El Mercurio
“Piano bajo las estrellas” se titula la película con imágenes en 360 grados que ganó el Festival de Jena, en Alemania. El chileno produjo y compuso su música.
IÑIGO DÍAZ
Son imágenes irreales que aparecen, desaparecen, reaparecen: un viaje por el sistema solar hasta Júpiter, una lluvia estelar de asteroides con petroglifos ancestrales grabados en su superficie, ballenas y medusas que nadan por el universo. “Estimulan los sentidos del espectador. Como dicen los españoles: es flipante”, refiere Claudio Recabarren (1955), pianista chileno con 13 años de residencia en España y otros 10 en California.
Recabarren es el autor de la música para una breve película, que además él produjo. “Piano bajo las estrellas” viene de ganar en Alemania el primer premio en el Festival de Cine Fulldome de Jena. Muy cerca de Weimar, es la ciudad donde hace un siglo comenzó a funcionar el primer planetario del mundo. Y ese festival está dedicado a lo que hoy se entiende como “astroarte”: las disciplinas creativas que se conectan con la astronomía y el universo. En este caso, películas que cuentan con una tecnología innovadora.
“Son imágenes en 360 grados, de ahí su impacto en los sentidos. El cerebro las reproduce como si fueran hologramas en un espacio volumétrico, siendo que en realidad están proyectadas en pantallas”, explica Recabarren. “Piano bajo las estrellas” fue dirigida por el chileno Juan Carlos Vidal, quien hoy diseña imágenes en 360 grados para el Planetario Usach.
A lo largo de su carrera, Recabarren ha dado en ese mismo espacio capitalino unos 30 conciertos de piano. “Comencé a vincularme con el universo de muy joven. En 1976 tocaba con el grupo de fusión electrónica Quasars, el nombre de las estrellas más lejanas y luminosas. Pero desde hace 20 años que estoy desarrollando esta música que está en conexión con el cielo. Hemos olvidado mirar hacia arriba y observar las estrellas, porque ya no las podemos ver”, dice.
Durante el solsticio de verano del cambio de milenio, el piano de Recabarren fue trasladado por un helicóptero hasta el Pucará de Chena, fortaleza incaica del siglo XVI ubicada en lo alto de un cerro. Allí dio un concierto junto a Ernesto Holman en el jarrón mapuche metawe. Luego, ese periplo pianístico ha proseguido por observatorios como La Silla y Pailalén, en Chile, y por planetarios en España, Polonia, Brasil y Estados Unidos.
“En Europa doy conciertos al aire libre, en puentes medievales, ruinas, ermitas, dólmenes, las afueras de iglesias. Casi siempre de noche, para apreciar las estrellas, porque es parte de esa conexión que busco. Y también compongo obras de este tipo”, dice en relación con las cinco piezas de la película ganadora: “Orbitando tus lunas, Júpiter” y “Piano bajo un mar de estrellas”, para piano solo; “Arcturus” y “Pucará”, de carácter sinfoétnico, y “Rumbo Marte”, para sintetizadores y percusiones étnicas. La película, estrenada en Estados Unidos con públicos presenciales, y en Europa a través de plataformas digitales, espera su momento para ser exhibida en Chile.
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