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Estuvo en Lollapalooza, se convirtió en el primer chileno en conseguir actuar dos veces en el festival Primavera Sound de Barcelona; su tercer disco, "San Sebastián", fue elegido uno de los mejores del año, y fue definido como un "artillero del folk". Ahora, se prepara para tocar junto a destacados músicos en el festival Despierta. Esta es su historia.
PEDRO BAHOMONDES CHAUD
Siempre hubo una guitarra en su casa y él aprendió a tocarla solo. Tenía diez años. Se ayudaba con la revista La Bicicleta y entonaba algunos acordes inexpertos. No quería tocar canciones de fogata ni las más conocidas. Quería crear las suyas. Entonces no sabía que años más tarde se consagraría como uno de los artistas chilenos con mayor reconocimiento de la crítica. Que se haría llamar Fernando Milagros y no Fernando Briones.
Pero para eso, aún faltaba.
A Fernando, 32 años, le tocó nacer en Talcahuano. María Jeannette, su madre, trabajaba como educadora de párvulos para el ejército. Acostumbrada a los traslados laborales, ella y su hijo vivieron de ciudad en ciudad, hasta que a los 13 años de Fernando, retornaron a Santiago para quedarse definitivamente. El alumno del Cambridge College de Providencia forjó su adolescencia entre discos que encontraba durante sus largos paseos por el Persa Bíobío.
-De chico fui súper melómano. Me iba mañanas enteras al persa a buscar esos álbumes que nadie tenía -cuenta. Se crió con el sonido de Sonic Youth, The Residents y otras bandas del estilo.
En 1999 trabajaba junto a una amiga en la productora chilena Filmocentro, cuando a ella se le ocurrió ir a inscribirse en la carrera de Diseño Teatral en la U. de Chile. "No sabía qué estudiar, y cuando ella me dijo que iría a anotarse, la acompañé de tincado". Sólo había visto dos obras de teatro en su vida y lo único que tenía claro es que soñaba con ser músico, pero no uno de conservatorio. Él quedó y ella no.
Su paso por la escuela fue "bueno", dice. Además, con el tiempo se dio cuenta de que aprendía más de sus compañeros que de las cátedras; allí conoció a Manuela Infante -actriz y dramaturga-, una de sus pocas amigas y con quien trabajaría en la compañía Teatro de Chile.
De la mano de Infante, Fernando participó en exitosos y alabados montajes, como "Prat" (2002), "Juana" (2004), "Cristo" (2008), y "Rey Planta" (2006). En el último de ellos, colaboró -además del diseño teatral- en la musicalización. "Milagros era un músico infiltrado entre actores", dice la periodista y crítica de música Marisol García. Él lo ve desde el otro lado: "Quizá era también un actor infiltrado entre músicos y por eso se fue abriendo el paso a todo lo que vino después".
SOLITARIO. A Fernando le faltaba algo. Ese algo que él mismo denomina el "vehículo de tres minutos". Ese algo que todos conocen como canciones, que le llenaban la cabeza, mientras seguía trabajando como diseñador teatral.
La primera vez que compuso fue como parte de María Milagros, banda que integró entre 2003 y 2005, y que él mismo define hoy como post rock o algo similar a Placebo. La carrera de la banda no dio frutos y sólo quedaron cinco o seis canciones dando vueltas en el aire.
Lo que quería Fernando era libertad, no acatar decisiones de grupo y, por sobre todo, ganar tiempo. Y así fue: durante el último período de vida de María Milagros se dedicó a componer como lo hace hasta hoy, en su casa, en solitario.
Cuando tuvo un demo terminado de diez canciones, se lo mostró a los integrantes de la banda, y a nadie le pareció bien. A nadie, excepto a él. "Ahí decidí que me iría del grupo. Tenía esas diez canciones y pensaba de verdad en aprovecharlas".
EL MILAGRO. Al principio, en agosto de 2006, eran sólo 50 copias del disco "Vacaciones en el patio de mi casa" que él mismo había producido y repartido entre sus amigos más cercanos. El álbum era el resultado de eso mismo: vacaciones en el hogar, y también de una extraña experimentación musical a partir de elementos caseros. En las canciones se oyen desde guitarras de cuerdas de nailon, hasta un colchón de su bodega -que utilizó como bombo- y un balón de gas que percutió usando tallarines amarrados en vez de baquetas.
No fue hasta cuando el disco llegó a manos de Marcelo Henríquez, del sello independiente Neurotyka, que supo que todo iba en serio. Las copias del disco se multiplicaron con su primera edición, en 2007. La crítica se pronunció: Milagros era, según varios, un artillero del folk, un experimentador, un músico innato. Se le comparó con Gepe, Manuel García, Nano Stern.
Tras la noche de la presentación del disco, el álbum se agotó sin dejar rastro y su paso por los escenarios se intensificó.
Dos años más tarde vendría el segundo disco, "Por su atención gracias", editado por Oveja Negra. En pocas semanas fue acogido de buena forma por la crítica y canciones como "Reina japonesa" o "Avenida Perú" fueron coreadas cada vez que Milagros salía a tocar con su guitarra a cuestas, con esa eterna expresión seria en el rostro, con la palabra justa, la voz rasposa.
EL ÉXITO. La exposición mediática también tuvo implicancias familiares. Fernando dice que conoció a su padre recién hace dos años, que el hombre se consiguió un par de mails suyos hasta dar con él y acordaron juntarse una tarde del 2009. "Nos juntamos a tomar un café y fue de lo más raro. Incómodo. Éramos dos personas que compartían algo más que la sangre y que tenían que decirse muchas cosas, pero no fue así". Después de ese día no volvieron a comunicarse, salvo por un mail que Fernando recibió tras el terremoto del 2010: "¿Estás bien? Yo lo estoy".
La vida siguió. Durante el 2011, Milagros se alió con el productor Cristián Heyne -el mismo de Javiera Mena y Gepe- para su tercer álbum, "San Sebastián", con el sello Quemasucabeza. Y fue una decisión acertada. "Con este disco consiguió foco, visión conceptual en una colección intachable de canciones", afirma Sergio Cancino, director de Radio Uno.
Según la crítica, éste es su mejor disco. El éxito se debe al cambio de productor y, también, al incansable trabajo que lo ha llevado a estar de gira en España, México, a presentarse en Lollapalooza, y a ser el primer chileno en conseguir presentarse por segundo año consecutivo en el festival Primavera Sound, en Barcelona. Ya está componiendo su cuarto disco, y el 8 de septiembre se presentará en el Movistar Arena, en el festival Despierta, en donde compartirá escenario con León Gieco hasta Jorge Drexler.
Y, además de la música, Milagros pretende no dejar lo primero, el teatro. Dice que ambas cosas lo apasionan. "No podría dejar ni lo uno ni lo otro".
Festival despierta
León Gieco, Kevin Johansen, Pedro Aznar, Jorge Drexler, Gepe, Chambao, Nano Stern, Paulinho Moska, Fernando Milagros, entre otros.
8 de septiembre, 18 horas, Movistar Arena.
Entradas desde $18.000 por Ticketek.
PEDRO BAHOMONDES CHAUD.
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