La Comisión Europea ha aprobado este viernes con condiciones la adquisición de la discográfica EMI por parte del grupo Universal Music. La autorización de Bruselas está supeditada a la venta del sello Parlophone, que acoge a artistas como Coldplay, David Guetta o Kylie Minogue, y de otros activos de música que EMI posee en todo el mundo.
El Ejecutivo comunitario ha desoído así la petición de las discográficas independientes, que le pedían que prohibiera la operación por su impacto negativo sobre la competencia.
"Los compromisos muy importantes propuestos por Universal permitirán mantener la competencia en el sector de la música y los consumidores europeos podrán así continuar beneficiándose de todas sus ventajas", ha declarado el vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia.
La operación reunirá a dos de las cuatro principales discográficas del mundo, las denominadas 'majors', que quedarán así reducidas a tres.
Bruselas temía que la fusión, tal y como se notificó inicialmente, daría a Universal un poder de mercado excesivo y le permitiría endurecer sensiblemente las condiciones de concesión de licencia a las plataformas digitales que venden música a los consumidores, como iTunes o Spotify, e imponer precios más altos.
Esta situación, según el Ejecutivo comunitario, habría impedido a las empresas más innovadoras desarrollar sus ofertas de música o lanzar otras nuevas.
Para disipar estas inquietudes, Universal se ha comprometido a vender activos que la Comisión considera importantes.
Además de Parlophone (donde están también Lily Allen, Blur, Gorillaz, Pink Floyd, Cliff Richard, David Bowie, Tina Turner o Duran Duran), se desprenderá de EMI France (propietaria del catálogo de David Guetta), de los sellos de música clásica de EMI, de Mute (casa de discos de The Ramones), de Chrysalis (que acoge a Depeche Mode, Moby y Nick Cave) y de otros sellos locales de EMI.
Coop, que agrupa a sellos que conceden licencias para artistas como Mumford and Sons, Garbage y Two Door Cinema Club, también se venderá. Universal se compromete asimismo a deshacerse del 50% de la participación que EMI tiene en la empresa de recopilaciones Now! That's What I Call Music y seguirá concediendo licencias para elaborarlas durante los próximos 10 años.
Finalmente, Universal promete no insertar durante 10 años en los contratos nuevos o renegociados cláusulas de la nación más favorecida, que obligan a los clientes del sector digital a beneficiar a Universal con las mismas ventajas que las que han concedido a sus rivales. Así, los competidores serán más libres a la hora de negociar con sus clientes en el sector digital.
Los derechos que serán cedidos cubren todo el mundo y la música tanto en soporte digital como físico.
Con estas condiciones, el Ejecutivo comunitario ha estimado que los mercados de música digital en el espacio económico europeo serán siendo competitivos y que la operación no tendrá consecuencias negativas para los consumidores.
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