domingo, enero 15, 2012

Guitarrista y compositor Alejandro Gaete lanza disco

 

El Mercurio

Del tamarugo a la lenga: música para preservar las especies nativas
Los incendios del sur arrasan con hectáreas, y aquí aparece "Chile, árboles y música", pieza conceptual de fusión en defensa de la naturaleza.


IÑIGO DÍAZ
Es otra forma de decir "de Arica a Magallanes". La pensó el guitarrista, compositor y arreglador Alejandro Gaete (1952) cuando le pidieron que escribiera música para acompañar un libro sobre árboles chilenos, que finalmente no fue editado. La música, eso sí, sobrevivió: "Este disco es un recorrido desde el tamarugo hasta la lenga", apunta Gaete, ya con el disco en sus manos, publicado por el sello Oveja Negra.

Justo cuando en lugares como las Torres del Paine, Carahue y Quillón el fuego arrasó con los bosques, se lanza "Chile, árboles y música". Un trabajo conceptual de diez composiciones de variedad estilística y tratamiento sonoro, encadenadas de norte a sur y centradas en la preservación de los árboles nativos.

"Es increíble cómo esta música que tenía escrita desde hace años se enlazó hoy con los incendios del sur. Seguro que allí se han quemado muchos alerces y araucarias. Es terrible", se lamenta Gaete.

El músico, formado en la guitarra clásica por la maestra Liliana Pérez Corey, dio en su juventud un paso lógico hacia la guitarra eléctrica. Se convirtió en solista, siguiendo a rockeros como Jimi Hendrix, Jimmy Page y músicos de jazz como George Benson. Luego se integró a orquestas de televisión de Juan Salazar, Miguel Zabaleta y Toly Ramírez.

Para formar su banda operativa, Gaete echó mano a sesionistas de trayectoria: Rolando Arancibia (teclados), Antonio Sánchez (bajo), Marcelo Giolito (batería) y Raúl Aliaga (percusiones). También sumó voces de los 80, como Alba Salamina y Jorge Caraccioli, y sonidos doctos, como la flauta de Hernán Jara (solista de la Orquesta Sinfónica).

"Chile, árboles y música" inicia el viaje con "Camino del tamarugo", con sonidos de zampoñas y quenas, y sigue con "Hojas de palma", la jazzística "Cueca del quillay", el funky "Corazón de roble", y la inspiración mapuche de "Araucaria inmortal" y "Sagrado canelo", hasta llegar a "En un bosque de lengas", con su sonoridad patagónica y el uso del bandoneón.

Gaete dice: "La fusión me permite alcanzar una música muy propia. Escuché y toqué mucho rock y jazz, y eso se puede encontrar en este disco. También aprendí del folclor cuando toqué en el grupo Latinomúsicaviva, de Guillermo Rifo, en los 80. Yo tomo algunas raíces y le pongo esa mezcla de cosas que he estudiado. Nada más".

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