La Tercera
El crooner canadiense habla con La Tercera de su próximo show en Chile, que incluye nuevas versiones de sus clásicos, duetos virtuales y un tributo a Prince. Con 60 años de carrera, analiza la industria actual, revela su fórmula para mantenerse vigente y adelanta planes de nueva música y emprendimientos tecnológicos.
Andrés del Real
Con 75 años recién cumplidos y seis décadas de carrera ininterrumpida, Paul Albert Anka no duda en definirse como un sobreviviente. Un rasgo que surgió tempranamente en la vida del cantante y compositor canadiense, que se sobrepuso al bullying que sufrió en sus años escolares en Ottawa, a causa de su baja estatura y origen libanés; que zafó por casualidad del accidente de avión que terminó con la vida de Buddy Holly y Ritchie Valens, en 1959; que logró continuar con su carrera ante el auge de la Beatlemanía en la década siguiente, y que en los últimos años ha sabido reinventarse y seguir llenando estadios con clásicos inmortales como Diana, My way y Put your head on my shoulder.
“Definitivamente soy un sobreviviente. Llevo mucho tiempo haciendo esto con éxito y he logrado perdurar frente a todas estas modas, constantemente trabajando. En ese sentido, soy un tipo muy agradecido”, dice con la humildad de los grandes el crooner desde Ohio (Estados Unidos), antes de su próxima presentación en Chile a fines de este mes.
Será el retorno de Anka ante su fiel fanaticada local, a la que conoció por primera vez en 1960, en una legendaria visita que figura en los registros como el primer gran concierto en el país, y que dejó como anécdota su fugaz romance con una azafata chilena llamada Jenny. Desde entonces, ha vuelto en tres ocasiones, la última de ellas en 2012 y ante un repleto Movistar Arena, el mismo recinto al que regresará este 31 de agosto con un show de grandes éxitos, duetos virtuales con Frank Sinatra y Michael Jackson, además de una que otra sorpresa.
“Obviamente estarán las grandes canciones que siempre presentamos. Eso sí, cambiamos algunos arreglos y la banda interpreta los clásicos de otra forma. También habrá videos nuevos, canciones en versión dueto y swing, y un tributo a Prince del que no quiero contar mucho para no arruinar la sorpresa”, cuenta el solista, que en algunas de sus últimas actuaciones ha dedicado un pasaje para recordar a su fallecido colega con su propia versión de Purple rain.
¿Guarda buenos recuerdos de sus últimos pasos por Chile, en 2012 y Viña 2010?
Lo que más me queda de esas visitas es la actitud que la gente muestra hacia las canciones que ama, que siempre ha sido la misma. Cada vez que vamos a Chile nos quedamos con la sensación de una pasión muy fuerte. Lo de Viña del Mar también fue increíble, pero lamentablemente lo que más recuerdo fue el terremoto, del que en realidad sólo me enteré cuando ya iba volando de vuelta y el piloto me contó.
Un año después de ese último show en Chile, en 2013, lanzó un álbum de duetos de sus éxitos y su primera autobiografía, My Way: An Autobiography. ¿Fue coincidencia o estaba en un momento en que sintió necesario volver a repasar su trayectoria?
No, afortunadamente sigo con esta extensa y exitosa carrera y aún no siento la necesidad de enfocarme sólo en el pasado. Fueron cosas que siempre estuvieron planeadas de esa forma y que tardaron mucho en terminarse, como toda persona que acumula mucho trabajo. Con el libro, por ejemplo, sabía que tenía que terminarlo para seguir con otros proyectos, porque lo dejé pendiente por años y había mucha gente que lo estaba esperando.
Según relata en My Way, su primera ocupación fue de periodista. La historia pudo haber sido distinta.
Cuando era joven mi padre notó que tenía talento para escribir, de hecho, cuando estaba en el colegio, escribía todo el tiempo y me gané premios haciendo ensayos sobre Gandhi y temas musicales. Eran tiempos distintos, no había tecnología, los medios no eran tan grandes como ahora y como no veía futuro a lo musical estuve un tiempo trabajando en el diario Ottawa Citizen. Pero en realidad estaba buscando, quería juntar mis ahorros y convencer a mi padre de mi amor por la música.
Así terminó grabando Diana, que ya va por los 60 años. Después de todo este tiempo, ¿quedan desafíos pendientes en su carrera?
No sé si desafíos como tal. Estoy en este momento trabajando en un nuevo disco, ya hice este libro que me tomó mucho tiempo... lo que me gustaría ahora es que el libro se convierta en una película, o en una obra de Broadway. Quizás ese es el único objetivo pendiente que me queda. Por ahora, mi principal preocupación es mantenerme saludable y disfrutar a mis hijos. Y en lo profesional, mientras el público me siga pidiendo, seguir cantando, que es lo que me apasiona y lo que me permite hacer lo que me gusta todos los días.
¿Cómo hace para mantener su voz en buen estado? No todos sus coetáneos pueden decir lo mismo.
Es algo para lo que tienes que trabajar constantemente. Uno es como un atleta, no puedes abusar de tu voz, no puedes fumar. Son cosas que aprendí de mi época junto a Frank Sinatra y el “Rat Pack”.
¿Extraña esa época de la industria o las cosas son mejores ahora para un artista?
Como todo, hay cosas mejores y peores. Pero es difícil mantenerse, todo ha cambiado mucho. Como tú y yo sabemos, el rock and roll ya no existe. (Bob) Dylan perdió su voz, (Paul) McCartney perdió su voz -aún cuando es un gran artista- y ahora todo es rap y urbano, todo es sobre el dinero. Pero la música romántica, las canciones de amor, siempre quedarán, porque el amor es la emoción más fuerte.
¿Cuáles son sus planes a futuro? ¿Trabaja en nueva música?
Claro, sigo de gira y estoy componiendo canciones para un disco que pretendo lanzar el próximo año. En paralelo, formé una nueva compañía de tecnología con unos amigos canadienses y unos socios de China, la lanzaremos pronto de manera oficial. Hemos tenido reuniones con gente de Australia, Los Angeles, Hong Kong... es algo que me tiene muy emocionado.
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