El Mercurio
Luc Delannoy lanza hoy su nuevo libro en Santiago."Convergencias" completa la trilogía de publicaciones del pensador belga que se inició con "Caliente" y "Carambola". Delannoy hará intervenciones en siete universidades.
Iñigo Díaz
Todos los contrastes de una música rítmica, colorida, vibrante y, sobre todo, desconocida, aparecieron frente al joven Luc Delannoy, de doce años, en una disquería de segunda mano de su Bruselas natal. Era el álbum que contenía la "Suite manteca" (1954) del trompetista y director cubano de big bands Chico O'Farrill.
"Estaba el nombre latino de Chico al lado del apellido europeo O'Farrill. Estaba la palabra suite al lado de manteca, que yo no sabía qué significaba y que luego me enteré de que era un nombre que le dan a la marihuana en Cuba. Y en la contratapa del disco había una foto con muchos músicos negros, salvo Chico, que era blanco. Para mí fue una vivencia corporal y significó un antes y un después", recuerda el filósofo y escritor belga Luc Delannoy, quien está en Chile para dar conferencias en siete universidades y de paso lanzar su nuevo libro.
Hoy, a las 18:30 horas en el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado (Almirante Barroso 75), Delannoy hará el lanzamiento de "Convergencias" (Fondo de Cultura Económica, 2013). Un título que viene a completar su trilogía de estudio y análisis de la historia y el impacto del jazz latino alrededor del mundo. Las predecesoras son "Caliente" (2001) y "Carambola" (2005), con historias y ensayos sobre esta música, que según Delannoy "es como una hermenéutica que permite incorporar a todas las culturas: es una puerta abierta".
En "Convergencias" -con textos de los musicólogos chilenos Juan Pablo González y Álvaro Menanteu-, el autor recorre el mundo de lado a lado. Se inicia en la mexicana Tijuana, donde él vive desde 2003, y termina en la ciudad de Almaty, en Kazajastán, donde Delannoy ha descubierto importantes señales de la presencia del jazz latino. "Es un término que todos saben de qué se trata, pero nadie puede definir. Ambiguo e indeterminado, finalmente nos sirve para hablar de la música que nos gusta", dice.
-¿Dónde se le puede encontrar?
"Para mí está en los márgenes y no en el centro, que es inexistente. Por eso ha llegado hasta tan lejos respecto de su punto de origen. Me gustan los márgenes. Son mucho más excitantes que el centro".
-¿Y en esos márgenes está el jazz latino de Chile también?
"Chile siempre nos ha mostrado un alto nivel de músicos de jazz. No creo que sean desconocidos como se piensa. En París conocí a los hermanos (Manuel y Patricio) Villarroel, y también a Matías Pizarro. Sé del gran trabajo del contrabajista Marcelo Córdova. Creo que el músico más completo es el saxofonista Raúl Gutiérrez. Espero escuchar jazz en Santiago y Valparaíso, porque quiero conocer más de lo que tienen".
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