El Mercurio
El exitoso proyecto de formación musical creado por el ex cantante de ópera Christian Boesch, en 2004 en el sur de Chile, avanza hacia un desarrollo más integral de sus alumnos.
D.S.D.
Paso a paso, el sueño de 'Papageno', el ex barítono Christian Boesch, de llegar con la música a las localidades rurales más apartadas que rodean el lago Panguipulli y la comuna de Villarrica, se ha ido convirtiendo en una exitosa realidad. Hoy ya cuenta con 560 niños y 13 profesores y su expansión continúa, ahora con la firma de un convenio de cooperación pedagógica con la Fundación Siemens de Alemania. "Estoy buscando un contacto para enraizarme con mi proyecto en Europa. Porque me siento responsable culturalmente con mi tierra natal, y tuve buena suerte de encontrarme con el proyecto de esta fundación", relata Boesch.
A través del método Roland de enseñanza musical, que considera que el aprendizaje de un instrumento musical está al mismo nivel que una cátedra común de matemáticas o lenguaje, los niños de pueblos tan lejanos como Neltume, Choshuenco y Huiscapi, están aprendiendo a familiarizarse con la música clásica. Hoy se busca hacer más integral esta formación.
Ulrike Wahl, de la Fundación Siemens, comenta que ésta nació hace menos de tres años, desde la centenaria empresa Siemens AG, y cuenta con un capital de 400 millones de euros. "Siemens crea esta fundación para definir una acción programática que ahonde en una ámbito que complemente lo que la compañía ya realiza en su tarea de Responsabilidad Social. Comenzamos nuestros trabajo en África y América Latina. Nuestro propósito es contribuir al desarrollo integral de las personas, pero no queremos descremar el mercado de los talentos ya existentes, sino encontrar aquellos que están por descubrirse, apuntando a proyectos estructurales", comenta Wahl.
"Hemos querido trabajar en educación y, si bien nosotros venimos desde una tradición de conocimientos tecnológicos y de ciencias, creemos interesante unirnos con la Escuela de Música Papageno para unir la formación musical con la instrucción científica y matemática. Dos áreas que sabemos están emparentadas: queremos unir curricularmente universos que, en casi todo el mundo en el sistema escolar, se ven independientemente", agrega.
"Papageno es para nosotros una opción de enseñanza en la que buscamos complementar la vocación musical con el ambiente de la ciencia, tanto en la formación de docentes como con los niños de las localidades rurales", concluye Ulrike Wahl.
La fundación comienza a trabajar en marzo con la Escuela Papageno. Christian Boesch comenta: "Veo mucho más fácil aumentar el horizonte de un profesor de música hacia los temas de ciencia. Mi intención es que a través de nuestro convenio de formación de profesores básicos de música, firmado con la Pontificia Universidad Católica, podamos ampliar dicha formación creando un programa docente básico en música y ciencia".
La Escuela Papageno firmó en 2011 un convenio con dicha casa de estudios, que permite a estudiantes de cualquier pedagogía de sus aulas tomar cursos especiales y obtener así un diploma de profesor de música de enseñanza básica.
Después de siete años recorridos con este proyecto musical, Boesch, explica que el único desafío faltante es la búsqueda de más profesores para expandirse hacia otras localidades y consolidar lo ya construido. La idea es que, luego de formar la primera generación de profesores musicales con el proyecto en conjunto con la PUC, se puedan fundar nuevas escuelas Papageno en zonas más apartadas, ofreciéndoles a esos profesores mejores ingresos de los que actualmente se pagan en la zona. Para ello busca Boesch formar una agrupación de vecinos notables de la zona de Panguipulli que permita financiar la expansión de este notable proyecto de enseñanza musical en el mundo rural de nuestra zona de Los Lagos.
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