El conflicto entre la autoridad comunal y la Corporación Cultural de Providencia tiene un nuevo coletazo: el lunes fueron despedidos los funcionarios de la corporación, y sus sedes no han sido reabiertas al público después de finalizadas las vacaciones.
Romina de la Sotta Donoso
El Instituto Cultural de Providencia, el Centro Cultural Montecarmelo y la sala de exposiciones del Museo Parque de las Esculturas estaban cerrados por vacaciones hasta el lunes. Pero ese día no volvieron a abrirse al público. Se trata de un nuevo coletazo del conflicto que se desató en enero pasado entre la Municipalidad de Providencia y la Corporación Cultural de Providencia.
"El lunes se nos avisó oralmente que desde ese mismo día estábamos todos despedidos, y que la carta formal de despido nos llegaría a más tardar el viernes al hogar", cuenta uno de los funcionarios afectados. "No hemos firmado finiquitos, porque no los hemos recibido, y no tenemos afán de politizar esto ni de convertirlo en una guerra, porque sabemos que esos son los caminos más lentos para resolver conflictos. Pero como trabajador uno está obligado a acercarse a la Inspección del Trabajo para seguir los conductos regulares y legales, y eso hemos hecho", agrega.
En la corporación confirman que 24 de sus 28 funcionarios fueron despedidos. Todos superan los once años de antigüedad, y algunos cumplieron 21 años contratados.
No obstante, ayer hubo gente trabajando en las tres sedes operativas de la corporación -la cuarta, el Museo de los Tajamares, está cerrada por problemas de infraestructura-. Trabajó, por cierto, Osvaldo Rivera, vicepresidente ejecutivo de la corporación. Y también un par de funcionarios. "Vine a terminar las cosas que quedaron pendientes", dijo uno de ellos. Y otro aclaró: "Tenemos que notificar a algunas personas de que la programación 2013 se suspendió".
"La corporación se movió con platas propias para pagarnos enero y febrero, y al ver que no nos podía pagar en marzo, nos despidió. Pero aún tenemos la esperanza de que esto se arregle. La Corporación Cultural de Providencia es un ente que el municipio necesita, porque puede acceder a dineros no municipales y autofinanciarse en un porcentaje importante", comenta Antonio Morán, diseñador teatral que estuvo contratado por la entidad durante 19 años.
Agudo conflicto
El 18 de enero, la alcaldesa de Providencia Josefa Errázuriz -quien asumió el cargo en diciembre de 2012- puso fin a los convenios que "transferían el trabajo cultural de la municipalidad a la Corporación Cultural de Providencia", y determinó un plazo límite de seis meses para que se hiciera efectivo, incluyendo la "restitución de los inmuebles" donde funciona (las cuatro sedes). Poco antes, había anunciado la creación de un departamento de Cultura en el municipio, a cargo de Eugenio Llona.
Los trabajadores se enteraron por la prensa del cese del convenio, y conversaron con ambas partes. "La alcaldesa nos dijo que no podía asumir lo que ella no ve como un convenio de subvención, sino como una relación con una empresa privada. Dijo que esto era un problema corporativo", recuerda un ex funcionario.
La subvención 2013 era de $848 millones, y pese a haber sido aprobada el 27 de noviembre del año pasado, se determinó suspenderla en el concejo municipal del 8 de enero. Y como al día siguiente partía el Festival Providencia Jazz, hubo que movilizar recursos de emergencia, cuya rendición es hoy uno de los temas pendientes entre ambas partes en conflicto.
El destino de la corporación, en todo caso, debiera determinarse el martes, en una asamblea extraordinaria de sus 128 socios, ya que éstos son sus mandantes.
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