El pianista y compositor estadounidense David Tudor falleció este sábado a los 70 años en Nueva York, donde desarrolló una trayectoria que lo ubica como motor del avance del arte de la música, en particular por su estrecha colaboración con John Cage, de quien estrenó la legendaria partitura 4´33”: una exploración profunda acerca del valor del silencio.
Alumno de Irma Wolpe, compositora rumana nacida de Irma Schoenberg y casada con el también compositor alemán Stefan Wolpe, David Tudor aplazó su vocación como compositor para dedicarse a una carrera pianística singular: dar a conocer las obras que ningún otro intérprete estaba dispuesto a arriesgar.
Fue así como dio a conocer al gran público a Pierre Boulez, Karlheniz Stockhausen (quien escribió para él su Sexto Klaviertstück), LaMonte Young (después muy popular como pionero del minimalismo) y Morton Feldman, hoy todos ellos monstruos sagrados.
Las obras para teclado más importantes de John Cage fueron escritas en colaboración con David Tudor. Cage decía que el secreto consistía en “proponerle un proyecto en el que se sintiera cómodo y lleno de curiosidad”.
Dio a conocer, por ejemplo, la fundamental Music of Changes, de Cage, el Concierto para piano y orquesta y un momento definitivo en la historia de la música ocurrió el 29 de agosto de 1952 en Woodstock, cuando se estrenó 4´33”, una obra en tres movimientos cuya partitura ostenta una sola palabra: “tacet”, vocablo latino que en la técnica musical indica al intérprete como “el que calla”, “el que queda en silencio”.
La obra consiste en tres movimientos, durante los cuales el pianista no emite nota alguna. Un metrónomo sobre el piano indica el tiempo de duración de cada movimiento y el solista se limita a pasar las páginas de la partitura, que están en blanco. Al terminar, cierra la tapa del piano y agradece los aplausos del público.
Esa exploración del silencio ha sido tomada por igual como broma, ofensa y asombro. En el estreno en Woodstock, contó a La Jornada la pianista Margaret Leng Tang, alumna de John Cage y quien estuvo en el estreno en Woodstock, se escuchó el murmullo de los grillos en el bosque, el viento al pasar por las ramas de los árboles, vieron relámpagos y escucharon truenos “en una noche muy hermosa en el bosque”.
Por su trabajo en estrecha colaboración con John Cage, se le atribuye a éste último una partitura que en realidad escribió David Tudor: Reunion (1968), que incluye una partida de ajedrez donde cada gambito, cada cambio de escaque, cada movimiento de piezas correspondía a sonidos, luces y efectos térmicos.
El estreno lo realizaron el propio Tudor y como jugadores de ajedrez participaron John Cage y Marcel Duchamp.
Las composiciones de David Tudor, en lo sucesivo, se circunscribieron al universo de la música electrónica.
Ha muerto, este sábado, un motor de la cultura musical contemporánea.
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