La Tercera
La cantante adelanta los detalles de Panal, título que mezcla el pop y la electrónica y que tiene al baterista del “Duque Blanco”.
por Claudio Vergara
Nicole (36) lo enumera veloz y sin repetir ni equivocarse: “En este disco tuve que plasmar mis sensaciones como mujer, mamá, amiga, esposa e hija, porque, desde que volví a Chile en 2006, luego de vivir en Estados Unidos, saqué mi anterior álbum, dos años después tuve mi primer hijo, me puse a tocar de inmediato, monté mi espectáculo por los 20 años de carrera, murió mi madre y, después de todo eso, tuve en el verano pasado a mi segundo hijo”.
El rápido tobogán de hechos es el telón de fondo para Panal, su primer título en siete años -desde APT (2006)-, con fecha de estreno estimada para el 15 de octubre y que se lanzará un mes después, el 14 de noviembre en el Centro de Eventos Cerro Bellavista. De algún modo, se trata de su cancionero más íntimo y el álbum que, concebido desde 2009, trabajó con mayor dedicación en los detalles. Todo bajo las órdenes del productor Cristián Heyne.
La artista sigue: “Cada álbum ha representado una etapa concreta de mi vida. Y me pasa que todos mis discos me gustan, pero éste me emociona. Tiene que ver con la familia, con los amores, con la unión o con no tener miedo a empezar muchas veces de cero. Lo grabé cuando estaba embarazada de mi última hija y cuando viví todo lo que pasó con mi madre, por lo que hay bastante madurez en las letras. Yo nunca he intentado hacer algo rebuscado o enseñarle cosas a la gente, pero sí intentar transmitir una propuesta honesta y clara”.
Fusión de estilos
Bajo ese credo, Panal ofrece temas como Baila, su primer sencillo, o también Nuestro tiempo, Cascabel y Astronauta, todas con guiños a los dos hijos -León y Celeste- que tiene con el animador Sergio Lagos. En el sonido, gran parte de las nuevas creaciones se alejan de las texturas más tenues y frágiles que cruzaron APT, priorizando las capas sintéticas, las guitarras acústicas y los arrebatos más eléctricos. “Todo en una fusión. Pero es un disco muy pop”, define la cantante, citando como influencias a créditos más recientes, como Phoenix, Tame Impala, The xx o Kurt Vile.
Luego acota: “Son temas súper luminosos, acá no hay una nostalgia triste. Quería hacer música que moviera a la gente y no que la deprimiera. Además, sigo creyendo en el valor de lanzar discos, en lo que vale una obra como un todo y que va a subsistir cuando uno no esté”.
Finalmente, Panal contó con un fichaje estelar: el baterista Sterling Campbell, uno de los más reputados sesionistas de Nueva York y músico de Duran Duran, Soul Asylum, The B-52s y del propio David Bowie desde 1991. De hecho, participa en su reciente lanzamiento, el alabado The next day (2013). “Ya trabajé con él en Viaje infinito, de 2002, y tenemos una muy buena relación. Lo contacté y surgió muy naturalmente. Me gusta su estilo, más análogo, dinámico y moderno, y no tanto del sonido de platillos. Participó en casi todos los temas y encajó muy bien en lo que yo quería”, culmina.
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