El Mercurio
Ocho coros se suman a la Orquesta Sinfónica para presentar hoy obras de Beethoven, Tchaikovsky y Víctor Jara, en forma gratuita.
Romina de la Sotta Donoso
Siete mil ciudadanos se congregaron en la Plaza de Armas cuando la Universidad de Chile presentó, en 2010, "Carmina Burana" (Orff). El año pasado, "París-Santiago", con el Banch y Los Jaivas, superó los diez mil.
Este sábado, y para celebrar sus 170 años de existencia, la U. de Chile invita, a las 20:00 horas, a un concierto sinfónico-coral de grandes dimensiones, con la dirección de David del Pino.
Junto a la Orquesta Sinfónica de Chile actuarán más de 200 voces. La mitad serán profesionales: el Coro Sinfónico U. de Chile y la Camerata Vocal. Y a ellos se sumarán los coros de las facultades de Economía, Ciencias, y Ciencias Físicas y Matemáticas, así como el Coro Magnificat, el Coro Lex (Derecho) y el Coro Schola Cantorum (Medicina).
"La mayoría de los coros de estudiantes son inexpertos, es primera vez que cantan con orquesta. Por eso empezaron a trabajar el primer semestre, y después yo los reuní a todos para prepararlos, hasta que tomó la dirección general el maestro Del Pino", explica Juan Pablo Villarroel, director del Coro Sinfónico.
El concierto abrirá con la Obertura "Egmont" y el Coral de la Novena Sinfonía, de Beethoven, y seguirá con la Marcha Nº 2 de "Pompa y circunstancia" de Elgar y las "Danzas Polovtsianas" de "El Príncipe Igor", de Borodin. También, la "Obertura 1812" de Tchaikovsky.
"Lo más difícil ha sido el ruso. Pero Del Pino comprometió a los jóvenes a que cantaran casi todo de memoria", cuenta Villarroel.
Además interpretarán selecciones de "Aires Chilenos", de Enrique Soro, y de "Víctor Jara Sinfónico", de Carlos Zamora, específicamente, las transcripciones sinfónico-corales de "Te recuerdo Amanda", "El cigarrito" y "Plegaria del Labrador".
"La iniciativa fue de la profesora Verónica Rivas", aclara Del Pino. "La Obertura 'Egmont' y 'Pompa y circunstancia' son clásicos del sinfonismo universal, y aportarán solemnidad. Pero también tendremos la alegría y la brillantez de Borodin y Tchaikovsky, y un capítulo de hermosa música chilena".
Hace, además, una confesión personal: "Me emociona que estos futuros médicos, ingenieros y abogados de la principal universidad del país vayan a compartir con músicos profesionales. Ellos jamás olvidarán el día que cantaron con la Sinfónica".
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