martes, abril 04, 2017

"Para Bowie, lo más importante era que las portadas expresaran la emoción de la música"

El Mercurio

Recientemente galardonado con el premio Grammy a Mejor Diseño de Empaque por "Blackstar", la última placa de David Bowie, el diseñador Jonathan Barnbrook cuenta sobre cómo llegó a trabajar con el fallecido artista, hace más de 15 años.

Nuno Veloso

Conocido como el hombre detrás del arte de "Blackstar", el magistral último álbum registrado por David Bowie, Jonathan Barnbrook ha ganado reconocimiento mundial con su trabajo, siendo el más reciente el premio Grammy a Mejor Diseño de Empaque. Los múltiples secretos que esconde la edición en vinilo del álbum -algunos descubiertos meses después de su lanzamiento- hacen eco de la intrincada motilidad y densidad de la placa.

Hoy, al diseñador, nacido en Luton y alumno del Saint Martin's School of Art y el Royal College of Art de Londres, no le gusta revelar mucho acerca de sus intenciones, algo que el mismísimo Bowie le enseñó. "Luego de pasar mucho tiempo explicándoles a todos la portada de 'The Next Day', él me dijo 'no lo expliques todo, a menudo es más importante el significado que la propia gente crea que el significado que tú pretendías'".

Su carrera, que combinaba el activismo político con el diseño gráfico, industrial y de tipografías, cruzó caminos con David Bowie cuando en el año 2001 comenzó a trabajar junto a su esposa Iman en el libro "I am Iman", una odisea por la vida de la supermodelo. Desde ahí, la relación con el músico evolucionó y fue natural para ambos incursionar en otros proyectos juntos. El primero fue el diseño de arte para el álbum "Heathen", editado en 2002, en el que utilizó su fuente "Priori". Luego vinieron "Reality" (2003), "The Next Day" (2013), y "Blackstar", el definitivo y magistral adiós del artista, editado pocos días antes de morir.

Aparte de considerar el tono de la música en cada registro, la particularidad del arte elaborado por el diseñador para cada uno de los trabajos fue siempre alejarse del modelo preestablecido. "Bowie fue una de las personas más fotografiadas de la historia. Estas portadas juegan con la expectativa del oyente y su relación con él. En 'Heathen' (Profano), el título sugiere alguien que no está de acuerdo con la visión mainstream , y es mostrado como un outsider en la portada. Para 'The Next Day' la música mira atrás, hacia Berlín, y él había estado alejado de los medios por diez años, así que teníamos la portada de "Heroes" y el oscurecimiento de su rostro, representando ambos el pasado y su falta de visibilidad en la sociedad contemporánea. En 'Blackstar', su imagen fue removida completamente, significando una ausencia o distancia, que estaba muy presente en el sentimiento de la música", dice al teléfono.

El arte de "Blackstar" fue algo cuidadosamente planeado entre él y Bowie, llevando el concepto más allá del formato físico y sus crípticos detalles interactivos. "Una de las cosas más importantes acerca del álbum fue la participación de los fans. Desde un principio fue diseñado para utilizarlo en distintos medios, desde Twitter al vinilo, así que un símbolo simple como "H" era necesario, creado especialmente para poder ser compartido", señala.

Respecto a sus quince años de colaboración con el autor de obras magnas como "Diamond Dogs", "Low" y "The Rise And Fall Of Ziggy Stardust...", Jonathan reflexiona: "Espero que él haya visto en mí a alguien que entendía la forma en que él pensaba y que tenía una filosofía similar, respecto a la forma en la que incorporábamos influencias externas en nuestro trabajo. Ambos estábamos muy interesados en el avant-garde y en la manera en que podía llevarse al mainstream . Nuestras conversaciones acerca del diseño difícilmente eran de modo directo sobre la música, sino más bien sobre la influencia de la literatura, el teatro o el arte contemporáneo."

-¿Cómo fue trabajar con él y cómo se sintió la primera vez que tuvo que mostrarle una obra en progreso?
"Él fue una de las personas más agradables con quienes he trabajado, y también la más inspiradora, porque tenía una manera de empujarte a hacer tu mejor trabajo en una forma que era positiva, no negativa. Nosotros trabajamos por mucho tiempo juntos y a menudo él dejaba hartos aspectos a mi cargo, lo cual yo aprecié enormemente. Siempre estuve muy feliz de que él continuase trabajando conmigo en varios álbumes. Por supuesto, la primera vez que le envié diseños para cada uno de los discos estaba nervioso. Pero luego creo que cada persona creativa es nerviosa en cierta forma. Eran proyectos con mucha presión. Cuando un disco de David Bowie aparece, es algo que impacta a la cultura mundial, así que quieres que esté a la altura de eso y de las expectativas de los fans".

-¿Qué se sintió al escuchar "Blackstar" mientras estaba en construcción?
"Él puso el disco y se sentó junto a mí mientras lo escuchaba. Era interesante ver cómo él estaba realmente escuchando, por momentos completamente absorto en la música. A veces, creía que él estaba escuchando aspectos técnicos de la mezcla, y también podía ver que él estaba nervioso acerca de lo que yo pensaba".

-¿Qué portadas de discos y diseñadores influyeron en su propia carrera?
"Lo interesante acerca de las portadas de discos es que no hay nada racional acerca de sus diseños, es tan subjetivo como la música que estás escuchando. Sin embargo, cuando funciona, hay algo fantástico que se crea, más allá de la lógica, y reafirma la genialidad de la música. Yo crecí en los 80, así que diría que gente como Malcolm Garrett y su trabajo para Simple Minds, lo que hizo Peter Saville para New Order y Joy Division, Neville Brody para Cabaret Voltaire, y finalmente Vaughan Oliver para Xmal Deutschland y Cocteau Twins. Todos estos diseñadores crearon algo nuevo que expresaba la novedad de la música. También, de alguna forma, hicieron del mundo un lugar más hermoso y mejor con su trabajo, lo que pienso que es algo muy importante para un diseñador".

Para Bowie, lo más importante, en primer lugar, era que las portadas expresaran la emoción de la música, y segundo, que hiciéramos algo inesperado. Él siempre trataba de competir con lo que la gente pensaba que sería su música, y sentíamos que debíamos hacer eso también en las portadas. Tercero, y especialmente con 'Blackstar', la idea era que los fans sintieran que el trabajo hacía justicia a David y a su memoria. En definitiva, yo no quería que fuese algo acerca de mí, sino que fuese algo lo suficientemente bueno para recordar a Bowie y a su último álbum. Espero haberlo conseguido".

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