El Mercurio
¿Sabía usted que la potencia de la música de una banda saliendo por parlantes en un concierto equivale a la de una turbina de avión? Por ello, si planea disfrutar de la serie de conciertos que aterrizan en Chile en este último trimestre, siga estos consejos para seguir disfrutando la música.
Comienza la época estival y con ella la música comienza a adquirir protagonismo en el ambiente. Se da paso a los festivales al aire libre y a los megaconciertos que empiezan a copar la agenda cultural. No importa el día o la hora, porque el slogan es disfrutar lo máximo posible de estas bandas que tanto tiempo hemos esperado tener en vivo y en directo.
Pero, ¿a cuántos recitales puedes asistir sin que tu oído sufra el impacto de los decibeles? Motivado por esta inquietud, el espíritu emprendedor del profesor Esteban Ponce, de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Mayor, lo ha llevado a estudiar esta materia. Comenta que, dependiendo del tiempo de exposición, la intensidad del sonido y la constancia o explosión del mismo, asistir a un concierto puede generar daños importantes en la audición.
"Con un festival como Lollapalooza existen muchas posibilidades de quedar con daño auditivo transitorio, es decir, sentir baja de la audición y tinitus, que es un ruido intenso momentáneo producto del daño de las células del oído", explica el investigador. ¿Es permanente el daño? No, si es que se respeta la recomendación de reposo, agrega Ponce, pero de seguir sometiendo al oído a esos decibeles, se puede desarrollar una hipoacusia de tonos agudos sobre los 2.000Hz: en palabras simples, envejecimiento y pérdida prematura de la audición.
Al ritmo de una turbina de avión
Lo anterior tiene su explicación. Una banda en espacios abiertos requiere mucha potencia, algo así como 150dB (decibeles) saliendo del parlante, lo que es similar a una turbina de avión. ¿Qué oído puede resistir algo así? Esa exposición podría generar pérdida de audición parcial o total, la que debe ser tratada de inmediato, aunque en muchos casos pueda ser irreversible.
Ponce explica que a mayor edad, más son las posibilidades de acumular daño auditivo y un trauma acústico puede ser más crítico para padres y abuelos que acompañan a sus hijos y nietos a recitales. De hecho, "el asistir con niños a recitales no es recomendado, ya que podría adelantar su vejez auditiva", manifiesta el docente de la Universidad Mayor.
La audición no es recuperable, el daño es acumulativo y, una vez que existe, se está más propenso a perder esta capacidad. Lo recomendable, según el fonoaudiólogo de la Universidad Mayor es usar protectores auditivos para trabajos ruidosos, como taladros y maquinaria; hacer siempre reposo auditivo, evitar exposición a ruidos innecesarios y controlar el tiempo de exposición y la intensidad a ese estímulo que tanto nos gusta: la música.
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Ocho horas, según normas internacionales, es el máximo tiempo a que pueden estar expuestos a ruido los trabajadores con sonidos de 80dB SPL. Con sonidos sobre 95dB, no pueden estar más de 15 minutos sin descanso.
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