Publicación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes: Las cifras, los supuestos y las realidades del consumo cultural

El Mercurio.

Economistas , políticos y analistas opinan en el libro "Cultura. Oportunidad de desarrollo".

Romina de la Sotta Donoso

Una aproximación a conceptos como consumo cultural e industrias creativas presenta el libro "Cultura. Oportunidad de desarrollo" (Publicaciones Cultura, $5.800), que acaba de lanzar el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

En el volumen se reúnen ensayos de diez personalidades de los ámbitos académico, político y económico. Como el ex ministro de Planificación Felipe Kast, quien destaca que el "enriquecimiento de la población le permite poder dedicar un tiempo de mejor calidad al ocio, y es normalmente en los momentos de ocio en donde se produce la mayor capacidad de creación". Simultáneamente, reconoce que el acceso al consumo cultural sigue siendo desigual en nuestro país.

Mientras el consejero del Centro de Estudios Públicos, David Gallagher, escribe que la flexibilidad laboral introducida en el gobierno de Margaret Thatcher en Gran Bretaña fue clave para el fortalecimiento de sus industrias creativas, el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar asegura que, además de derechos civiles, políticos y sociales, hoy los ciudadanos tienen derechos culturales.

Félix de Vicente, director de promoción de exportaciones de ProChile, afirma que las industrias creativas se perfilan como "una de las mayores impulsoras para los países en vías de desarrollo".

Los economistas José Miguel Benavente y Juan José Price profundizan en la singularidad de los bienes culturales y su consumo: distinguen las fallas del mercado y del Estado, y analizan los efectos de los subsidios a la demanda y al consumo. Además proponen cómo definir qué modelo desarrollar en Chile.

Junto a los ensayos, se revisan nueve casos de gestión cultural exitosa: desde la Fundación Altiplano hasta las premiadas viviendas sociales de Elemental, pasando por las Orquestas Juveniles e Infantiles y el Teatro del Lago.

También el caso de la Agrupación Folclórica Raipillán en La Legua, que partió en 2004 con doce bailarines y que hoy cuenta con 200, organizados en nueve elencos. Este año estrenaron su primer Fondart, por $11 millones, y además reunieron, sólo a través de donaciones individuales, otros $12 millones.