sábado, mayo 05, 2012

Todas las vidas de Felipe Orrego, el chileno que influenció a Sonic Youth


El Mercurio


La primera vez que Kim Gordon tocó el bajo fue con el chileno, su compañero de universidad en Toronto. El ex guitarrista de Los Blops luego partió a Nueva York y se transformó en parte de la decoración del CBGB, donde fotografió el comienzo de Blondie, Los Ramones y Talking Heads. 


Volvió a Chile para salir a recorrer el mundo como productor de "La ruta" de TVN. Hace tres años se reencontró con su amiga de escuela, cuando su banda aterrizó por primera vez en Chile; entonces, se hizo amigo de Thurston Moore, ahora el ex esposo de Kim, y, por consecuencia, también del ex líder de Sonic Youth.  

José Vásquez Tejos.


Mucho más que sólo ruido

"Me fui de Chile en 1974 por la dictadura; no me gustó que las violaciones a los derechos humanos se transformaran en una situación normal. Tenía 23 años y estudiaba medicina en la Católica. Primero me fui a Chicago, pero me aburrí rápido y partí a Toronto a estudiar cine a la Universidad de York. Paralelamente, William Winant (Sonic Youth, Mr. Bungle) y la Kim Gordon (Sonic Youth) entraron a estudiar arte. Ellos eran muy amigos. Bueno, terminamos todos siendo muy amigos. La Kim (59) en esa época pintaba unas cosas rarísimas. Fueron meses muy locos. Hice varias películas con ella en las que actúa pilucha todo el tiempo. Las tengo en mi casa, pero jamás las pondría en internet sin su consentimiento, nos une una amistad intensa. Nos conocimos en un período complicado de su vida. La mina guapa y sexy que tú ves en el escenario con el bajo de Sonic Youth tenía una autoestima como las pelotas a los 21 años. Se encontraba feúcha. Era toda una posadolescente de los setenta, desencantada con el mundo, y yo que venía saliendo de la dictadura en Chile... nos complementamos muy bien.

Viajábamos mucho de Toronto a Nueva York en auto los dos solos, nos quedábamos en casas de amigos artistas y músicos muy under . Qué lindos recuerdos. Fue en una clase de arte, en la que uno de los proyectos era formar una banda musical, donde comenzó todo. Yo, que tenía experiencia en la guitarra, lancé la idea de hacer una banda de rock desmadrada, sin límites. El concepto era tocar a volumen extremo, usar una ropa muy loca e improvisar todo el tiempo. Alcanzamos a componer dos semitemas y terminamos tocando como cinco horas seguidas. Fue una locura. La Kim, que nunca antes había agarrado un instrumento, se hizo del bajo. Ella era pintora, no es músico. Ahora puede que sepa algo, pero no es de las que pueden afinar una guitarra. Creo que entonces le metí en la cabeza la idea del noise ; ahí puede estar mi influencia en lo que dijo Thurston el otro día.

En la banda también estaba mi primo Juan Pablo Orrego (Los Blops) y William Winant, que el año pasado vino como percusionista de Mike Patton con el proyecto Mondo Cane. Dejamos la cagada. Nadie se esperaba ese nivel de locura y catarsis. Lo hicimos antes del punk, unos cuatro años antes que el CBGB explotara. Seguimos como banda casi el año entero, nos transformamos en algo así como la mascota de la Facultad de Artes porque era lo más loco que había pasado por ahí hasta 1974. Pero me aburrí de la ciudad.

Siempre me había sentido atraído por Nueva York, un lugar con un magnetismo especial. Así que partí para allá. Al año siguiente llegó la Kim. Nos vimos mucho otra vez. Ella se puso a pololear con Thurston y comenzó a modelar Sonic Youth. Me invitó muchas veces a los ensayos, quería que tocara con ellos, que hiciéramos jam, pero nunca fui. ¿Si me arrepiento? No. Después le perdí la pista por 20 años".


 El CBGB en primera persona

"Era una ratonera, pero debo haber ido unas 500 veces ahí. En el CBGB lo vi todo. La mezcla en ese lugar era genial, convivía gente flaite como los Ramones, con tipos clase alta como los Talking Heads. Era tan chico todo que la gente no se daba cuenta que estaba creando algo nuevo. Era común ver a Blondie e Iggy Pop, un tipo culto, divertido, muy buena onda. Pintores jóvenes, muchos artistas, escritores, poetas, nadie tenía plata, nadie trabajaba. Imagínate un bar en San Antonio en Chile, en un barrio malo. Si la cantidad de gente que llegaba no era de más de 300 personas.

El barrio alrededor del CBGB era malo, pero barato. Yo pagaba 70 dólares de arriendo en una manzana donde era muy común ver a Allen Ginsberg, el poeta beat, tomando desayuno. Te sentabai en una mesa y conversabai con él, ésa era la onda. Yo arrendaba un estudio todos los miércoles con el Bill Laswell (Brian Eno, David Byrne, Iggy Pop) en el downtown . Ahí llegaban jazzistas y poetas como Ginsberg. Era muy excitante todo. Imagínate que mi rutina era ir todos los días al CBGB, donde nunca pagué una entrada ni un copete. A los Ramones los vi cuando partieron, eran unos cabros chicos. En vivo eran como el alarido de un dragón. La intensidad de ellos era como una metralleta, tocaban de corrido y no paraban en una hora, una locura. Daba lo mismo cómo sonaran, la entrega lo era todo. Vi mucho a Talking Heads, Television, bandas sanas que convivían con heroinómanos. A los músicos les pagaban 5 dólares con suerte, nadie se imaginó lo que vendría después.

También fui amigo de Brian Eno, iba a almorzar a su casa. Lo conocí en un concierto de Año Nuevo donde le dije que no paraba de escuchar sus discos. Fue la raja haber sido testigo de todo eso. Fue una gran suerte vivir ese momento. En los setenta, la ciudad de Nueva York era de una decadencia total. Después empezaron a llegar cabros con más educación y plata para estar cerca de los artistas. Eso trajo consigo que los arriendos empezaran a subir. Se fueron los artistas y quedaron los cabros con plata en los suburbios. Me fui justo cuando todo eso cambió. Me habían subido el alquiler a 120 dólares y de un día a otro a 3 mil. Ahora fácilmente debe estar costando unos 6 mil dólares. No quería volver a Chile, porque las cosas no habían cambiado mucho. Me pasé un tiempo conviviendo con unos indios bolivianos donde se armaba una zafacoca genial. Cada cierto tiempo igual pasaba a Santiago a ver a la familia, conocí a una chiquilla, me casé con ella y me fui a vivir al campo. Con lo mínimo".
Thurston y Kim: Una pareja envidiable

"Vi que venían a Chile por primera vez en marzo de 2009 y me traté de contactar con ellos. Llegué a un correo del Thurston y le conté que conocía a la Kim, que fuimos amigos en la universidad. A los días me llegó un mail de vuelta: "¡Pero si la Kim me habla todo el tiempo de ti!". Estuve con ellos en el hotel. Mi reencuentro con ella fue mágico, todo siguió igual desde la última vez que nos vimos, no fue más que una pausa. Me invitaron al backstage de su concierto en el Movistar Arena, incluso el Thurston, un tipo al que recién conocía, me pidió que le dijera qué canción quería que tocaran. En ese momento yo no cachaba mucho las canciones de Sonic Youth. Fue chistoso. Le tarareé una que me acordaba y la incluyó. Al otro día anduvimos en el persa, porque él andaba en busca de música sicodélica chilena, Los Blops y Aguaturbia, él conocía estas bandas. Después de su paso por Chile yo viajé a Nueva York y alojé en la casa de la Kim y Thurston, ahí me hice bien cercano a él. El año pasado, leyendo por internet me enteré de que se separaban. Era una cuestión insospechable. Ellos se casaron el 84, el mismo año que me casé con mi mujer. Tenemos casi la misma edad. Yo los miraba como una pareja envidiable, por la creatividad de cada uno. Pero quedó la grande... siempre hay una mina.

Para cuando vinieron a Maquinaria el año pasado, a pocas semanas de hecho público el fin de su matrimonio, la Kim llegó un día antes que Thurston a Santiago. Estaba destrozada. Nos juntamos en su hotel. Comimos, conversamos un rato, pero ella estaba cansada y prefirió volver a su habitación, tenían un vuelo a las 5:00 de la mañana hacia Sao Paulo. Me despedí de ella y cuando voy saliendo se abre el ascensor con el Thurston bajando. Me preguntó que qué iba a hacer y me pidió que lo acompañara al bar. Estuvimos como cinco horas conversando. Hablamos abiertamente y me contó todo el rollo. Yo no le di consejos ni emití juicios, no me correspondía tampoco. Él tiene la personalidad de un rock star y la Kim es una galla más casera. Ella es de las personas que se quedan en la casa viendo 'Mad Men', por ejemplo.

Al final, lo que hizo el Thurston en su último concierto yo lo valoro como un acto de amistad. Él me contó que cuando iniciaron la banda la Kim le hablaba todo el tiempo que ella había tocado con un chileno y toda la historia. Fue una cuestión cariñosa. Yo soy pésimo músico. Toco guitarra fuerte, pero no te puedo hacer el 'Concierto de Aranjuez', por ejemplo. Va a sonar esnob, pero no me arrepiento de no haber ido a los ensayos de Sonic Youth; en esa época tocaba con músicos que consideraba muchísimo más interesantes, como el Bill Laswell, que después le produjo a Mick Jagger. Él no tocaba conmigo porque fuera un genio de la guitarra sino porque tenía una energía que le parecía muy interesante. Como no tenía técnica, cada vez que me conectaba a un amplificador era como saltar por la ventana desde un quinto piso. Eran sesiones únicas.

La próxima semana viajo a Nueva York. Por un tema de vuelos no me pude juntar con el Thurston esta vez en Santiago, que vino con un día extra para que chupáramos. Lo visitaré a él y a la Kim... Por separado".


El stand up de Moore

Estaba especialmente conversador. La temperatura por el resfrío que agarró en el vuelo desde Brasil a Chile lo tenía ardiendo. Por eso Thurston Moore (53), el líder de Sonic Youth, dio lo mejor de sí sobre el escenario: quemó su guitarra con furiosos acoples y al mismo tiempo ofreció una de las mejores rutinas de stand up de las que se tengan recuerdo arriba de un escenario rockero en Santiago. "Seguramente la chica que se besaba los dedos al lado mío en el avión es la culpable de mi resfrío", balbuceaba entre canciones el tipo que sirvió de espejo a Kurt Cobain, mientras se limpiaba la nariz con un papel que luego tiró encima de su baterista.

En ninguna parte apareció un productor pidiendo aplausos al público que repletó la noche del domingo 15 de abril el Teatro Oriente. Menos risas. Las carcajadas surgieron espontáneas. El desgarbado flaco dueño de un cancionero que sirvió de inspiración a gran parte de las bandas que hicieron suyos los noventas alternativos, se envalentonó. Se limpió otra vez la nariz, se deshizo del papel en el piso y reinventó con pesados riffs uno de los himnos de los Rolling Stones, "It's only rock 'N roll (but I like it)".

Moore venía en plan solista a presentar su último álbum "Demolished Thoughts" (2011). Probablemente la nueva vida de Moore sea en plan solista para siempre. Sonic Youth está en crisis. Él y la bajista del grupo, Kim Gordon, eran matrimonio. Ya no lo son más. Apareció otra mujer en sus sábanas y con ello la relación perfecta del rock and roll se fue al diablo.

La guitarra de Moore chillaba en el teatro de Pedro de Valdivia. Moore se tiró al piso. Moore se acostó al borde del escenario para que los fans se montaran sobre él a terminar de reventar en un enjambre de distorsión el éxito de Jagger y compañía. Todos estaban en éxtasis. Entonces se puso de pie y tomó el micrófono: "Hay que reescribir los libros: Sonic Youth es una extensión de la música sicodélica chilena, gracias a Felipe Orrego, guitarrista de Los Blops". De inmediato, la revelación se convirtió en un tweet que se multiplicó rápidamente por la red, pero que no le llegó en ese minuto al aludido... Felipe Orrego (60) guitarrista de la primera etapa de Los Blops estaba a casi cuatro mil metros de altura en Cariquima, cerca de la frontera de Chile con Bolivia buscando Mastigostyla cyrtophylla , una planta silvestre para un libro de flora y fauna que piensa editar este año.


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