En una época en que los usuarios pueden acceder a catálogos de millones de canciones desde su celular, las disquerías se rehúsan a desaparecer, sumando nuevas opciones para los consumidores y defendiendo al formato físico como una experiencia única.
Por Raimundo Flores
Muchos pensaron que en la era de las descargas, la música en formato físico desaparecería y aunque no fue así, hoy el auge de las plataformas de streaming amenaza nuevamente a la industria discográfica. Pero, en Santiago, varios locales siguen apostando por los CD y vinilos, demostrando que aún existe público para estos formatos.
Uno de los casos más emblemáticos es Sonar Tienda, ubicada en el Paseo Las Palmas en Providencia. Esta tienda es un paraíso para los coleccionistas y, a pesar de tener un catálogo bastante variado, se destaca por la amplia presencia de trabajos de grupos emergentes y estrenos recientes. Las bandas sonoras tienen alta demanda. Además de música en formato CD y vinilo, allí también se pueden encontrar películas, libros y tornamesas. Hace una par de años, Sonar abrió un nuevo local en Galería La Merced, todo un éxito para una disquera en la era del internet. "El tema del MP3, descargas o Spotify, todo lo que puedas encontrar por internet, siempre he pensado que me ayuda, porque si el disco que tienes bajado te gusta mucho, lo vas a querer tener original. Ahora, si te da lo mismo tener un disco original, nunca fuiste parte de nuestro público objetivo", dice el dueño de la tienda, Víctor Vega
Otra de las franquicias que tiene más de una tienda abierta es TXT, que aún mantiene sus locales en la Alameda y Huérfanos. Además de la venta de música, libros y películas, ambas tiendas cuentan con un café incorporado. En los últimos años, TXT se ha sumado al boom del vinilo, ampliando significativamente el catálogo de este tipo de discos. "Antes la gente compraba cierto tipo de vinilos, más que nada de artistas súper consagrados y más bien antiguos. Ahora no, los últimos discos se buscan en ese formato", comenta Paulina Coronado, dueña de ambos locales.
La incorporación de vinilos es una de las tantas estrategias que han usado las disquerías para subsistir. En el caso de Kind of Blue, tienda que abrió en 2001 con un catálogo de CD enfocados principalmente en la música clásica, jazz y blues, tuvieron que ampliar el público objetivo al que apuntaban, sumando otros géneros a su catálogo. "De acuerdo a la variación que ha experimentado el mercado, tuvimos que extendernos a otras áreas y ahora tenemos casi todos los estilos. Además agregamos películas y vinilos", dice Gladys Aldana, quien trabaja en la tienda.
A pocos pasos de Kind of Blue, en la misma calle Merced, se ubica La Tienda Nacional, enfocada solo en la venta de productos chilenos, entre los que se incluyen música, películas, libros y diseño. Abrió en 2011 con la intención de concentrar los trabajos de los músicos nacionales independientes que estaban editando sus discos en formato físico, pero no tenían dónde venderlos. "Tratamos de generar un espacio donde se promoviera la obra creada por autores chilenos y lo que tuviera que ver con la identidad del país, desde su obra o desde el rescate del imaginario popular", dice Gabriela Villalba, creadora de la tienda. Este espacio se ha fortalecido no solo gracias a la venta de productos, sino también con otros proyectos que ha encabezado La Tienda Nacional, como tocatas de artistas en el mismo local y la edición física de discos clásicos del pop chileno de los 90, como "Mama funk" de Los Tetas o "Ser humano!!" de Tiro de Gracia.
Otra tienda que vende solo música nacional es la Disquería Chilena, a cargo de la SCD. El proyecto comenzó a ejecutarse en 2010, buscando visibilizar a los músicos chilenos dentro del mercado local. Sus mayores ventas este año han sido las producciones de Mon Laferte, Chancho en Piedra y Manuel García.
Al igual que las otras tiendas, admiten que el éxito de las plataformas de streaming es innegable, pero defienden el formato físico como otro tipo de experiencia. Así lo plantea Juan Antonio Durán, director general de la SCD: "La experiencia de tener en tus manos parte del artista, poder leer los créditos, revisar fotografías, las letras y encontrarse con otras sorpresas en su interior, vuelven a la música en formato físico un pequeño tesoro".
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