáculos de sangre y más sangre. El otro día mostraban cómo mataban perros y los tiraban a la basura. Imagínate lo que es esa imagen para un niño".
-¿Qué les parece la reunión de bandas de los 80 y la posibilidad de hacer más shows de esos grupos en los próximos meses?
-Paredes: "Me parece bien. Es bueno recordar y esos grupos son parte de la historia de muchas personas. Se justifica por sí solo. No sé si se pueda seguir recordando todo el rato. Aunque nosotros comenzamos en los 80, siempre nos replanteamos y nuestra música está puesta en el ahora y el mañana".
Cabezas: "Con todo el respeto que tengo por esos grupos y por lo significativo de hacer cosas en momentos muy intensos y terribles, me interesa que nos reconozcan para adelante. No quiero que nos miren desde ahí. Lo que hacemos tiene mucha más amplitud".
La dupla de Electrodomésticos establece su distancia con esa década. Fue interesante, pero pasó. Es una de las leyes del grupo: mirar siempre hacia adelante. Salir, buscar y experimentar. Las canciones de "Se caiga el cielo" son consistentes, explosivas y no se desvían en melancolías por el pasado. ¿Cómo se puede tener hambre creativa después de casi treinta años? Paredes responde: "Porque trabajamos siempre que tenemos curiosidad. Nos exigimos por hacer algo nuevo y nunca tenemos una estrategia musical. Además, en estas canciones se nota que ha corrido agua bajo el puente. Somos mejores músicos".
-¿Cuánto ayudó en este disco la producción de Cristián Heyne?
-Cabezas: "Le dio un vuelo muy interesante. Le mandé un tema para molestarlo y se interesó, quiso saber si el tema tenía más 'hermanitos' y nos pidió que le mandáramos lo que teníamos. Y se sumó".
-Paredes: "Es mateo, puntilloso y tiene rigor para analizar tu música y tu historia. Nos sacó rendimiento. Fue estimulante porque extrajo lo mejor de cada uno sin perder nuestra esencia. Creemos que es nuestro mejor disco. Si la gente lo valora así, quedaríamos satisfechos porque le pusimos mucha energía. Es Electrodomésticos al 100%".
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