Juan Ignacio Rodríguez Medina
Para que nos entendamos. En el mar de dispersiones tan propio de nuestra institucionalidad cultural, hemos definido como presupuesto para cultura aquel asignado al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), las dos mayores instancias que nuestra República dedica al tema. De ellas dependen, por ejemplo, los fondos para el arte, centros culturales como el GAM o Palacio La Moneda, los museos nacionales y regionales, las bibliotecas públicas y el Consejo de Monumentos.
A concursar
El compromiso de campaña del entonces candidato Sebastián Piñera era poner las fichas en el crecimiento de los fondos concursables en cultura y arte, antes que aumentar los recursos directos al CNCA. Así lo recuerdan Álvaro Bellolio, de Libertad y Desarrollo, y Gustavo Rosende, de la Fundación Jaime Guzmán, quienes junto al Instituto Libertad trabajan en analizar la partida presupuestaria para cultura. Los dineros para el Consejo retroceden un 1,1%, mientras que lo destinado a Fondos Culturales y Artísticos aumenta un 5,8%, es decir, unos $1.200 millones que mayoritariamente van al Fondart (el resto de los fondos no varían).
"En términos de montos -analiza Bellolio- puede haber una continuidad en las cifras totales del CNCA, pero en el enfoque hay un pequeño cambio". "Exacto -complementa Rosende-, ahí está la clave, el golpe de timón se da en las prioridades, cambia un poco el estilo". El ministro Luciano Cruz-Coke lo ratifica: se trata de dar estabilidad en el tiempo a las instituciones culturales, "pero con la exigencia de tener programación de primer nivel y levantamiento de recursos privados y de generación de ingresos propios"
Un cambio de estilo que, parece, no gustó mucho en el Congreso: la subcomisión de presupuesto que ve la partida de Educación, dentro de la cual se encuentra cultura, rechazó el jueves las platas del Consejo porque no se recuperaban los montos de antaño para Matucana 100 y la Corporación Balmaceda, apostando a que el financiamiento viniera vía Fondart. "Ese fue uno de los puntos, pero la observación mayor es que los recursos para cultura están congelados y nos parece que en un país que tiene retraso en esta materia, lo mínimo que debe aumentar es el equivalente al crecimiento general del gasto", explica el diputado socialista Carlos Montes, presidente de la instancia. Sobre Matucana y Balmaceda, expone que tras la disminución a la mitad en 2011, entendían que ahora se recuperaría, "pues son proyectos a largo plazo, es como si se planteara lo mismo -que la mitad de los dineros sean vía concurso- con el Municipal de Santiago".
Otro énfasis del presupuesto, destaca Cruz-Coke, es la implementación de la "Red de Infraestructura a nivel nacional", que contempla la construcción de "tres grandes teatros regionales en la regiones de Coquimbo, O'Higgins y Biobío y la remodelación del Teatro Municipal de Iquique", además de "los centros insulares de Rapa Nui y Chiloé y la red de 49 centros culturales a lo largo de nuestro territorio". "Otro aumento destacable -concluye- dice relación con los cuerpos artísticos estables del CNCA, la Orquesta de Cámara de Chile y el Bafona, que aumenta 10%".
¿Dudas? Sí, el aumento de 82% (de $140 a 257 millones) para apoyar los "Planes de Gestión en Centros Culturales". "Este programa apunta a fortalecer las capacidades de gestión y crear redes entre los gestores culturales", explica el ministro. También sorprende el aumento en 27% de los gastos en bienes y servicios de consumo, de $2.300 a 3 mil millones, que se destinarán a potenciar a las direcciones regionales de cultura, según aclara Cruz-Coke. O los $741 millones extras para el GAM, que Álvaro Bellolio atribuye a algunos déficits financieros, mientras el ministro los explica como un "reconocimiento a la excelente labor de programación y convocatoria de público", pero destacando que la segunda cuota está supeditada a un 30% de levantamiento propio de recursos.
Dibam: dos tercios para personal y servicios
Fuera del acento en los concursos, para Bellolio la gran conclusión del presupuesto del Consejo es que sigue la tendencia de ligeros aumentos que viene desde 2009, luego de los grandes incrementos durante el gobierno de Michelle Bachelet. ¿Y en la Dibam? Según el especialista de Libertad y Desarrollo, "ha habido un aumento más acelerado, porcentualmente ha crecido en dos dígitos en los últimos tres años". Lo que en parte se explica porque su presupuesto es la mitad del que tiene el Consejo (incluyendo los fondos concursables): "Este año tiene un aumento bastante más sustancial, especialmente en Bibliotecas Públicas, que sube un 23,6%, unos 809 millones. Y la Dibam propiamente tal, crece un 11,4%, que son 3 mil millones. O sea, el incremento neto es de casi 4 mil millones", detalla Bellolio.
Ese foco en las bibliotecas públicas es refrendado por la directora de la repartición, Magdalena Krebs, quien explica que habrá $442 millones destinados a mejorar el mobiliario, las colecciones y la infraestructura: "Se llevará a cabo un plan piloto a aplicar en a lo menos ocho bibliotecas del país, cada una de diferente región".
Junto a ese énfasis, la directora subraya otros tres acentos: los aportes para echar a andar la Biblioteca Regional de Antofagasta ($753 millones); el ítem "Acciones culturales complementarias", un fondo de mil millones destinado a un concurso interno donde participan 53 proyectos, entre ellos la mejora y el aumento de contenido de sitito web memoriachilena.cl, la restauración de colecciones, exposiciones temporales en el Museo Histórico Nacional y la digitalización de documentos del Archivo Nacional; y, en tercer lugar, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), cuyo presupuesto crece 28% y llega a $1.500 millones para, por ejemplo, dotarlo de una estructura regional mínima e impulsar nuevas declaratorias.
El CMN es un punto sensible, de ahí la satisfacción de Krebs: "Se nos otorgó lo que pedimos". Sin embargo, el año pasado, el entonces secretario ejecutivo de la entidad, Óscar Acuña, señaló que la repartición requería $2.500 millones. ¿Es suficiente entonces el aumento? "Es un incremento muy sustancial. A nadie le duplican el presupuesto, eso no existe, porque el país no duplicó sus ingresos", contesta Krebs. Además, acota, el aumento de recursos no debe restringirse al presupuesto, pues también compete "a la reforma a la Ley de Monumentos que se está trabajando".
Aclarado eso, al examinar la minuta de la Dibam, es difícil obviar que alrededor de dos tercios de la plata se destina a personal y bienes y servicios de consumo. "Aún hay bastante por hacer en ese tema, en línea con la promesa del presidente de enfocar los recursos más hacia los fondos concursables", opina Álvaro Bellolio. ¿No sería mejor destinar más recursos a distintos programas? "Por la naturaleza de nuestro trabajo -responde Magdalena Krebs- requerimos personal, y personal especializado, además de mantener grandes edificios, muchos de los cuales son monumentos. Entonces, decir que tal vez es mejor gastar menos en eso, sería como pedirle a una universidad que ahorre en profesores e investigación para tener más plata para inversiones. Por otro lado, lo que llamas 'programas', corresponde a lo de las acciones culturales, donde hay un aumento de 38,1%".
La inercia de los museos nacionales
El Presidente Piñera fue claro en mayo de 2010: "Vamos a recuperar a nuestros tres principales museos, entre ellos el Nacional de Bellas Artes, el Histórico Nacional y el Nacional de Historia Natural". De hecho, en este mismo diario publicamos artículos sobre las necesidades y los proyectos de ampliación de los tres recintos que dependen de la Dibam. A más de un año, ¿hay algo de ello en el presupuesto 2012?
Sobre el Bellas Artes, señala Krebs, "por el momento no hay nada nuevo que informar", más allá de las conversaciones que se llevan para ampliarlo hacia el MAC, y de $43 millones para arreglos, además de 24 millones para empezar la reposición del sistema de climatización.
Para el Museo Histórico, hay $60 millones, que se suman a 118 de 2011, para "el proyecto de diseño arquitectónico de la ampliación del edificio". Monto que Krebs no considera excesivo si atendemos, dice, a que son los dineros "para el proyecto de arquitectura y todas las especialidades, como cálculo o iluminación, más el concurso, que tiene un costo". ¿Y el edificio cuándo? "Esperamos hacerlo para 2013, pero lo que se puede informar para 2012 es que se va a desarrollar el proyecto", expresa.
De los tres museos nacionales, el que vive la situación más crítica es el de Historia Natural. No sólo tiene las estrecheces espaciales de sus pares, además está cerrado desde el 27 de febrero de 2010 debido a los daños que sufrió su nave central (la del esqueleto de la ballena) con el terremoto. Eso ya se resolvió gracias a los $250 millones del presupuesto 2011 destinado a reparaciones y equipamiento. Para la reapertura sólo falta completar una segunda etapa, a saber, la renovación museográfica del primer piso (el túnel biogeográfico), para lo cual el presupuesto 2012 considera $260 millones: "Nuestra aspiración -explica la directora de Dibam- es entregar el museo a mediados de 2012". Sobre nuevos espacios, nada todavía: "Estamos estudiando distintas alternativas para construir un edificio para las colecciones y los laboratorios, y esperamos concluir eso este año. Pero es difícil, porque se tienen que reunir muchas situaciones, como la búsqueda de terrenos cercanos. Pero el compromiso de trabajar en el museo está vigente". Sólo queda esperar.
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