La Segunda
Aunque "es un premio de toda justicia", señala la hija de Violeta que compartió con el antipoeta en su casa en Las Cruces. El celebró en familia, y pidió tangos de Gardel. La cantante, que será jurado del Festival de Olmué, afirma que su madre "no necesita ninguna película". Y añade: "La Violeta le da de comer a mucha gente".
por Nayive Ananías G
"No doy muchas entrevistas", anuncia de entrada Isabel Parra (72), hija de la gran Violeta y cantautora de vasta trayectoria. Pero ésta es una excepción: habló con soltura a propósito de su participación como jurado en el próximo Festival del Huaso de Olmué -que se realizará entre el 20 y el 22 de enero- y de su familia, por supuesto.
Isabel acaba de pasar el Año Nuevo con su tío Nicanor, quien celebró con los suyos en Las Cruces, donde declaró que ansiaba escuchar tangos de Gardel y visitar Buenos Aires.
"La Violeta era bastante genial y el tío Nicanor también. Ellos son de otra generación, fuera de serie. Me pasé unas horas del Año Nuevo con el tío Nicanor y juro que fue la mejor manera de empezar el año. Estar con él en Las Cruces fue realmente estimulante. Esos hermanos eran extraordinarios. Él tiene 97 años y parece que tuviera 20. Está muy lúcido y divertido. Estoy agradecida de tener a este tío instalado en ese lugar bello y sencillo", señala. Y recalca: "Sobre el premio, el tío Nicanor no está ni ahí. ¡No lo necesita! Toda la vida ha estado creando y trabajando intensamente, así que creo que es un premio de toda justicia. Pero al tío no le ha cambiado ni una cana de su cabeza por eso. Mucho habló del tío Roberto y de los tangos. Dijo que prefería ir a La Boca que hacer otros viajes".
"No me convence ni esa película ni ninguna otra"
La frase "El año de Violeta Parra" sobreabundó durante el 2011: coincidió el estreno del filme "Violeta se fue a los cielos", de Andrés Wood, y se llevó a cabo un concierto especial con músicos famosos de la escena local. ¿Habrá llegado tarde el reconocimiento a Violeta? "La Violeta se mueve sola y no necesita ninguna película. Ahora, cuando le gente dice 'éste es el año de la Violeta', no lo entiendo. ¿Qué es eso? ¡Todos son los años de la Violeta! Y van a ir in crescendo, pero no porque alguien se iluminó o porque se escribieron algunos artículos. Todo eso, por un lado, me da pica y, por otro, me da risa. Más risa que pica. En buena hora se están preocupando de la Violeta. ¿Sus canciones son más buenas, ahora, que se puso de moda?", advierte irónica, Isabel.
-¿Ud. vio la película?
-Sí, la vi. Dijimos que no íbamos a hablar de ese tema, porque creo que seguir dándole vuelta a la cuestión no tiene sentido. A uno las cosas le gustan o no. Yo adoro el cine; me he pasado toda la vida viendo muchas películas. Es muy difícil entrar en un análisis de una mujer que llevo viva en mi alma. A mí no me convence ni esa película ni ninguna otra.
-¿Cómo ha sido dimensionar el "boom de los Parra"? Además de la película de Violeta, Nicanor ganó el premio Cervantes y se publicarán 70 cuecas inéditas y una biografía del tío Roberto
-Las cosas llegan con el tiempo. El tío Roberto merece ese libro y es bueno que su viuda se haya dedicado a recopilar papeles. No creo para nada en los clanes, porque algunas personas han sido más o menos talentosas y han dejado una huella. Imagínate una familia de puros genios... ¡Dios nos libre de aquello!
"Tradicionalmente, los festivales folclóricos hacen huir a las personas"
El Festival de Olmué recibirá a los trovadores Pablo Milanés y León Gieco, además de Manuel García, Los Jaivas y Yuri, entre otros. Isabel también cantará el primer día.
La competencia de este año será especial: solistas y bandas nacionales, como La Guacha, Jorge Coulon de Inti-Illimani, Natalia Contesse, Los Miserables y Miguel Barriga, de Sexual Democracia, interpretarán reversiones de canciones de Violeta Parra.
"Es un festival que se ha ido agrandando y eso es bueno para la gente. Hay diferentes estilos: medio rockeros, medio folclóricos. Es muy atractivo porque, tradicionalmente, los festivales folclóricos hacen huir a las personas. Eso ocurre porque, quizás, somos poco entretenidos los chilenos. Y vestidos de huasos somos peores, sobre todo para los jóvenes que ven un huaso y salen arrancando (se ríe)", apunta Isabel.
-¿Cómo se puede evaluar cuando se trata de su madre?
-Cuando se trata de mi madre soy bien exigente, porque la tengo como punto de referencia. Tengo una escuela rigurosa en un sentido artístico, no en un sentido disciplinario. La Violeta Parra era una artista de primerísima categoría, entonces no es llegar y decir "voy a cantar a la Violeta". La Violeta es muy manoseada y es muy maltratada también... con mucha frivolidad, ligereza y apuro. Tengo mucha experiencia en saber cómo las personas se acercan a la Violeta Parra y qué es lo que andan buscando: plata, connotación o protagonismo. Todas esas preguntas una se las puede hacer porque los artistas son públicos. La Violeta le da de comer a mucha gente y eso, a veces, no es malo, sobre todo a quienes tienen necesidades. Cuando le da de comer a quienes tienen abundante mesa, es horrible. Así que todas esas cosas se las diré al jurado (se ríe).
-¿Cree que el método adecuado para acercarla a los jóvenes es a través del rock o el pop?
-No, yo creo que ese argumento lo aplica mucho la gente. "Nosotros queremos acercar a la Violeta Parra a los jóvenes". ¡Ésas son puras pamplinas! La Violeta Parra se acerca sola a la gente, ¡sola!, no necesita intermediarios. La Violeta no necesita que la promuevan. Creo, honestamente, que ella se promueve sola. No podemos dejar de aplaudir que un programa televisivo se preocupe de la Violeta, porque nuestra TV... mejor no entremos en ese tema. Son logros que la Violeta consigue con el peso de su obra.
Cuecas para Gustavo Cerati
El año pasado, Isabel reeditó tres discos con el sello Oveja Negra: "Poemas", "Alas inmediatas" y "Ni toda la Tierra entera". "Esos son una tercera parte de los discos que he grabado. El rescate de ese material me tiene contenta. He tratado que mis discos sean diferentes unos con otros, que tengan una gotita de originalidad. También tengo ganas de hacer otro disco", comenta. Y, luego, lanza una noticia inesperada: "Estoy escribiendo cuecas para Gustavo Cerati. Cuecas que nunca serán cantadas ni musicalizadas. Mis cuecas son femeninas, delicadas y son una forma de devolver todo lo que nos dio Cerati. Nosotros hemos seguido su carrera como si fuera parte de nuestra familia. Soy una fan de su música. No estoy haciendo cuecas para hacer un disco homenaje a Cerati, por favor".
-El año pasado se trabajó en un disco tributo a Cerati...
-Los discos tributo son una lata, son lo más superficial que hay y el que menos se beneficia es el tributado. A mí no me entusiasman. Ya la palabra tributo la encuentro muy cargante.
-¿Y qué le pareció que su sobrina, Javiera Parra, hiciera uno en homenaje a Violeta?
-A mí me parece bien porque la Javiera lleva años luchando para ganarse un Fondart, para conseguir ayuda, entonces creo que ella tenía ganas verdaderas de hacer un disco con canciones de su abuela en su estilo, pero no ha sido fácil. Me escribió el jueves y me dijo que el disco ya está masterizado y que me mandará una copia. La apoyé lo más que pude. Hay momentos en la vida de una persona en que les hace bien cantar a la Violeta. Es un paso gigante en la carrera de una mujer. Creo que la Javiera está en el momento perfecto para cantarle a su abuela.
-¿Qué opina de la actual música chilena? ¿Se han olvidado las raíces folclóricas?
-Yo soy bien escuchadora de los otros, y soy crítica. Creo que, en este momento, tenemos la música que nos merecemos. ¿Por qué los cabros recurren a la Violeta? Sus canciones no pasan de moda. No me gusta cuando la gente es muy facilista. En este país de copiones, nos estamos mereciendo la música que tenemos. ¡Y ya no despotrico más porque, si no, me sacarán del jurado! (se ríe).
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