El Mercurio
Ya arrancó la temporada discográfica . Esta noche se estrena en vivo el primer álbum de jazz chileno de 2012: "Sudalma", o sea "el alma del sur", dice su autor.
IÑIGO DÍAZ
A fines de los 90, Felipe Martínez (43) escribió y tocó la música incidental de la obra "Sostiene Pereira", de Ictus. Luego compuso piezas para la trilogía de memoria política de Chile que montó la compañía La Trompeta: "Por encargo del olvido" (2001), "Toda esta larga noche" (2002, de Jorge Díaz) y "Naturaleza muerta" (2003).
"Fue un período significativo como compositor, pero mis intenciones ya estaban encaminadas hacia una música menos funcional y más personal", dice el flautista y saxofonista Martínez, quien capitalizó un proyecto propio después de diez años de sesionismo.
Fueron colaboraciones muy diversas: tocó en el grupo del mandolinista Antonio Restucci y también en la gira nacional de esos tres referentes de la canción romántica que son Alberto Plaza, Pablo Herrera y Keko Yunge. Esta noche, en cambio, Felipe Martínez estrenará en el Merkén de Peñalolén (Antupirén 9401, 22:00 horas, gratis) un trabajo de autor orientado al mestizaje entre la música docta, la raíz folclórica y el jazz. Se llama "Sudalma", y es el primer disco de la temporada.
"Ese nombre quiere representar 'el alma del sur'. Por eso me desmarqué del concepto 'fusión latinoamericana' y me centré en el de 'jazz sudamericano'. No tocamos percusiones afrocubanas, sino brasileñas. Y a eso le sumamos música basada en los ritmos ternarios, que son propios del sur: chacarera argentina, tonada chilena, joropo venezolano y festejo peruano", explica.
Su sexteto de conciertos está formado por Nicolás Romero (teclados), Mauricio Alvarado (guitarra acústica), los experimentados Eugenio Guzmán (bajo) y Cristóbal Rojas (batería), y el percusionista brasileño Daniel Batista (zurdo, timba, pandero, afoxé).
"En 'Sudalma' está todo ese aprendizaje de música regional, sobre todo la brasileña, que he tocado desde hace veinte años en el grupo de Zeca Barreto: ritmos fundamentales, como el chorinho carioca y el baião nordestino", explica. De hecho, la composición representativa del disco se llama "Baichoro", que es mitad baião y mitad chorinho. Otras piezas son el joropo "Primavera", la canción sin letra "Vicenta", "Av. Brasil", la más urbana del repertorio, y la nueva versión de "Paso a paso", que Martínez había grabado en 2008 con el grupo La Saga, al que llegó tras la muerte de Eloy Alquinta, hijo de Gato Alquinta, y que ahora suena "más ágil y con más colores musicales sureños".
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