El Mercurio
La destacada folclorista sufrió un accidente automovilístico, y el 16 de agosto bandas como Los Tres actuarán gratuitamente para pagar sus cuentas.
Felipe Rodríguez
El día fue perfecto. Ese 22 de junio pasado, María Esther Zamora junto a su grupo había actuado en el matrimonio del arquero de la selección chilena de fútbol Claudio Bravo. Cerca de la medianoche, salió junto a su asistente, Juan Espinoza, a hacer un pequeño trámite en auto. Al llegar a Lord Cochrane con Avenida Matta, Espinoza quiso sintonizar la radio y pasó un semáforo en rojo. La imprudencia fue fatal. Un microbús arrolló el vehículo en que viajaban: el conductor falleció y Zamora permaneció diez días internada en la UCI de la clínica Dávila con daños al pulmón y fracturas de costillas y rodilla derecha. "Nunca perdí el conocimiento, pero tenía muchos dolores. Recién una semana después me enteré de la muerte de Juan. Fue durísimo", cuenta Zamora.
Tres semanas después, la responsable de "La casa de la cueca" está en su hogar. La acompañan familiares y amigos. Prácticamente no puede moverse, pero el peligro de muerte quedó atrás. La mujer apunta a su rodilla, quebrada en tres partes, y se lamenta porque no podrá estar interpretando cuecas para el próximo 18 de septiembre. "Espero tocar en silla de ruedas", dice. Su buen ánimo contrasta con otro golpe durísimo: los gastos médicos sobrepasan los 16 millones de pesos y Zamora no tiene previsión.
En ese lapidario escenario, sus amigos rápidamente se organizaron. Durante los próximos treinta días, se harán varios eventos folclóricos a beneficio, el ex tenista Fernando González regaló una de sus raquetas para que la subasten y el 16 de agosto en el teatro Caupolicán bandas como Los Tres, Petinellis y Santiago All Stars, entre otros, actuarán gratuitamente para reunir fondos. "Dicen que en la cárcel y en el hospital se conocen a los verdaderos amigos, y estoy impactada y agradecida de Dios del cariño de la gente, sobre todo de los cuequeros", cuenta emocionada. Y continúa: "Es un orgullo para mí que un niño como Fernando González me vaya a ver al hospital y aporte con una de sus raquetas. Tiene un corazón muy generoso. O que Marcelo Cicali, el dueño del Liguria, sea un ángel protector en mi vida. Ellos son personas que aman la cueca". Las entradas se pondrán a la venta la semana que viene en las boleterías del teatro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario