El Mercurio
El evento de música más grande del planeta podría aterrizar en la capital. Roberto Medina, el impulsor del espectáculo brasileño, vendrá a Chile en octubre para capitalizar la iniciativa.
José Vásquez Enviado especial
Rio de Janeiro Cumplirá 30 años en 2015, y quieren celebrarlo expandiendo aún más sus fronteras. Rock in Rio, el festival de música más multitudinario del planeta, podría aterrizar en Chile y así engrosar la cartelera de megaeventos de la capital.
Luego de que esta noche Iron Maiden dé por finalizada la presente edición brasileña del espectáculo, Roberto Medina, el empresario que inició hace 28 años este imperio de la música en vivo, comenzará a definir los pasos a seguir para llevar a cabo el plan que también incluye a Estados Unidos, con destino tentativo Las Vegas.
Medina quiere exportar su marca a Chile, y para eso ya agendó para mediados de octubre una visita a Santiago. El itinerario incluye reuniones con posibles auspiciadores, y también con la municipalidad de Santiago, que ha expresado su interés mediante una carta de intenciones por recibir al festival. Dentro de esta negociación ha servido de nexo Alfredo Saint-Jean, gestor cultural y director ejecutivo del teatro Nescafé de las Artes.
"Iré a entrevistarme con la alcaldesa de Santiago, conocerla y ver si existen las condiciones y el lugar adecuado para el evento. Necesito conocer el entusiasmo de las autoridades locales. Ellas deben querer esto, porque involucra diferentes entes, como el gobierno, la alcaldía y Rock in Rio", dice Medina.
El empresario ve en el país una economía estable y también la potencialidad turística que implica un evento de esta envergadura, y que en Rio de Janeiro genera un impacto de 480 millones de dólares, 13 mil empleos y 300 mil turistas.
"Nosotros expresamos formalmente nuestro interés por explorar esta posibilidad. Este evento requiere una infraestructura muy exigente, y estamos evaluando el poder realizarlo en Chile. Nos interesa seriamente. Este festival se transforma en un atractivo cultural y turístico para la ciudad, proyecta la imagen de Santiago en el mundo, algo que queremos que también vaya al mismo tiempo en beneficio de los santiaguinos", cuenta la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá.
En 1985, Queen, AC/DC y Ozzy Osbourne fueron las principales atracciones del primer Rock in Rio realizado en Brasil. Un evento que posteriormente también llegó hasta Portugal y España, que han celebrado exitosas ediciones propias.
Un parque de diversiones musical
Las magnitudes de Rock in Rio son monumentales. Basta ingresar a la Ciudad del Rock, el sitio donde se levanta esta gigantesca urbe de la música en vivo, para entender sus dimensiones: un sitio ubicado al lado oeste de Rio de Janeiro al que diariamente, durante siete jornadas musicales, peregrinan más de 85 mil personas.
Un lugar diseñado con la intención de recrear un parque de diversiones musical. Y la idea no es un eufemismo. Dentro del recinto hay una enorme rueda de la fortuna, una montaña rusa, e incluso se puede atravesar por todo lo ancho del Palco Mundo, el escenario número uno del festival, lanzándose en una tirolesa.
La invitación no es solo musical en un show pensado en abarcar todos los grupos etarios que se ven circular por la explanada. El escenario principal logra un inevitable papel protagónico. No solo por ser el lugar donde se presentan los artistas más populares, sino que también por su tamaño. A la distancia este recinto luce como una gran colina metálica. Una construcción que dobla en tamaño a cualquier escenario de festival levantado en Chile.
Todo ello, que es parte de la decoración de un evento musical, potencia la experiencia de poder, por ejemplo, ver en vivo a estrellas del pop como Beyoncé y Justin Timberlake, de la electrónica de masas como David Guetta o del rock duro como Metallica y Iron Maiden, que se presenta esta noche.
Todos ellos fueron parte del cartel de este año que también contó con Alice in Chains, Florence and the Machine, Muse y Bruce Springsteen. En total, fueron más de 150 números los que se presentaron en Rock in Rio.
Para esta edición, que es la número 13, contando también las versiones realizadas en Lisboa y Madrid, se vendieron un total de 595 mil entradas. Y de ellas, 455 mil en apenas cuatro horas, dejando una lista de espera de más de 2 millones de personas que lucharon por conseguir un boleto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario