La Segunda
Alejandra Valdivieso P.
El 15 de agosto actuarán en el frontis del museo. Además, preparan una seguidilla de conciertos, cuatro libros y varios vinilos. "Unos 50 años más" les quedan por delante, según Mario Mutis, fundador de la banda.
Nada menos que medio siglo cumplen Los Jaivas el 15 de agosto. "Es un pedazo de tiempo tremendamente importante dentro de la historia y de la percepción de la gente", dice Mario Mutis, fundador y líder de la banda que nació bajo el nombre The High & Bass.
Justo ese día -que es feriado y coincide con el Día del Rock Nacional- la legendaria agrupación dará un recital en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes. "Se supone que va a ser gratuito y en la calle. Vamos a invitar a dos tipos de grupos: los que queremos que la gente conozca, que tienen una trayectoria, aunque poca gente los conoce. Y a grupos históricos chilenos como Inti Illimani, Isabel Parra, Chancho en Piedra. Vamos a ver si se pueden sumar Los Bunkers".
Además, durante todo el mes habrá en el museo una exposición sobre la agrupación que -asegura Mutis- se ha presentado en 300 localidades distintas del país. "Vamos a tener videos, fotografías, pinturas de René Olivares, recortes de diarios y revista de todas las épocas, muchos artículos que han salido en otros países, en idiomas raros", cuenta. En el centro de un escenario estará la batería de Gabriel Parra, que han "recuperado" tras el largo periplo del instrumento.
Ofrecerán también una seguidilla de conciertos en Santiago y regiones. Se presentarán en Ñiquén (27 de julio), Arica (24 de agosto). Y en septiembre llegan a Calama (1), con un concierto Sinfónico a Concepción (6 y 7), Barnechea (17), Colina (18), Quinta Vergara (19), Parque Inés de Suárez en Providencia (20), Teatro del Lago, en Frutillar (21) y al Teatro Municipal de Las Condes (26, 27 y 28). En la comuna El Bosque siguen el 12 de octubre, y en San Esteban el 30 de noviembre.
En todos los formatos celebrarán su cumpleaños. Planean lanzar ediciones de vinilo de sus discos principales. Y publicarán una selección de cuatro libros: "El cancionero" , con partituras y letras de canciones más conocidas de la banda; uno sobre su historia; una edición de lujo de "Alturas de Machu Picchu". Y en el museo relanzarán el poemario de Eduardo Parra "Santiago".
Al hito de su presencia en el MNBA se suma el que marcaron hace dos semanas, con su debut en el Teatro Municipal de Santiago. "Es uno de los logros que estamos obteniendo después de tanto tiempo batallando. Son catedrales de la música docta, el ballet, la ópera y la plástica. Siempre hemos tratado de integrar todas las manifestaciones del arte. Es por eso que René Olivares pinta un óleo y se transforma en la portada de un disco. Abrir puertas también ayuda a otros detrás de nosotros. Es bueno juntar a los públicos".
El histórico concierto llegó 40 años después del fallido recital que planearon dar el 14 de septiembre del 73. "Ya en ese tiempo estábamos tratando de juntar a los públicos. La línea divisoria rígida entre la música clásica y la popular debería desaparecer".
En el concierto, el público se paró de sus asientos, bailó y cantó. "Los funcionarios del teatro decían que es muy raro, prácticamente no pasa que la gente demuestre libremente sus emociones. Sin embargo, había gente habituada a ver ópera o conciertos sinfónicos y se integraron perfectamente con el resto del público. Muchos nunca habían entrado al Municipal o visto un coro de esa naturaleza. Es maravilloso".
Acuerdo con Ankatu: "Sus demandas eran absolutamente absurdas"
No todo ha sido miel sobre hojuelas para la banda, que en abril tuvo que hacer frente a la demanda de Ankatu Alquinta, que los acusaba -en declaraciones a "La Segunda"- de haberlo echado de forma "humillante".
"Llegamos a un acuerdo, en que le entregamos plata, pero no significaba reconocerle nada. Era sólo con el ánimo de terminar el juicio y no seguir adelante uno, dos, tres años más. Una buena voluntad de parte nuestra para cerrar el capítulo definitivamente", explica Mario.
"(Ankatu) estaba demandando por cosas que no existían. Decía que cumplía horario y un montón de asunto que nunca le exigimos. Sus demandas legales eran absolutamente absurdas... Además, nunca nadie lo echó, él estuvo prácticamente dos años diciendo que se quería ir. En vista de que venían los 50 años y teníamos compromisos importantes, le dijimos: «Si te quieres ir, ándate no más, y nosotros nos arreglamos»".
Ahonda en la relación con el músico, que fue sustituido por Alan Reale. "Le dimos la oportunidad de tocar en nuestro grupo porque era hijo de Gato Alquinta, pero la verdad él nunca se integró, no era muy cercano a nuestra línea de pensamiento".
"Hemos pasado hambre y hemos andado a pata pelada"
En sus 50 años, considera que ha sido clave "hacer música honesta, sin pretensiones de hacerse famosos ni millonarios o ganar plata con la música. Es una expresión".
-¿Cuánto años les quedan?
-Unos 50 años más.
-Junto a Claudio Parra, son los únicos miembros originales. ¿Cómo ve el futuro de la banda?
-Me importa que los músicos que están apareciendo de la tierra acojan la propuesta de Los Jaivas: hacer nuestra propia música, tener nuestra propia identidad, no transigir en los temas comerciales, acoger temas sociales que tengan que ver con el mejoramiento de la sociedad, la humanidad o medio ambiente. Son valores universales.
-Los Jaivas han aportado eso, no hemos transigido nunca en el tema comercial. Esperamos que los jóvenes que vengan detrás tengan una visión medianamente parecida y tengan conciencia de donde están parados en este planeta.
-¿Qué tan difícil es encontrar eso hoy en día?
-Vivimos en una sociedad tremendamente consumista e individualista, en que todo el mundo se siente pasado a llevar por las grandes empresas y los abusos.
-¿Qué les ha significado no tranzar en términos comerciales?
-Cosas buenas en el sentido de mantener una imagen de que uno puede sobrevivir, hacer buena música y ser feliz sin necesidad de venderse. Lo malo es que hemos pasado hambre, hemos andado a pata pelada, hemos tenido que vender instrumentos para poder comer, hemos dormido en el suelo.
-Estuvimos en Argentina mucho tiempo y éramos súper pobres. En Europa también, a pesar de viajar por todos los países y tocar en todos lados, ganábamos lo mínimo para subsistir. No claudicamos, seguimos adelante con la fuerza que tenía la música. Las condiciones eran muy secundarias, lo importante era hacer lo que uno quería.
-¿Planean actualizar su música, lanzar nuevas canciones?
-El lenguaje musical de Los Jaivas está absolutamente consolidado. No vamos a variar la línea que tenemos hace 50 años. Sí podemos hacer nuevas composiciones. Tenemos muchas ideas, pero como a todo el mundo le pasa, es una cuestión de dedicación de tiempo. Ya no es como cuando vivíamos juntos y uno se levantaba a tocar.
-Como siempre, seguimos siendo autogestores, pero hoy la vida es mucho más rápida y competitiva, todo cuesta más. El tiempo y la concentración que uno necesita para hacer música es más difícil de obtener. Cuando hicimos "Mamalluca" (1999) tuvimos la suerte de estar un mes completo en Valle del Elqui para componer. Hoy eso es mucho más difícil.
-¿Cómo piensan innovar?
-De los originales quedan solamente dos en el escenario. Tocar de igual a igual con otros jóvenes es un trabajo de acoplamiento que toma un buen tiempo. Son cosas que nos afectan de alguna manera en la composición, que tiene que ser compartida y sincronizada. Era nuestra característica cuando éramos los cinco fundadores: crecimos juntos, inventamos juntos el lenguaje. No teníamos nada que pensar; sólo tocar. Ahora es muy distinto, porque estamos con otros músicos en el escenario. Nos complica un poco la composición, pero eso no quiere decir que no lo podamos hacer. Lo haremos con otras características o un esfuerzo más grande. Eso va a venir tarde o temprano.
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