El Mercurio
Aunque en los últimos años ha visitado Argentina, Brasil, Perú y Uruguay, hasta ahora el célebre intérprete nunca había actuado en nuestro país. La deuda será saldada esta semana. El sábado 27 actuará en el Teatro del Lago de Frutillar y el lunes 29 dará un concierto de beneficencia en el Club de la Unión de Santiago. Además, ofrecerá una master class . Cercanos y expertos en su elogiada carrera comentan la trastienda de su esperado debut y por qué es un músico imprescindible.
Maureen Lennon Zaninovic
"Yo-Yo Ma no sólo es un intérprete extraordinario, es una personalidad artística que mueve el mundo de la música con su manera de tocar y sus novedosas ideas de programación", comenta de manera efusiva Uli Bader, director ejecutivo del Teatro del Lago de Frutillar, el escenario donde este sábado el cellista realizará su debut en nuestro país.
Qué hace tan excepcional a este artista que -en los cinco continentes- se lo suele definir como el mejor ejecutante en su cuerda a nivel mundial, después de la muerte -en 2007- del legendario maestro ruso Mstislav Rostropovich.
Para el cellista alemán Martin Osten, profesor del Instituto de Música de la Universidad Católica y quien conoce de cerca a Yo-Yo Ma (tuvo el privilegio de participar en varias de sus master classes ), "son pocos los músicos en el mundo que, además de tener completamente dominado su instrumento, cuentan con un fraseo increíble. Su manera de conectar frases es muy única. En escena, además, se mueve de manera bien natural y sencilla. Logra una unidad y una conexión visual sorprendentes".
Osten también resalta que, más allá de su estatus de superestrella, ha logrado mantener los pies muy bien en la tierra. "En Dresden (Alemania) me dio una clase particular inolvidable. Estuvo conmigo hasta cinco minutos antes de entrar a escena. Le dije que cómo le podía pagar, y me contestó que era gratis; aunque feliz que le regalara una camisa blanca para su concierto -como era el fin de una larga gira no tenía camisas blancas disponibles- así que le pasé una. ¡Así de cercano y sencillo es!", revela este músico que está a cargo de la organización de la única master class que dará Yo-Yo Ma en nuestro país, el 30 de abril
Basta revisar su exitosa y glamorosa biografía, para confirmar su indiscutido prestigio. Niño prodigio e hijo de un matrimonio de músicos chinos instalados en Francia, Yo-Yo Ma nació en París el 7 de octubre de 1955 (en esta ciudad vivió hasta los siete años). A los cuatro años empezó a estudiar cello con su padre y a los nueve dio su primer recital en el Carnegie Hall y fue dirigido nada menos que por Leonard Bernstein. Suma y sigue, porque a los 15 años egresó de la Juilliard School y a los 21 años se graduó en Harvard (estudió humanidades).
Todos sus biógrafos coinciden en que él es un triunfador en estado puro. Cerca de 15 premios Grammy y más de 50 discos editados reafirman su estatus de artista estelar. Su nombre, además, ha sido recurrente en la lista de los quince más vendidos de la revista Billboard. La enumeración puede ser interminable y en ella hay que sumar apariciones de "culto" en "Plaza Sésamo" y en populares series como "The West Wing" (en el episodio "Noël" interpretó el preludio de la Suite para cello N° 1 de Bach). Además, tuvo una participación protagónica en la asunción del mando del Presidente estadounidense Barack Obama.
¿Inclasificable?
Conciertos por todo el mundo, como solista o junto a otros artistas de la talla del violinista Itzhak Perlman, el cantante Bobby McFerrin, la soprano Renée Fleming, el director Daniel Barenboim y el jazzista Paquito D'Rivera, también dan cuenta de su versatilidad e inclinación por el crossover . Y es que, además de su elogiada veta clásica, este intérprete -estadounidense por adopción- ha estado íntimamente vinculado al mundo de la cultura popular y, en especial, al séptimo arte: es estrecho colaborador de Ennio Morricone, grabaciones suyas han aparecido en las bandas sonoras de exitosos filmes como "Misión: Imposible"; y ha grabado partituras creadas directamente para la pantalla grande, como "Siete años en el Tíbet" y "El Tigre y el Dragón".
Músico sin fronteras, también ha sido relevante su recuperación de los sonidos nativos de China, India, el Tíbet, Persia y Grecia. Además le apasiona ejecutar a Piazzolla, tangos, bossa nova y estrenar piezas de diversos autores contemporáneos.
En una prestigiosa revista cultural canadiense (String Magazine) -en referencia a este espíritu inquieto-, Yo-Yo Ma confesaba que una de las más grandes enseñanzas la recibió de su entrañable amigo, el pianista Emanuel Ax: "De él aprendí que una de las razones por las que se ama la música es porque aprendes algo nuevo cada día, y eso es lo que nos mantiene vivos". Los críticos, para reforzar su ductilidad e interminable exploración artística, se suelen referir a él como un músico omnívoro, algo que al propio Yo-Yo Ma le encanta. Él mismo, en un programa de mano de uno de sus conciertos, incluyó versos evocadores de T. S. Eliot: "No dejaremos de explorar/ Y el final de nuestra exploración/ Será llegar al lugar del que partimos/ Y conocerlo por primera vez".
Para Martin Osten, a Yo-Yo Ma le inquieta profundizar en el concepto de edge (bordes). "Son esas intersecciones que se producen, por ejemplo, entre la selva y la sabana. Él es tan extraordinario como músico clásico, ya llegó al sitial más alto, que ahora sólo le queda explorar otros lenguajes -como el tango y el jazz- y tras esos cruces es capaz de regresar a su mundo clásico con una mirada mucho más renovada y enriquecida".
Los viajes musicales de Yo-Yo Ma han llegado bien lejos, y otro ejemplo concreto es su proyecto "Ruta de la Seda", una iniciativa que busca vincular a las artes de Occidente y Oriente reuniendo a artistas y público de todo el mundo. La educación ha sido otra de sus cruzadas y, sobre todo, introducir las artes en las mallas de las escuelas de Estados Unidos. "Ya lo hizo en Chicago (tiene un estrecho vínculo con la Orquesta Sinfónica de esa ciudad), donde logró que junto a las ciencias y las matemáticas, la música tuviera una presencia protagónica en los colegios. Su sueño es poder replicar ese modelo en todo el país", señala el cellista Martin Osten.
Y en el ámbito de lo más anecdótico, también es famoso por poseer dos cellos , cada uno de casi trescientos años de antigüedad, los que alterna en sus conciertos por el mundo. Uno de ellos es un Montagnana fabricado en Venecia en 1733, y el segundo un Davidoff, hecho por Antonio Stradivarius en 1712. Fue este último -la noticia dio la vuelta al mundo- el que dejó olvidado en el maletero de un taxi en Nueva York, en 1999. El instrumento está avaluado en mil cuatrocientos millones de pesos chilenos. Afortunadamente, Yo-Yo Ma había guardado la boleta del taxi y gracias a ella la policía encontró intacto su preciado Stradivarius
Cómo se gestó su debut
Aunque cueste creerlo, Yo-Yo Ma aún no ha actuado en Chile. La deuda será saldada esta semana, cuando llegue para ofrecer dos actuaciones, primero el sábado 27 en el Teatro del Lago de Frutillar, y luego en un concierto de beneficencia en el Club de la Unión de Santiago, el lunes 29 y en el cual se recaudarán fondos para Enseña Chile y Red de Alimentos (esta exclusiva presentación contempla 20 mesas con 10 sillas cada una).
En ambas actuaciones lo acompañará la pianista británica Kathryn Stott. El programa incluirá "Suite Italiana", de Stravinsky; "Alma Brasileira", de Villa-Lobos (arreglos Jorge Calandrelli); "Oblivion", de Piazzolla (arreglos de Kyoko Yamamoto); "Danza Negra", de Camargo Guarnieri; Canciones Populares Españolas, de Manuel de Falla; "Louange à l'Éternité de Jésus" (del "Cuarteto para el fin de los tiempos"), de Messiaen, y la Sonata en Re menor Op. 108, de Brahms.
Traerlo a nuestro país ha requerido toda una logística en la que han tenido una participación protagónica el Teatro del Lago, Cecile Latham-Koenig, Tim Purcell y Carlos Ingham, director de Enseña Chile y presidente fundador de Red de Alimentos, respectivamente; y el arquitecto Marcial Cortés-Monroy, de Árbol de Color.
"Esta visita nace de un sueño compartido con Cecile Latham-Koenig. Ella trabajó con Yo-Yo Ma cuando estuvo en el Barbican Centre de Londres, hace varios años. Por otro lado, yo había tenido el gusto de colaborar con él en varias oportunidades, mientras ocupé el cargo de director de planificación artística del Kennedy Center de Washington, DC, dice Uli Bader.
Tim Purcell agrega que "estamos encantados que él haya aceptado participar en este evento para recaudar fondos para Enseña Chile y Red de Alimentos. Esto demuestra que en este país sí se puede pensar en grande". Agrega que a la cita del lunes 29 "también asistirán estudiantes de música y alumnos de colegios vulnerables. Yo-Yo Ma nos pidió darles a estos jóvenes una oportunidad de oír el concierto".
Carlos Ingham puntualiza: "Él tiene un reconocido espíritu social y lo que terminó por convencerlo de venir a Chile fue la posibilidad de participar en este concierto a beneficio de estas dos entidades".
Así será su master class
"Mis alumnos están muy motivados con esta master class . Tener la posibilidad de ver a una estrella mundial como Yo-Yo Ma es un privilegio único", cuenta el cellista y profesor Martin Osten y uno de los impulsores de la única clase magistral que dará el artista en nuestro país.
La cita está confirmada para el martes el 30 de abril, a las 11:00 horas, en el Teatro de la Universidad Católica. Solo tres instrumentistas (dos de ellos alumnos de la Católica y uno externo), tendrán la posibilidad de interactuar con el propio Yo-Yo Ma. "Estoy seguro de que será una experiencia inolvidable, porque en las masters classes que me dio a mí su metodología era muy participativa. Constantemente te está haciendo preguntas. Estimula la reflexión", dice Osten. Pero si bien solo tres alumnos tendrán el privilegio de tocar junto a él, la clase magistral no será a puertas cerradas. Miembros de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles y estudiantes de cello de otros conservatorios nacionales podrán apreciarla, desde las butacas del Teatro de la UC.
"Nos habría encantado abrirla a todo el público, pero se perdería su carácter íntimo", explica Osten.
La clase es parte de una alianza entre la Universidad Católica y el Teatro del Lago. "Como una muestra de nuestros deseos de trabajar juntos en diferentes ámbitos, es que este año hemos concretado dos actividades conjuntas, como fue el concierto de Helmuth Rilling y la clase magistral de Yo-Yo Ma", cuenta Guillermo Marshall", Prorrector de la UC. Uli Bader agrega que "buscamos armar un programa anual con la UC, en que los artistas invitados a Teatro del Lago también realicen masters classes , conciertos didácticos y actividades educacionales con los estudiantes de Santiago".
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