El Mercurio
En el sur de Chile, el sueño del ex barítono Christian Boesch sigue creciendo. Convertida ahora en fundación, la escuela basada en el método Roland de enseñanza de instrumentos partirá este año con seis proyectos, que abarcan mil niños de regiones apartadas de la zona de Villarica.
D.S.D.
Un nuevo paso hacia su consolidación y plena madurez dio la Escuela Papageno, el sueño del ex barítono Christian Boesch de llegar con la enseñanza musical a localidades apartadas de las regiones de Villarrica, Panguipulli y Loncoche. Gracias a la formación ya concluida de varios profesores básicos de música de acuerdo con el convenio establecido con la Pontificia Universidad Católica, el proyecto puede ampliarse ahora a 30 colegios que reúnen a mil niños.
Se trata de establecimientos unidocentes -asistidos por un solo profesor- de una sala y con un solo "curso" de 15 a 20 niños con edades que van desde los seis a los doce años. Hacia ellos irán los maestros de música dos veces a la semana a enseñar un instrumento y donde habrá además asesores mapuches para la introducción de los instrumentos de esta cultura. Para ello se adquirieron 300 instrumentos autóctonos.
El trabajo, que comienza la próxima semana, se organiza en seis proyectos, con sus respectivos profesores y sustentadores, entre los cuales se cuentan la sociedad de Amigos de Panguipulli, municipios, empresarios y otros organismos de beneficencia.
La Escuela Papageno utiliza el método Roland de enseñanza musical, que considera que el aprendizaje de un instrumento musical está al mismo nivel que una cátedra común de matemáticas o lenguaje. Como curso de jornada escolar obligatoria con dos clases a la semana, a los alumnos se les entrega un instrumento a su medida en su estuche. Son los que pertenecen a las diversas familias de una orquesta sinfónica: violines, violas, chelos, flautas, trombones, trompetas, cornos, saxofones y clarinetes. En cuatro años, los alumnos culminan la formación con el dominio del instrumento. El pago del instrumento se hace una vez, y estos quedan en el colegio.
La iniciativa pedagógica de Christian Boesch, que ya cumple ocho años, dio, además, un paso institucional importante al convertirse, desde el 22 de febrero, en una fundación, cuyos creadores son el mismo ex barítono, Paula Luksic y Nicolás Ibáñez.
1 comentario:
gracias a Christian Boesch, por su generosidad al compartir y traspasar lo que sabe a nuestros niños y jóvenes en el sur de Chile, que Dios le retribuya en salud y larga vida para él y su familia.
Patricia San Martín García
Machalí, Rancagua, Chile.
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