El Mercurio
¿Cuáles son los nuevos lugares para ir a ver bandas en Santiago? No hablamos de estadios de fútbol ni grandes arenas, sino de aquellos pequeños bares donde puedes disfrutar de tu grupo local favorito, sorprenderte con algún show íntimo o bailar en las mejores fiestas hasta el amanecer. En los últimos años hubo una explosión de lugares que apuestan a conciertos en formato reducido y festivales a baja escala. Aquí, una guía con algunos imprescindibles y su historia.
Guillermo Tupper.
La tienda nacional: Cuerdas locales
En plena era del MP3 y las descargas gratuitas, Cristián Maluenda (35) y Gabriela Villalba (33)optaron por una decisión kamikaze: abrir una tienda dedicada a comercializar industria cultural chilena en formato reproducible, como discos, vinilos, películas, libros y objetos de diseño. La bautizaron "La Tienda Nacional" y, al poco tiempo, se convirtió en una parada obligada en la calle Merced. Entonces vino el paso siguiente: ocupar el espacio del lugar para hacer conciertos.
Todos los martes, La Tienda Nacional es el epicentro de presentaciones caseras e íntimas, donde uno puede interactuar con el músico e, incluso, pedirle canciones. La fórmula es simple: shows en formato reducido, con entrada gratuita y donde caben máximo 80 personas. "El único requisito es que la banda tenga discos editados, ya que la idea es que la gente pueda retribuir al músico comprando su disco", dice Villalba.
El éxito de la iniciativa ya los tiene pensando en abrir una nueva sucursal en regiones y desmiente la idea de que la gente no compra ni consume música chilena. La Tienda Nacional. Merced 369, Santiago centro. Todos los martes a las 20:00 horas hay conciertos gratuitos. www.latiendanacional.cl.
Teatro Huemul: Cita con la historia
Cuenta la leyenda que, en los años 20, Carlos Gardel vino a Chile para cantar en el Teatro Huemul. La historia ya forma parte de la mitología urbana (no hay ninguna documentación oficial que lo acredite), pero da cuenta del impacto de la arquitectura de este teatro de tres pisos enclavado en pleno barrio Franklin, y que fue construido para el Centenario de la República como emblema de una población que pretendía ser ejemplo de un nuevo tipo de vivienda social.
Tras su período de esplendor, el teatro pasó por distintas manos: lo tuvo la compañía de teatro Q, de María Cánepa y Juan Cuevas, el arzobispado, la municipalidad, varios privados y así fue perdiendo vigencia y encanto. Hace siete años, un grupo de jóvenes profesionales liderado por el ingeniero comercial Matías Acuña (30) se encargó de restaurarlo. "Cuando llegamos era un palomar totalmente destruido. Empezamos a arreglarlo de a poco, postulando a fondos concursables y aprendiendo en el camino", cuenta Acuña.
El año pasado, el Teatro Huemul volvió a funcionar con talleres de teatro gratuitos y, por supuesto, los conciertos. Desde grupos de rock como Jiminelson y Föllakzoid hasta tertulias musicales con cuequeros como La Gallera, uno de los máximos representantes de la cueca brava, han protagonizado esta primera etapa del llamado "Municipal chico", que -en el futuro- pretende consolidar una cartelera musical más regular.
"Tal como Bellavista es la cuna de la gastronomía y el barrio Italia del diseño, nuestra idea es que este barrio sea el reflejo de la idiosincrasia chilena, ya que aquí nació la cueca brava", dice Acuña. "Que el día de mañana cualquier extranjero que quiera saber qué es lo chileno, visite el barrio Huemul".
Teatro Huemul. Los Algarrobos 2167, Santiago centro. Síguelos en Twitter (@teatrohuemul) para saber de sus conciertos.
Opera Catedral: Un clásico
De todos los lugares de la lista, el Opera Catedral es el más antiguo: en abril pasado cumplió siete años. Y lo hace con varios récords a su haber: con shows en vivo que van de martes a sábado, es uno de los bares que más conciertos hace al año en Santiago (cerca de 250). Y también fue el primero en dejar registro físico de aquellas presentaciones a través de los cuatro discos compilados "Catedral en Coma", que convocó desde Los Jaivas hasta bandas extranjeras como Holden y la Orquesta Típica Fernández Fierro.
El mentor detrás del Catedral es Aldo Salgado (45), un chef melómano que compensó su escaso dominio de los instrumentos con un oído de productor. "El Catedral marcó un precedente. Hoy en día todo bar que abre empieza por tener un escenario, lo que es muy bueno para los músicos", cuenta. Son pocas las bandas locales que no han pasado por su célebre segundo piso. Desde Jorge González hasta Chico Trujillo, pasando por ciclos de cuecas choras, cumbia y jazz, son parte de la oferta que, a menudo, tiene llenos totales.
Ópera Catedral. José Miguel de la Barra esquina Merced. De martes a sábado a partir de las 20:00 horas. www.operacatedral.cl.
Club El Ritmo: Un nuevo estilo de baile
Con nombre y escudo de equipo de fútbol de barrio, El Club Social y Recreativo El Ritmo es la variante alternativa del Centro Cultural Amanda. Este espacio es el refugio para aquellos que quieren disfrutar de los DJ de electrónica avanzada o las guitarras de una banda chilena de rock psicodélico. Y, en tres meses de funcionamiento oficial, acumula una pequeña pero creciente hinchada.
"La idea de esta nueva sala era la de poder contar con bandas que no tenían la capacidad de meter a 700 personas, además de poder armar fiestas con otro tipo de música más allá de la pachanga o lo que sea que esté de moda", cuenta Nicolás Castro (28), ex locutor de la desaparecida Radio Horizonte y curador del espacio.
Inaugurado oficialmente en abril de este año, cuenta con una capacidad para 400 personas y se ubica tranquilamente en el podio de las salas con mejor sonido de Santiago, gracias a un sistema importado directamente desde Francia. "La línea apunta hacia artistas independientes, algunos más consagrados que otros. Pero tampoco está cerrado a los más conocidos", comenta Castro, acerca de este lugar donde han pasado grupos locales como Protistas, Miss Garrison y The Holydrug Couple, además de números extranjeros como el dúo sueco Drop Out Orchestra. .
Club El Ritmo. Embajador Doussinague 1767, Vitacura. De miércoles a sábado, a partir de las 22:00 horas. www.elritmo.cl.
Teatro de la Aurora: Al ritmo de la cueca
La idea empezó a tomar forma cuando Álvaro Escobar -actor, animador de televisión, ex político- compró una vieja casona ubicada en el corazón del Barrio Italia construida por Francisco Valsasnini, una famosa figura del circo chileno y bisabuelo de su hija Aurora. En honor de ella nació el Teatro de la Aurora, una pequeña pero acogedora sala de apenas 66 asientos y que, en sus seis meses de vida, divide su cartelera en dos disciplinas: teatro y música.
En el Aurora predomina el folclor y la música de raíz chilena, pero también hay espacio para tangos y milongas , flamenco , bolero y, en los últimos meses, solistas como Javier Barría y Colombina Parra, además de grupos rockeros del circuito más independiente.
"El público que viene es muy diverso y varía en relación al grupo que se presenta, pero en su gran mayoría son jóvenes", cuenta Inés Bascuñán (31), actriz y segunda curadora del espacio. El único requisito es presentarse en formato reducido, ya que el teatro está en pleno barrio residencial. Claro que la máxima de ver los conciertos sentados y tranquilos no siempre se cumple. "Generalmente los shows de folclor son los que más se desordenan y no es raro que la gente termine bailando cueca al borde del escenario", afirma Bascuñán.
Teatro de la Aurora, avenida Italia 1133. Todos los miércoles y jueves hay conciertos. www.teatrodelaurora.cl.
Centro Icone: La dimensión desconocida
A pocos metros del metro Zapadores, en Recoleta, una puerta de madera es también la entrada a uno de los festivales subterráneos con más vida de Santiago. Son las ferias del Centro Icone, donde convergen arte, cine, danza y shows de música experimental. "Un amigo dice que es como entrar al Triángulo de las Bermudas", cuenta entre risas Diego Ahumada (31), músico, historiador y conservador de arte, y principal administrador del lugar.
A pesar de que su fama ha ido creciendo en el último tiempo, este centro cultural tiene una misión clara: darles visibilidad a todos aquellos proyectos que nunca aparecen en los medios.
La diferencia del Icone con otros lugares es que todo lo adaptan al formato festival. En vez de programar muchas tocatas con poca gente, prefieren tirar toda la carne a la parrilla una vez al mes en sus tradicionales ferias. Una decena de bandas que tocan desde las 12:00 del día y alternándose entre dos escenarios en un show continuo que nunca para ni se queda en silencio. Centro Icone, María Eugenia 3514, Recoleta. En Facebook son Centro Icone y, por esa vía, anuncian sus conciertos.
Casona Santos Dumont: A los pies del cerro
Desde muy chico, Luis Díaz (28, sonidista y productor) supo que, para hacer cosas, había que inventarlas. El 2008, tomó prestado junto a su novia un terreno convertido en un vertedero de basura cercano al metro Los Héroes y, sin auspicios ni Fondart, lo transformó por cinco años en uno de los clubes subterráneos más solicitados de Santiago: el Espacio Cellar.
Hoy, Díaz es uno de los principales responsables de Santos Dumont, una vieja casona de Recoleta emplazada en pleno barrio residencial y que, tras pasar por varias etapas, es epicentro de varias de las fiestas más prendidas a las que puedes ir en la capital. ¿Por ejemplo? Las ya célebres Rootz Hi-Fi, a cargo del músico de origen yugoslavo Andrej Pulic, que rescata la tradición de los Sound System jamaicanos y que convoca a no menos de 300 personas en el lugar. Si bien la especialidad de la casa corre por cuenta de las fiestas electrónicas, en los últimos meses comenzarón a tener shows en vivo a cargo de grupos locales.Casona Santos Dumont, Santos Dumont 748, Recoleta.
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