El Mercurio
Por primera vez en el GAM , y con nuevos conciertos en el Teatro Lord Cochrane de Valdivia, parte la undécima versión del principal encuentro en su género de América Latina.
IÑIGO DÍAZ
Fueron conciertos sin mayor pretensión que la sola audición de obras, los que llevaron a Ai-Maako a la Sala SCD Bellavista durante sus tres primeros años. Ahora, en su undécima edición, el festival se ha consolidado como la mayor cita de la electroacústica en Latinoamérica.
"Hace rato que tenemos esa categoría. De los festivales que se realizan en Argentina, México y la bienal de Brasil, ninguno tiene las dimensiones, la cantidad de conciertos e invitados extranjeros, ni se realizan en dos ciudades como Ai-Maako", dice el compositor Federico Schumacher, uno de los organizadores.
El festival, que tendrá catorce conciertos gratuitos con un sistema de sonido de 21 parlantes, junto a charlas y talleres, se realizará en Santiago entre el 14 y el 18 de octubre, y seguirá del 20 al 22 en el Teatro Lord Cochrane de Valdivia. En esta edición, Ai-Maako llegará al GAM, "un espacio acondicionado y muy central, que nos permite recibir a 250 personas. Queremos que el festival se pueda radicar en un solo lugar", dice Schumacher. Porque la itinerancia forzada del festival ha sido larga. Después de ese inicio en la Sala SCD, entre 2004 y 2008 se estableció en el Centro Cultural de España, donde logró un público fiel, ya instruido en la audición de música acusmática.
"En 2009 lo hicimos en Matucana 100, con el estreno de la 'Noche blanca', ese concierto que dura toda la noche, y el año pasado fue en la Sala Telefónica", recuerda la compositora Cecilia García-Gracia, representante chilena del concierto "de confrontación" titulado "Mano a mano", que este año la ubicará ante el chileno radicado en Brasil Bryan Holmes.
Otras instancias especiales son "Electroacústica global", que reúne obras de distintos países, y "Carta blanca", donde un compositor extranjero presenta música propia o de otro autor para "espacializar" la música a través de los 21 parlantes ubicados en la sala.
"Hay mucho material no escuchado. Prácticamente todas las obras chilenas son estrenos y en esta edición no se escucharán a los próceres de la electroacústica chilena. La obra más antigua es de 1994, mientras que la mayoría son de 2010 y 2011, lo que permitirá tener un panorama de la creación actual", finaliza Schumacher.
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