El Mercurio
El cantante se retira de los escenarios a los 69 años, con un show el 18 de agosto. Espera editar su biografía, "Maldito twist", y hacer una gira de despedida por EE.UU., Australia, Suecia y Argentina.
Diego Rammsy S.
Luis Misle (69), el "rey del twist", está sentado en una mesa de la fuente de soda Prosit, revolviendo un espresso doble que combina con agua mineral mientras repasa episodios de su vida.
"Me carga que me digan el 'rey del twist'", dice Luis Dimas con risa y agobio. De hecho está escribiendo una autobiografía que lleva por título "Maldito twist". "El libro refleja dramáticamente, y con comedia, la protesta sin protesta de un hombre que quería ser escritor, actor, hacer grandes cosas pero que terminó siendo solo el 'rey del twist'", dice el cantante a las puertas de su retiro de los escenarios con un show en Teatro Caupolicán, el 18 de agosto.
-¿Cómo terminó convirtiéndose en el "rey del twist"?
"Porque a Camilo Fernández le daba con decirme así. Me pasó un disco de Chubby Checker, grabé 'Let's twist again' y fue un éxito instantáneo. Y de repente me encuentro grabando twist, cuando era un medio musical que aparte de encontrarlo muy básico, no era mi preferido. Me gustaba más la balada grande, Frankie Laine, Sinatra, Paul Anka".
Porque este descendiente de palestinos, nacido en Valparaíso pero criado en Puerto Montt, que se vino a Santiago tras la muerte de su padre cuando tenía 10 años, empezó a cantar por necesidad en medio de la pobreza. "Yo tenía esa vanidad, me gustaba salir en una fiesta y ser aplaudido", recuerda.
Al poco andar se topó con Peter Rock, junto a quien sería pionero del movimiento que más tarde llamarían "Nueva ola". "Yo tenía 16 y Peter 14. Yo lo admiraba porque él había grabado, fue el primero", señala Misle, quien alcanzó la cima de su popularidad en 1963, rentabilizando su primer éxito original, el que había lanzado un año antes ("Penas juveniles"), ya con el talento de Jorge Pedreros de su lado junto a Los Twisters. "Yo no estaba satisfecho con lo que había grabado hasta ese momento, así que empecé a escribir mis temas cuando nadie se atrevía a cantar en su idioma", agrega.
En 1965 se radica en Buenos Aires por una temporada en la que reconoce haber aprendido mucho de espectáculo, además de haber forjado una amistad con Sandro. Luego incursionaría en la televisión de Chile primero y en la de Perú después, antes de embarcarse en una aventura inesperada.
"Por tres noches seguidas, medio ebrio, vino un canadiense al Capri a convencerme de que me fuera a Norteamérica", recuerda Dimas, quién, aún no convencido, recibió 1.500 dólares en efectivo para que comprara un boleto de avión. "El 14 de febrero de 1971 llegué a Montreal tras 19 horas de vuelo con una casaca porque decían que hacía frío", dice.
Allá lo esperaba el canadiense que le había entregado los dólares, el ingeniero de minas Albert LeBlanc, quién le presentó gente del mundo del espectáculo, lo que luego lo llevaría a Las Vegas. "Estuve ocho veces allá, no en los locales grandes -jamás he dicho que me rocé con las estrellas-, pero iba a estos lounges a cantar", dice. En Canadá también formó familia con su esposa Patricia, con quién tuvo tres hijos, a quienes dejó allá tras separarse en 1984, cuando regresa a Chile definitivamente.
"Cuando volví nadie se acordaba de mi nombre. Pero retomé mi carrera, recuperé mi nombre y mi credibilidad, y extirpé ciertos malos hábitos".
-¿Por qué tuvo que recuperar su credibilidad?
"Porque me carrileé un tiempo, todo con base de verdad, pero exageré, y me pasaron una cuenta tremenda de mentiroso porque dije que estuve en Las Vegas y hablé con Sinatra, con Elvis. No eran mis amigos, pero los conocí, los saludé, y eso fue todo".
-¿Y los malos hábitos?
"Las mujeres, de vez en cuando bastante alcohol, pero yo no fui un tipo drogadicto, probé pero nunca fui perdido. Nunca hice nada grave, nada escandaloso, pero fui bien "lachito" y eso me pasó la cuenta. Fue una cuestión de madurez".
-¿Por qué retirarse ahora?
"Me estoy cansando y quiero hacer otras cosas, no estoy muy lejos de los 70, aunque no lo represente porque tengo buena piel, ya soy reviejo. Quiero escribir un libro, que ya empecé, quiero hacer una película con mi vida. Me tiene harto saltar por los escenarios toda la semana como el 'rey del twist', ya dejé de ser eso. Pero sigo ligado a la música y vienen viajes a Suecia, Australia, EE.UU. y Argentina como despedida".
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