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El primer disco lo lanzaron en 1992: desde entonces, Ángel Parra y Titae Lindl han persistido en su proyecto más personal, protagonizando un recambio generacional, abriendo el género al pop y rescatando a viejos estandartes. Al mismo tiempo, el grupo les ha funcionado como refugio paralelo de su otra banda, Los Tres, con la que se transformaron en rockstars nacionales. Aquí, Parra y Lindl reflexionan sobre cómo empezaron, qué ha significado y cómo ha cambiado la escena del jazz en Chile.
Por Isabel Plant
Ángel Parra Orrego transpira y transpira y transpira y nunca deja de tocar la guitarra. Está en llamas. Las pocas veces que levanta la vista son para hablarle a la audiencia del Teatro Mori, que está boquiabierta ante el entusiasmo que muestra en escena en este concierto organizado por Radio Zero. Parra también levanta la vista, sólo unos segundos, para pasarle el mando del solo a su compañero de dos décadas en el escenario, en Ángel Parra Trío y en el otro grupo (ese tal Los Tres): Roberto "Titae" Lindl, contrabajista y bajista, quien con el mismo ánimo se roba el escenario y se lo vuelve a entregar. Ángel Parra y Titae Lindl celebraron este 2012 los veinte años del primer disco de Ángel Parra Trío, y por primera vez presentan en el escenario a una vocalista mujer, Marcela Thais, quien, bella y con vozarrón, trata de mantener el ritmo del pin pon que se genera entre los dos compañeros, quienes allá arriba se entienden casi telepáticamente.
-Tocar con nosotros no es fácil, que cuando entra el solo, sale el solo -dice Ángel Parra semanas después, mientras juega con una guitarra.- Thais lo está entendiendo, pero si yo fuera ella estaría bien muerto de susto. Es peludo.
-Llevamos 20 años, hemos pasado por todas, nos gusta el proyecto más que nada, hemos aprendido y esa es la onda; no hay como tocar con alguien que te entienda al tiro -dice, después, Titae Lindl, sobre su emparejamiento musical con Ángel.
Parra y Lindl han sido protagonistas del mundo musical chileno desde la vuelta a la democracia, y en ese panorama y biografía, el trío -cuya formación ha variado constantemente- ha sido su lugar de escape, de experimentación y de vitrina más personal, en el caso de Parra. El primer disco de la agrupación, casi un experimento, marcó la llegada de la juventud al mundo del jazz; luego ellos mismos fueron quienes terminaron poniendo el swing en las radios más pop.
-En un mapa más oficial del jazz no existimos, pero no importa nada -dice Parra-. Tú sabes que los jazzistas acá en Chile son más papistas que el Papa, pero en Nueva York y Europa tocan de todo.
Son veinte años de moverse en el jazz puro, en el jazz pop, de trabajar y rescatar a las viejas glorias del estilo.
Veinte años de trío.
1992: El inicio. La historia de Los Tres ya había comenzado: los penquistas Álvaro Henríquez, y Titae Lindl y Francisco Molina habían llegado hace años a Santiago, ya habían armado el grupo, que en 1990 sumó a un músico que venía del jazz y de estudiar en París y Estados Unidos, Ángel Parra, hijo del músico del mismo nombre y nieto de Violeta. Eran Los Tres. En 1991 ya habían lanzado su primer disco.
Aprovechando una gira de Álvaro Henríquez con La Negra Ester, Ángel Parra, quien llevaba un par de años con un proyecto de jazz, grabó junto a Lindl y Pancho Molina lo que sería el disco debut de Ángel Parra Trío, en un álbum del mismo nombre.
-Unimos fuerzas -cuenta Lindl- Por ejemplo a Ángel le encantaba Wes Montgomery, y yo me vestía como Thelonious Monk, rallando la papa. Éramos fanáticos, tocábamos con Los Tres en La Batuta, después nos volvíamos a la casa del Ángel y seguíamos tocando jazz. En ese entonces estábamos descubriendo y tocábamos todo el día.
-Yo me voy a sentir orgulloso siempre de conseguir esa plata para hacer ese disco con Alerce -recuerda Ángel Parra-. Yo tenía algunos temas, el Titae había entrado hace poco, habíamos empezado a tocar hace poco juntos, fue un desafío, mis solos en el área más bebop o el área más straight jazz me cargaban cuando los volvía a escuchar, ahora no tanto. Pero después de ese disco mejoré mucho. Me gusta ese disco, ahora con Titae igual nos da risa, estábamos probando, aprendiendo.
El Ángel Parra Trío se convirtió en la vitrina y vereda paralela a Los Tres, banda definitoria de los 90 en el país, cuando las compañías discográficas no sólo invertían, dispendiaban; Parra recuerda ir a Estados Unidos a grabar, tener un departamento en Nueva York para cada uno, limosinas recogiéndolos en la puerta. El trío, en cambio, era un mundo aparte, más pequeño, donde a pesar de los cambios de miembros de la banda, Parra y Lindl continuaron siempre tocando y donde se les permitía más protagonismo.
-Yo tuve que entender cómo eran las reglas del juego, que Los Tres era un grupo que funcionaba de cierta forma, que tenía un compositor, un cantante, y yo fui aprendiendo a amoldarme dentro de eso -cuenta Parra-. Pero no me ha costado, porque desde chico que toco música y nunca he sido un líder, excepto en el Trío. Ahí sí.
-¿Los tres es la banda de Álvaro y el Trío es la tuya?
-Eso es lo que sale siempre, lo que yo leo: La banda de Álvaro Henríquez. Porque es verdad y está bien que sea así, porque la cosa la dirige una persona y le da una dirección muy clara, Álvaro sabe muy bien cómo llevar las cosas. Ahora, la música sin nosotros no existe. No creo que pudiera reemplazar ni al Titae ni a mí. Con el trío es donde yo tuve que esforzarme y aprender a componer, a comunicarme jazzísticamente con otros mundos. Mi sueño cuando chico era tocar jazz y tocar bien guitarra, no era el Rock and Roll necesariamente.
Con un par de cambios en el equipo, Ángel Parra Trío siguió grabando discos durante la década, "Patana" (1995), "Piscola Standards" (1996), "Tequila" (1998) y en 2000 lanzaron "No junta ni pega". Lindl y Parra fueron infiltrando en su swing los sonidos que practicaron también con Los Tres, la influencia de viejos compositores, el pop. Y ahí vino el minuto en que un trío de jazz, el "otro" grupo de los integrantes de Los Tres, sonaron en todas las radios de Chile.
2002: El vuelco pop
Las cosas habían cambiado: Lindl y Parra tenían más tiempo para el Trío, ya que en 2000, Los Tres habían decidido separarse, después de una década intensa de éxitos. Los proyectos paralelos podían ahora ser los proyectos centrales. En 2002, Ángel Parra Trío lanza el disco en vivo "La hora feliz".
-Nos habíamos separado con Los Tres y con el Titae seguimos para delante, con ideas, tocando con el trío, con harto problema económico porque todo cambió, pero felices de hacerlo -dice Parra- Y ahí empezamos a tirar líneas, luego de la influencia que teníamos de la fonda, tocar con músicos más viejos, nos llamaron para ofrecernos este proyecto. La idea básica era hacer cuatro sesiones en el Teatro Oriente con diferentes músicos. Fue muy lindo, se nos ocurrió con el Titae ir a buscar a la Nelly Sanders (cantante y crooner de los 50 en adelante), a una población lejísimos. Fue bonito, lo electrónico con Bitman, tener a Don Lalo Parra, que en paz descanse, a Rabanito Berríos (popular acordeonista)...todos muertos, qué terrible.
-Debe ser lindo darles la última gloria a ellos.
-Sí, pero no te das cuenta mientras lo estás haciendo. Con el Titae era como, '¿Te acuerdas del "Festival de la una", la Nelly Sanders cuando cantaba tango?'. Con el tiempo te das cuenta de que ayudaste un poco a que fueran más reconocidos. Hay cero respeto en este país por los viejos, a nosotros nos llamaba la atención el sonido que podía aportar Rabanito, por la artritis, por la onda, más que se pudiera equivocar dentro de un solo. Estos viejos se han quedado dentro de nosotros.
-Como en toda profesión uno se fija en lo que han hecho antes los otros -explica Titae Lindl- Uno es consecuencia de muchas cosas que han pasado antes. Nosotros investigamos, hay que informarse del país donde uno vive, el panorama musical, esas cosas para mí son fundamentales como músico. Tocar con Panchito Cabrera (guitarrista que comenzó tocando a fines de los años 40) no es un rescate, es un honor, y menos mal que nos pescaron y vieron que éramos gente seria, con ganas de aprender de los demás, de gente que ha vivido más que uno.
En "La hora feliz" aparecía quizás el tema más exitoso hasta hoy de Ángel Parra Trío, en la voz de su cantante más habitual, Julian Peña, una reversión del clásico "No puedo quitar mis ojos de ti". Que sonó, y sigue sonando, en todo tipo de radios, escapando de los confines más clásicos y de nicho del jazz.
-Esa fue una etapa en que yo estaba rayando con Tony Bennett -recuerda Lindl-. También tuvo que ver con eso, y que el Julián Peña maneja muy bien el inglés y es bueno para cantar, surgió una etapa diferente. Fue entretenido hacer una canción más popular, es algo que no habíamos hecho nunca por nuestra cuenta, siempre habíamos trabajado con el Álvaro en eso. Con el Trío siempre buscamos cosas que no hemos hecho, la gracia del Trío es que es un grupo para experimentar, llevar gente a la sala de ensayo y aunar sonidos. Es entretenido. Nos gusta mucho hacer jazz, no del punto de vista del jazz, sino que del punto de vista de la música popular, esos cruces son entretenidos.
2012: Dos décadas y contando
Ángel Parra Trío avanzó entregando un disco cada dos años, "Vamos, que se puede" (2003), "Playa solitaria" (2005), "Un año más" (2007), "Espérame!!!" (2009). Continuaron con su mezcla con pop, con diferentes corrientes del jazz, e invitando a colaborar a músicos que admiran y que no habían tenido el reconocimiento que ellos creen que merecían; los dos últimos discos, por ejemplo, están grabados junto a Valentín Trujillo. Los Tres ya se habían rejuntado en 2006, lo que de a poco fue obligando a tener menos recreos para el Trío.
Así los pilla la veintena de años: han hecho un par de conciertos, los primeros en un tiempo, y están pensando en un disco nuevo, ojalá el próximo año. Julián Peña, su voz habitual, está viviendo fuera de Santiago, pero Parra dice que le gustaría incluirlo igual en algunas canciones. Está su nueva propuesta con Thais también. La idea sería hacer casi puros temas originales.
Ángel Parra y Titae Lindl ya no son los jóvenes que se inmiscuyeron en el clásico mundo del jazz, sino que son hombres maduros, rockstars nacionales, y músicos con carrete. Parra mira con extrañeza a parte de la nueva camada de jazzistas, que ellos colaboraron de alguna manera en formar.
-Yo creo que están muy pegados con lo que se hace afuera en jazz. Hay otros que están afuera, como Melisa Aldana, gente muy bien posicionada, pero que no son así, cuando uno encuentra pequeños genios como la Melisa, que saben escucharte, da gusto. Los músicos jóvenes de jazz son de un nivel instrumentista que le pega patadas a lo que he visto afuera, pero, de repente, cuando veo que no conocen los boleros de los 50 o la música de Louis Prima me da rabia.
Hoy Lindl trabaja en otro proyecto, propio, un disco que saldría a fines de este año. Y Parra está viviendo un momento, a los 46 años, de reflexión y calma, y de mucha composición: "El año pasado fue como un año casi de duelo, con la película de la Violeta, fue como de sanarse viendo eso. Yo también estaba en un año oscurito de mi vida, que terminó en que dije chao, no quiero más carrete. Dejé de tomar como hace seis meses. Yo quiero vivir muchos años y componer y hacer cosas que no he podido hacer. Ahora me tomo todo con más calma, no estoy apurado en nada, ni en componer el disco. He compuesto harta música, con el tiempo uno ha podido irse simplificando en lo musical, eso es importante, que todo sea sencillo, no tan jazzístico; la gente siempre nos ha distinguido por eso, no somos jazzistas cuadrados".
20 años de discos
1992: "Ángel Parra Trío"
1995. "Patana"
1996: "Piscola Standards"
1998: "Tequila" (junto al acordeonista "Rabanito" Berríos).
2000: "No junta ni pega"
2002: "La hora feliz" (Disco doble, grabado en vivo en el Teatro Oriente).
2003: "Vamos, que se puede"
2005: "Playa solitaria" (junto al guitarrista de la Nueva Ola, Óscar Arriagada)
2007: "Un año más" (junto a Valentín Trujillo y Panchito Cabrera).
2009: "Espérame!!!" (junto a Valentín Trujillo).
Fuente: músicapopular.cl
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