lunes, diciembre 26, 2011

Descubriendo el canto en mapudungún


La Tercera

En 1777, un sacerdote jesuita editó 19 piezas musicales en lengua mapuche. Han pasado más de 200 años, pero un grupo de niños les da vida.

por Marcela Andrés

Gonzalo Peña tiene 11 años y se divide entre dos estilos. En casa tararea bachatas, en especial las canciones del grupo Aventura, que son sus favoritas. Pero ahora viste una túnica blanca con una franja con característicos motivos mapuches. Es su otra pasión. Junto a 34 niños de los colegios de la Sociedad de Instrucción Primaria entonan canciones corales.

Pero en este caso la diferencia es que la mayoría de los temas son prácticamente desconocidos. No hay villancicos ni otros clásicos para estas fechas. Los niños de este coro tienen entre nueve y 17 años de edad y sólo entonan canciones en lengua mapuche. El trabajo de un año los tiene orgullosos: ya lograron grabar su primer CD, titulado "El Chilidugú".

"Es muy lindo cantar. Al principio era difícil, pero cuando te vas acostumbrando es como fácil, no es tan complicado fijar las palabras", describe Dominic Avendaño, alumna de sexto básico. "Me encanta cantar, y vale la pena, es tan importante este idioma, creo que es importante para Chile", dice Paula Escobar, una de las solistas, con apenas 15 años.

Angélica Figueroa, la profesora de música y directora del coro, se emociona con el desarrollo del grupo. Cuenta que el coro nació inspirado en la recopilación del musicólogo chileno Víctor Rondón, que reunió la historia de las 19 canciones que el misionero jesuita alemán Bernardo Havestadt compuso en mapudungún para evangelizar La Araucanía. Los cantos fueron creados especialmente para niños y para difundir el catecismo. La compilación se editó en 1777, en Alemania.

La experiencia para los niños se ha convertido en algo que va mucho más allá de una actividad extraprogramática. Hace un par de semanas salieron a su primera gira. "Nos invitaron a cantar a Concepción, en un concierto hermoso, una experiencia increíble para ellos, los invitaron a un hotel, pasearon, imagina lo que fue para ellos", describe la profesora de música.

La experiencia no es menor. Lily Ariztía, gerenta general de la Red de Colegios de la Sociedad de Instrucción Primaria, explica que los alumnos pertenecen a sectores vulnerables y esta actividad ha servido también "para que conozcan sobre historia, han tenido que estudiar. Queremos seguir con esto y que Chile conozco lo que se hizo en el pasado".

La profesora Angélica Figueroa agrega que el proyecto ha sido positivo también, "porque hay muchos niños de ascendencia mapuche en los cursos y sirve para unirlos, para integrarlos. Sienten que se valora su cultura".

Los padres escuchan las interpretaciones de los niños en silencio y cuentan que la iniciativa ha motivado a los pequeños. "Nosotros apoyamos a mi hija en esto, ella está contenta, imagina que ya grabaron un CD. Ahora quiere estudiar violín", dice Soila Gómez, madre de Millaray.

Susana Triviños también alienta a su hija, Natalia, para que siga en el coro. "Me fascina lo que hacen, es un sueño que estén en esto. Yo le doy harto aliento y pienso que sí, que puede ser una posibilidad de surgir".

Pía, la más pequeña del grupo, recién está en cuarto básico y dice tener claro lo que el coro significa en su vida. Ella ingresó al grupo porque le pareció entretenido, pero ahora le encanta. "Me gusta, tiene palabras complicadas, pero ahora sale bien. En la casa me dicen que tengo que seguir adelante, seguir cantando, porque es muy bueno y nunca voy a poder hacer otros paseos a Concepción y otras partes", cuenta. Gonzalo Peña también quiere continuar: "La gente nos dice que se escucha bonito, a mí me gusta, porque me gusta cantar".

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