sábado, mayo 05, 2012

Películas que retornaron a Chile después del exilio



El Mercurio


La publicación aborda los mitos , anécdotas y esfuerzos que rodearon la salida de películas desde Chile hacia Alemania y el posterior regreso de ese material a nuestro país.  

Javier Rojahelis

Hace un par de meses, el cineasta español Miguel Herberg, quien -según él mismo- estuvo filmando en 1974 en los campos de prisioneros de Chacabuco y de Pisagua, quemó copias de ese material como reacción al desinterés de las autoridades chilenas por preservarlo.

Otra versión es la que sostienen Mónica Villarroel e Isabel Mardones, autoras del libro "Señales contra el olvido", que presenta su investigación sobre las películas y los documentos fílmicos que fueron sacados de Chile antes, durante y después del golpe de Estado, y que retornaron al país desde Alemania en los años 1999 y 2001. Según ambas, los verdaderos responsables de la película de los campos de prisioneros de Chacabuco y Pisagua fueron Walter Heynowski y Gerhard Scheumann, dos documentalistas alemanes de la desaparecida RDA que llegaron a filmar a Chile en 1973, interesados en retratar la realidad del gobierno de Allende. "Eran los únicos cineastas de la RDA que podían viajar adonde quisieran y todos sabían que eso tenía que ver con sus fuertes vínculos con el gobierno y probablemente con la Stasi", relata Mardones.

Heynowski y Scheumann (H&S) establecieron contactos no sólo con la izquierda chilena, sino también con personas de derecha, incluidos miembros de Patria y Libertad e incluso algunos generales. Y esto mismo -sostienen las autoras- permitió a su equipo filmar en el año 1974 a los prisioneros de Chacabuco y Pisagua. En cambio, sobre Miguel Herberg, Mardones y Villarroel afirman que su papel en las filmaciones fue de simple intérprete. Es decir, no poseería ningún derecho sobre ese material que, por lo demás, siempre estuvo en manos de H&S, junto con todo el resto de las películas que ellos coleccionaron, realizaron y rescataron en Chile y que regresaron al país en 2001.

El temor a una quema del material cinematográfico dio origen a la operación de rescate de éste posgolpe. Así, por ejemplo, el gerente de Amigos de la Cinemateca Alemana, Heiner Ross, hizo varias copias de las películas que había recibido en su intercambio con realizadores chilenos. Otro que recobró filmaciones fue el embajador sueco Harald Edelsman, responsable de llevar hacia Suecia más de cien rollos. Con ese material Patricio Guzmán realizaría su célebre saga documental "La batalla de Chile".

El libro "Señales contra el olvido" -que se presentará el martes, a las 20:00 horas, en la Cineteca Nacional- registra ese mito de la quema de películas después del golpe. Mito que está relacionado con el testimonio de Marcos Llona, funcionario de Chile Films, quien dijo que los militares habían quemado en una pira noticieros del año 45 en adelante, además de documentales de la visita de Fidel Castro a Chile, del "Tanquetazo", y de los funerales de Recabarren, entre otras cosas.

Sin embargo, Villarroel y Mardones encontraron testimonios que no coinciden con esa versión, como el de Sergio Trabucco, colaborador de películas como "Caliche Sangriento" y "El chacal de Nahueltoro", quien señaló: "No me consta que haya habido llamaradas en Chile Films. Se ha perdido mucho material producto de la no conservación, pero no por causas de quemas en aquellos días".

El propio Trabucco, antes de partir exiliado, guardó los rollos de "Palomita Blanca" en los estudios de Chile Films, y cuando retornó los encontró donde los había dejado. Otra prueba que desmiente la teoría de la quema son las películas que volvieron a Chile en 2001, que eran las que tenían Heynowski y Scheumann. En dicho material, compuesto por 17 cajas y 173 rollos, venían precisamente las películas que Llona afirmaba que habían sido quemadas.

Si bien se podría pensar que Heynowski y Scheumann protegieron material cinematográfico al llevárselo a Alemania Oriental, lo cierto es que la situación paradójicamente fue al revés. Isabel Mardones cuenta: "Cuando cayó el muro y se acabó la RDA, el estudio de H&S quedó abandonado y cerrado. Después llegó una empresa y sacó todo este material. A raíz de eso se produjo un desorden que costó muchísimo revertir y hubo cosas que desaparecieron para siempre".

El material de Heynowski y Scheumann pasó por varias bodegas y finalmente llegó al Archivo Federal Alemán. Después, Karl Griep, del dicho archivo, comenzó a hacer la gestión para que el material chileno volviera a nuestro país. Éste se transformaría en el acervo con el que se dio inicio a la Cineteca Nacional.

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